Como tenía que ser, el alcalde de Sincelejo, Andrés Gómez Martínez, rechazó y ordenó desmontar la estructura la burra. El hombre sabanero y en general el hombre del Caribe han tenido en este tipo de equinos una ayuda para trasportarse y hacer lo mismo con el agua, la comida y utensilios. Esa práctica es una verdad indiscutible.
Como tenía que ser, el alcalde de Sincelejo, Andrés Gómez Martínez, rechazó y ordenó desmontar la estructura la burra. El hombre sabanero y en general el hombre del Caribe han tenido en este tipo de equinos una ayuda para trasportarse y hacer lo mismo con el agua, la comida y utensilios. Esa práctica es una verdad indiscutible. Pero la exaltación que reza en placa que describe un homenaje “al hombre sabanero mamaburra de antaño” es, una consideración que debemos rechazar, porque lo que describe la placa no representa la cultura caribe y menos la tradición en Sincelejo.
Los griegos crearon el término estigma para referirse a signos corporales con los cuales se intentaba exhibir algo malo y poco habitual en el status moral de quien los presentaba. Los signos consistían en cortes o quemaduras en el cuerpo y advertían que el portador era un esclavo, un criminal o un traidor –una persona corrupta, ritualmente deshonrada, a quien debía evitarse, especialmente en lugares públicos.
Las etiquetas también han sido analizadas y estudiadas por la sociología cualitativa. Howard Becker se reconoce como uno de los pioneros de la teoría de la reacción social o teoría del etiquetado, la cual tiene relación directa con el concepto de desviación, concepto central para la Sociología. ¿Qué se considera una conducta “desviada”? “Aquella que ha interiorizado un etiquetamiento negativo, etiquetamiento que le fue impuesto al individuo por otros individuos o grupos. Las etiquetas nunca surgen aisladamente, sino que se encuentran siempre asociadas a los contextos de los cuales forman parte los sujetos”.
No se trata de menospreciar al artista Sebastián Bohórquez, autor de la obra depuesta, pero sin ningún tipo de simulación comparto absolutamente la decisión del alcalde de Sincelejo. Hacer alusión al “sabanero mamaburra de antaño” se constituye en fomento de los prejuicios y la discriminación, que incluso ayudan a justificar algunos códigos sociales irracionales que, en muchas ocasiones, lo único que hacen es minimizar y muchas veces vincular algunos asuntos inmiscibles con nuestra cultura.
Nuestra idiosincrasia nos hace distintos a los demás, esa riqueza invaluable describe nuestros rasgos espirituales y materiales; por lo tanto, es pertinente consolidar nuestra cultura con inteligencia y con la calidad humana que nos distingue. Los aspectos culturales engloban modos de vida, valores y derechos fundamentales. Los coterráneos de la región Caribe poseemos la cualidad de ser perceptibles, es fácil divisar nuestra presencia, que al mismo tiempo se hace referente si actuamos con inteligencia.
De las mejores definiciones de lo que significa ser costeño la le del afamado periodista Juan Gossain. “Costeño no es el que más grita, ni el que mejor baila, ni el que se pone la camisa más estrepitosa y escandalosa del mundo. El ser costeño no se lleva por fuera sino por dentro. Ser costeño es una actitud ante la vida, una forma de ser, las características del costeño son muy distintas a esos estereotipos que se han creado. El verdadero costeño se define por su alegría ante la vida y su actitud ante la desgracia”
Colombia es un país donde a una gran mayoría de sus ciudadanos les cuesta reconocer que sí existe discriminación de todo tipo, la tolerancia a las diferencias, respeto hacia el otro y la valoración de la diversidad y la multiculturalidad no son actitudes sobresalientes entre nosotros, por ello, es correcto resaltar que fue impertinente el deshonroso homenaje de la obra en Sincelejo.
Como tenía que ser, el alcalde de Sincelejo, Andrés Gómez Martínez, rechazó y ordenó desmontar la estructura la burra. El hombre sabanero y en general el hombre del Caribe han tenido en este tipo de equinos una ayuda para trasportarse y hacer lo mismo con el agua, la comida y utensilios. Esa práctica es una verdad indiscutible.
Como tenía que ser, el alcalde de Sincelejo, Andrés Gómez Martínez, rechazó y ordenó desmontar la estructura la burra. El hombre sabanero y en general el hombre del Caribe han tenido en este tipo de equinos una ayuda para trasportarse y hacer lo mismo con el agua, la comida y utensilios. Esa práctica es una verdad indiscutible. Pero la exaltación que reza en placa que describe un homenaje “al hombre sabanero mamaburra de antaño” es, una consideración que debemos rechazar, porque lo que describe la placa no representa la cultura caribe y menos la tradición en Sincelejo.
Los griegos crearon el término estigma para referirse a signos corporales con los cuales se intentaba exhibir algo malo y poco habitual en el status moral de quien los presentaba. Los signos consistían en cortes o quemaduras en el cuerpo y advertían que el portador era un esclavo, un criminal o un traidor –una persona corrupta, ritualmente deshonrada, a quien debía evitarse, especialmente en lugares públicos.
Las etiquetas también han sido analizadas y estudiadas por la sociología cualitativa. Howard Becker se reconoce como uno de los pioneros de la teoría de la reacción social o teoría del etiquetado, la cual tiene relación directa con el concepto de desviación, concepto central para la Sociología. ¿Qué se considera una conducta “desviada”? “Aquella que ha interiorizado un etiquetamiento negativo, etiquetamiento que le fue impuesto al individuo por otros individuos o grupos. Las etiquetas nunca surgen aisladamente, sino que se encuentran siempre asociadas a los contextos de los cuales forman parte los sujetos”.
No se trata de menospreciar al artista Sebastián Bohórquez, autor de la obra depuesta, pero sin ningún tipo de simulación comparto absolutamente la decisión del alcalde de Sincelejo. Hacer alusión al “sabanero mamaburra de antaño” se constituye en fomento de los prejuicios y la discriminación, que incluso ayudan a justificar algunos códigos sociales irracionales que, en muchas ocasiones, lo único que hacen es minimizar y muchas veces vincular algunos asuntos inmiscibles con nuestra cultura.
Nuestra idiosincrasia nos hace distintos a los demás, esa riqueza invaluable describe nuestros rasgos espirituales y materiales; por lo tanto, es pertinente consolidar nuestra cultura con inteligencia y con la calidad humana que nos distingue. Los aspectos culturales engloban modos de vida, valores y derechos fundamentales. Los coterráneos de la región Caribe poseemos la cualidad de ser perceptibles, es fácil divisar nuestra presencia, que al mismo tiempo se hace referente si actuamos con inteligencia.
De las mejores definiciones de lo que significa ser costeño la le del afamado periodista Juan Gossain. “Costeño no es el que más grita, ni el que mejor baila, ni el que se pone la camisa más estrepitosa y escandalosa del mundo. El ser costeño no se lleva por fuera sino por dentro. Ser costeño es una actitud ante la vida, una forma de ser, las características del costeño son muy distintas a esos estereotipos que se han creado. El verdadero costeño se define por su alegría ante la vida y su actitud ante la desgracia”
Colombia es un país donde a una gran mayoría de sus ciudadanos les cuesta reconocer que sí existe discriminación de todo tipo, la tolerancia a las diferencias, respeto hacia el otro y la valoración de la diversidad y la multiculturalidad no son actitudes sobresalientes entre nosotros, por ello, es correcto resaltar que fue impertinente el deshonroso homenaje de la obra en Sincelejo.