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Columnista - 16 junio, 2023

Infraestructura y empleo: Fundamentos para el futuro de Valledupar

No cabe duda que el sector de la construcción es un potente motor económico, capaz de generar empleo a gran escala y dar un impulso significativo al desarrollo local. 

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No cabe duda que el sector de la construcción es un potente motor económico, capaz de generar empleo a gran escala y dar un impulso significativo al desarrollo local. 

El sector no sólo es un motor de empleo. También un vehículo para tejer la trama de nuestra sociedad, esto es, para construir no sólo edificios, también comunidades; y para conectar a Valledupar con el mundo, siempre que se emprendan con un enfoque innovador y audaz para el sector de la infraestructura. Tres serían los pilares:

Revivir la construcción de vivienda en Valledupar. Hoy, el sector de la construcción enfrenta una coyuntura desafiante: incertidumbre, demanda desestimulada por altas tasas de interés y una reducción en los subsidios gubernamentales. Antes que desalentarnos, estos desafíos deben motivarnos para tomar medidas audaces que mantengan al sector constructor activo y generando empleo.

Muchos vallenatos tienen un techo, pero sus condiciones de habitabilidad pueden no ser las mejores. Es imperativo un plan ambicioso de mejora de viviendas que mejore la calidad de vida de los vallenatos y, además, dinamice el sector de la construcción. Este proyecto podrá financiarse con recursos de las administraciones municipal y departamental, alineándose con las políticas actuales del gobierno nacional.

Sería un craso error tratar solo los síntomas de la crisis actual. Hay que mirar más allá, hacia el futuro a largo plazo de Valledupar. La revisión del Plan de Ordenamiento Territorial (POT) ha de aprovecharse para determinar la óptima dirección del crecimiento de la ciudad. La visión a largo plazo debe impulsar nuevos proyectos de viviendas de interés social y llevar dotación urbanística a estas áreas. La expansión de la ciudad debe ser inclusiva y equitativa, asegurando que todos los vallenatos tengan acceso a zonas verdes y de esparcimiento. De esta manera, se podrá construir una ciudad más vivible y una comunidad más unida.

Es fundamental un banco de proyectos para canalizar los cuantiosos recursos de regalías y del OCAD paz. Para aprovechar estos recursos, cuantiosísimos además, para acceder a ellos, requiere si o si tener listos los diseños de los proyectos. Aunque esa tarea no es difícil, nuestros gobernantes suelen desperdiciar o desaprovechar una cantidad inconmensurable de recursos. ¡Qué vergüenza! La meta es generar, en los primeros meses de gestión, suficientes diseños de proyectos de infraestructura para que sean financiados con recursos de regalías y del OCAD paz. El objetivo es simple, pero grandioso: garantizar que todos los corregimientos de Valledupar tengan listos los proyectos que les asegure sus vías terciarias, su acueducto y su alcantarillado.

Estas tres necesidades básicas son vitales para la comunidad. Es inexplicable que a estas alturas nuestra zona rural esté deficientemente conectada, inclusive incomunicada, con los mercados urbanos, y más inexplicable que no tengan acceso a los servicios de acueducto y alcantarillado, básico para su calidad de vida. Este enfoque permitirá que los beneficios del desarrollo no se limiten a la ciudad, sino que lleguen a todas las partes de Valledupar, incluyendo las más remotas.

Finalmente, colaboración con el sector privado para ser beneficiarios de los proyectos de Obras por Impuestos. La cooperación entre el sector público y el privado es esencial para maximizar el impacto de nuestra política de infraestructura. 

La inclusión de empresas privadas aportará más inversión, mayor eficiencia y una amplia gama de habilidades especializadas en la gestión de proyectos de infraestructura. Esto generará empleo y crecimiento económico, y asegurará que la infraestructura de Valledupar se construya a tiempo y dentro del presupuesto.

Con estas líneas de trabajo podemos dibujar un futuro de prosperidad para Valledupar, donde cada ciudadano pueda tener un techo digno, cada corregimiento se conecte con las oportunidades y el desarrollo, y donde cada empresa privada vea en nuestra ciudad un espacio idóneo para invertir y crecer. Pero más allá de las obras de infraestructura – vías terciarias, viviendas, acueductos, alcantarillados – el plan más grande es el de la supra estructura, el de construcción de esperanza, forjar un Valledupar que se erija sobre los pilares de la equidad, la inclusión y la sostenibilidad. 

La meta no es sólo cambiar la ciudad, sino cambiar vidas. Porque Valledupar merece más, los vallenatos merecen más. Juntos, podemos hacer de la visión una realidad.

Columnista
16 junio, 2023

Infraestructura y empleo: Fundamentos para el futuro de Valledupar

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Camilo Quiróz

No cabe duda que el sector de la construcción es un potente motor económico, capaz de generar empleo a gran escala y dar un impulso significativo al desarrollo local. 


No cabe duda que el sector de la construcción es un potente motor económico, capaz de generar empleo a gran escala y dar un impulso significativo al desarrollo local. 

El sector no sólo es un motor de empleo. También un vehículo para tejer la trama de nuestra sociedad, esto es, para construir no sólo edificios, también comunidades; y para conectar a Valledupar con el mundo, siempre que se emprendan con un enfoque innovador y audaz para el sector de la infraestructura. Tres serían los pilares:

Revivir la construcción de vivienda en Valledupar. Hoy, el sector de la construcción enfrenta una coyuntura desafiante: incertidumbre, demanda desestimulada por altas tasas de interés y una reducción en los subsidios gubernamentales. Antes que desalentarnos, estos desafíos deben motivarnos para tomar medidas audaces que mantengan al sector constructor activo y generando empleo.

Muchos vallenatos tienen un techo, pero sus condiciones de habitabilidad pueden no ser las mejores. Es imperativo un plan ambicioso de mejora de viviendas que mejore la calidad de vida de los vallenatos y, además, dinamice el sector de la construcción. Este proyecto podrá financiarse con recursos de las administraciones municipal y departamental, alineándose con las políticas actuales del gobierno nacional.

Sería un craso error tratar solo los síntomas de la crisis actual. Hay que mirar más allá, hacia el futuro a largo plazo de Valledupar. La revisión del Plan de Ordenamiento Territorial (POT) ha de aprovecharse para determinar la óptima dirección del crecimiento de la ciudad. La visión a largo plazo debe impulsar nuevos proyectos de viviendas de interés social y llevar dotación urbanística a estas áreas. La expansión de la ciudad debe ser inclusiva y equitativa, asegurando que todos los vallenatos tengan acceso a zonas verdes y de esparcimiento. De esta manera, se podrá construir una ciudad más vivible y una comunidad más unida.

Es fundamental un banco de proyectos para canalizar los cuantiosos recursos de regalías y del OCAD paz. Para aprovechar estos recursos, cuantiosísimos además, para acceder a ellos, requiere si o si tener listos los diseños de los proyectos. Aunque esa tarea no es difícil, nuestros gobernantes suelen desperdiciar o desaprovechar una cantidad inconmensurable de recursos. ¡Qué vergüenza! La meta es generar, en los primeros meses de gestión, suficientes diseños de proyectos de infraestructura para que sean financiados con recursos de regalías y del OCAD paz. El objetivo es simple, pero grandioso: garantizar que todos los corregimientos de Valledupar tengan listos los proyectos que les asegure sus vías terciarias, su acueducto y su alcantarillado.

Estas tres necesidades básicas son vitales para la comunidad. Es inexplicable que a estas alturas nuestra zona rural esté deficientemente conectada, inclusive incomunicada, con los mercados urbanos, y más inexplicable que no tengan acceso a los servicios de acueducto y alcantarillado, básico para su calidad de vida. Este enfoque permitirá que los beneficios del desarrollo no se limiten a la ciudad, sino que lleguen a todas las partes de Valledupar, incluyendo las más remotas.

Finalmente, colaboración con el sector privado para ser beneficiarios de los proyectos de Obras por Impuestos. La cooperación entre el sector público y el privado es esencial para maximizar el impacto de nuestra política de infraestructura. 

La inclusión de empresas privadas aportará más inversión, mayor eficiencia y una amplia gama de habilidades especializadas en la gestión de proyectos de infraestructura. Esto generará empleo y crecimiento económico, y asegurará que la infraestructura de Valledupar se construya a tiempo y dentro del presupuesto.

Con estas líneas de trabajo podemos dibujar un futuro de prosperidad para Valledupar, donde cada ciudadano pueda tener un techo digno, cada corregimiento se conecte con las oportunidades y el desarrollo, y donde cada empresa privada vea en nuestra ciudad un espacio idóneo para invertir y crecer. Pero más allá de las obras de infraestructura – vías terciarias, viviendas, acueductos, alcantarillados – el plan más grande es el de la supra estructura, el de construcción de esperanza, forjar un Valledupar que se erija sobre los pilares de la equidad, la inclusión y la sostenibilidad. 

La meta no es sólo cambiar la ciudad, sino cambiar vidas. Porque Valledupar merece más, los vallenatos merecen más. Juntos, podemos hacer de la visión una realidad.