Las redes sociales democratizaron la noticia, lo reafirmó Moisés Wasserman, en desarrollo de la primera Feria del Libro en Valledupar, promovida por el diario EL PILÓN.
Las redes sociales democratizaron la noticia, lo reafirmó Moisés Wasserman, en desarrollo de la primera Feria del Libro en Valledupar, promovida por el diario EL PILÓN.
“Son un fenómeno social importante y vinieron para quedarse, una fuerza democratizadora en que todo el mundo puede ingresar sin trabas, algo sin antecedentes en la historia humana”, son un eje central en el relacionamiento social, resumió Wasserman como realidad y no como narrativa o simple carreta en alusión a las redes sociales.
Wasserman, científico impulsor de la Universidad Nacional sede de La Paz y motor de motivación en el estado embrionario de esta descomunal obra, cuando fue rector del claustro, acuñó la célebre frase de su autoría para lograrlo: ‘No hay nada más práctico que una buena hipótesis, ni nada más real que un gran sueño’, igual contribuyó como químico de la Universidad Nacional, Ph. D. en bioquímica de la Universidad Hebrea de Jerusalén y posdoctorado en microbiología en la Universidad del Estado de Nueva York. en la lucha contra el Covid-19.
Le Monde, el principal periódico francés, se apoya en robots, sin cabeza para pensar, ni manos para escribir, usando datos como insumos que convierten en textos en sus salas de redacción para ser más competitivo en el quehacer periodístico.
Tangencialmente el académico y escritor bogotano de 77 años reconoció la magia de la era digital, que sacudió los cimientos de la cultura misma, consciente de que no en vano pasamos de un mundo dominado por la metáfora del reloj a otro determinado por la figura de las nubes, esto es la velocidad del satélite, citada por el Nobel de la literatura colombiana, Gabriel García Márquez.
No de menor importancia fue la recapitulación que hizo sobre su obra titulada: ‘Lo que el desierto no borró’ la periodista, escritora y editora de El País, de España, Diana López Zuleta, al exhortar a los medios regionales a no guardar silencio, denunciar, sin hacerle venía al crimen, texto en el que según explica, se toma la tarea de no victimizarse, se distancia de lo sensible y plasma sus sentimientos, sin caer en lo meramente periodístico.
No es lo mismo denunciar desde las grandes ligas del oficio de informar y de formar, que hacerlo a través de los medios locales, literalmente en estado de indefensión, y los que se han atrevido como Amparo Jiménez o Guzmán Quintero, y los mismos líderes sociales han cavado su propia tumba y son héroes, lo que en el contexto de una sociedad envilecida por la inversión de valores, son crímenes de Estado por denunciar lo que el Estado no denuncia.
Las redes sociales democratizaron la noticia, lo reafirmó Moisés Wasserman, en desarrollo de la primera Feria del Libro en Valledupar, promovida por el diario EL PILÓN.
Las redes sociales democratizaron la noticia, lo reafirmó Moisés Wasserman, en desarrollo de la primera Feria del Libro en Valledupar, promovida por el diario EL PILÓN.
“Son un fenómeno social importante y vinieron para quedarse, una fuerza democratizadora en que todo el mundo puede ingresar sin trabas, algo sin antecedentes en la historia humana”, son un eje central en el relacionamiento social, resumió Wasserman como realidad y no como narrativa o simple carreta en alusión a las redes sociales.
Wasserman, científico impulsor de la Universidad Nacional sede de La Paz y motor de motivación en el estado embrionario de esta descomunal obra, cuando fue rector del claustro, acuñó la célebre frase de su autoría para lograrlo: ‘No hay nada más práctico que una buena hipótesis, ni nada más real que un gran sueño’, igual contribuyó como químico de la Universidad Nacional, Ph. D. en bioquímica de la Universidad Hebrea de Jerusalén y posdoctorado en microbiología en la Universidad del Estado de Nueva York. en la lucha contra el Covid-19.
Le Monde, el principal periódico francés, se apoya en robots, sin cabeza para pensar, ni manos para escribir, usando datos como insumos que convierten en textos en sus salas de redacción para ser más competitivo en el quehacer periodístico.
Tangencialmente el académico y escritor bogotano de 77 años reconoció la magia de la era digital, que sacudió los cimientos de la cultura misma, consciente de que no en vano pasamos de un mundo dominado por la metáfora del reloj a otro determinado por la figura de las nubes, esto es la velocidad del satélite, citada por el Nobel de la literatura colombiana, Gabriel García Márquez.
No de menor importancia fue la recapitulación que hizo sobre su obra titulada: ‘Lo que el desierto no borró’ la periodista, escritora y editora de El País, de España, Diana López Zuleta, al exhortar a los medios regionales a no guardar silencio, denunciar, sin hacerle venía al crimen, texto en el que según explica, se toma la tarea de no victimizarse, se distancia de lo sensible y plasma sus sentimientos, sin caer en lo meramente periodístico.
No es lo mismo denunciar desde las grandes ligas del oficio de informar y de formar, que hacerlo a través de los medios locales, literalmente en estado de indefensión, y los que se han atrevido como Amparo Jiménez o Guzmán Quintero, y los mismos líderes sociales han cavado su propia tumba y son héroes, lo que en el contexto de una sociedad envilecida por la inversión de valores, son crímenes de Estado por denunciar lo que el Estado no denuncia.