Hay una leyenda famosa, y de ella también les hablo, Francisco derrota al diablo con canciones religiosas.
I
A Colombia el acordeón
vino cruzando los mares,
en manos de los juglares
camina por la región.
Y conquista el corazón
de cantos de vaquería,
se une con la poesía
en las noches de tambora
y se despierta la aurora
bañada de melodía.
II
Hay una leyenda famosa,
y de ella también les hablo,
Francisco derrota al diablo
con canciones religiosas.
El pueblo narra las cosas
con voces de fantasía.
primaveras de alegrías
florecen en el folclor,
y en la mente del cantor
hay un mar de melodías.
III
La historia con precisión
lo registra sin afán,
el genio Cyrill Demián:
fue el padre del acordeón.
Y aquí por esta región
un cronista lo relata,
juglares de casta innata
no se olvidan con los años,
y fue el gran Chico Bolaño
quien le dio alma vallenata
IV
Chico Bolaño el juglar,
en mi memoria lo veo,
fue el creador del paseo
y bien lo enseñó a tocar.
Dios hizo a Valledupar
una tierra de promisión
donde anda el acordeón
con su imperio musical,
aquí se hace el Festival
más grande de la Nación.
Por José Atuesta Mindiola
Hay una leyenda famosa, y de ella también les hablo, Francisco derrota al diablo con canciones religiosas.
I
A Colombia el acordeón
vino cruzando los mares,
en manos de los juglares
camina por la región.
Y conquista el corazón
de cantos de vaquería,
se une con la poesía
en las noches de tambora
y se despierta la aurora
bañada de melodía.
II
Hay una leyenda famosa,
y de ella también les hablo,
Francisco derrota al diablo
con canciones religiosas.
El pueblo narra las cosas
con voces de fantasía.
primaveras de alegrías
florecen en el folclor,
y en la mente del cantor
hay un mar de melodías.
III
La historia con precisión
lo registra sin afán,
el genio Cyrill Demián:
fue el padre del acordeón.
Y aquí por esta región
un cronista lo relata,
juglares de casta innata
no se olvidan con los años,
y fue el gran Chico Bolaño
quien le dio alma vallenata
IV
Chico Bolaño el juglar,
en mi memoria lo veo,
fue el creador del paseo
y bien lo enseñó a tocar.
Dios hizo a Valledupar
una tierra de promisión
donde anda el acordeón
con su imperio musical,
aquí se hace el Festival
más grande de la Nación.
Por José Atuesta Mindiola