Las regiones y ciudades eminentemente culturales como las nuestras, son prolíficas en homenajes, esculturas y todo tipo de reconocimientos a personalidades
Un colega y vecino periodístico en este medio, a quien admiro más de lo que él se imagina y con quien tenemos un almuerzo cantado y bastante hablado sin materializar, villanuevero para más señas, a quien quiero conocer en persona y tener de cerca para darle un abrazo, llamado José Manuel Aponte Martínez escribió en una columna publicada recientemente lo siguiente:
“Rafael Escalona, Leandro Díaz y José Antonio Murgas, Alfonso Araujo Cotes, son cuatro íconos del Cesar; los dos primeros para qué decir quiénes son y qué hicieron, todo mundo lo sabe, nadie desconoce sus grandezas y los inmensos aportes que le hicieron a la música vallenata y al folclor y así han sido premiados y reconocidos en libros, museos y monumentos por todas partes.
¿Pero le ha pasado lo mismo a los doctores Murgas Aponte y Araujo Cotes? ¡Qué va!.
¿Será qué para que se les haga ese justo reconocimiento, los doctores Murgas Aponte y Araujo Cotes, tendrán que componer una canción vallenata o tocar el acordeón para que conmueva las fibras del corazón del señor gobernador o los señores diputados?”
Las regiones y ciudades eminentemente culturales como las nuestras, son prolíficas en homenajes, esculturas y todo tipo de reconocimientos a personalidades que le han dado lustre de una u otra manera. Le asiste total razón a José Manuel al reclamar que es mínimamente justo y merecidos los honores, reconocimientos y demás a personalidades que desde otros ángulos distintos al puro folclor le han hecho aportes invaluables a nuestra tierra y con los que estamos en deuda de gratitud impagable.
Ahora que estamos llenos de esculturas y figuras en cera, que seguimos haciéndole homenajes a personas que ya no se pueden dar cuenta de ello, es cierto que a las nuevas generaciones se les llega a preguntar si saben quién fue José Antonio Murgas para el Departamento del Cesar y no tienen ni idea, mientras tenemos decenas y cientos de instituciones con el nombre de algunos que no le llegan ni a los tobillos.
Que maravilloso sería que el nonagenario (Congresista, ministro, gobernador) José Antonio Murgas, con la lucidez que me dicen tiene, sintiera en vida el cariño y la gratitud de la gente del departamento, que sin su enjundia y titánica gestión no existiera.
Ahora, también pregúnteles a los jóvenes quién fue para el Cesar y Valledupar Alfonso Araujo Cotes y de seguro que tampoco tienen ni idea, (Congresista, gobernador, diplomático). Este señor cercano a cumplir cien años de edad también le aportó la mayor parte de su vida a que nuestro departamento y Valledupar sean lo que son hoy. ¿Cuál será la causa para que autoridades civiles y culturales no le rindan un verdadero homenaje en vida?
¿Quién dijo que los festivales vallenatos y otros tipos de eventos similares solo deben homenajear a músicos y juglares?
COLOFÓN: El Festival de la Leyenda Vallenata ya dio la parrilla de artistas invitados, pero nadie sabe quiénes se inscribieron como acordeoneros profesionales, que se supone es el concurso más importante. Vives, Nodal y Maluma, llevarán mucha gente al coliseo, pero cuando les pregunten a los turistas quien ganó el festival, estos no tendrán la más mínima idea. Las entradas el día de la gran final están cómodas, hay palcos de 12 millones y general vale 200 mil pesos, la Fundación publicó los precios con tiempo para que ahorren y como dice la publicidad del circo. ¡Y después no digan que no le avisamooos!
Por: Jorge Nain Ruiz
Las regiones y ciudades eminentemente culturales como las nuestras, son prolíficas en homenajes, esculturas y todo tipo de reconocimientos a personalidades
Un colega y vecino periodístico en este medio, a quien admiro más de lo que él se imagina y con quien tenemos un almuerzo cantado y bastante hablado sin materializar, villanuevero para más señas, a quien quiero conocer en persona y tener de cerca para darle un abrazo, llamado José Manuel Aponte Martínez escribió en una columna publicada recientemente lo siguiente:
“Rafael Escalona, Leandro Díaz y José Antonio Murgas, Alfonso Araujo Cotes, son cuatro íconos del Cesar; los dos primeros para qué decir quiénes son y qué hicieron, todo mundo lo sabe, nadie desconoce sus grandezas y los inmensos aportes que le hicieron a la música vallenata y al folclor y así han sido premiados y reconocidos en libros, museos y monumentos por todas partes.
¿Pero le ha pasado lo mismo a los doctores Murgas Aponte y Araujo Cotes? ¡Qué va!.
¿Será qué para que se les haga ese justo reconocimiento, los doctores Murgas Aponte y Araujo Cotes, tendrán que componer una canción vallenata o tocar el acordeón para que conmueva las fibras del corazón del señor gobernador o los señores diputados?”
Las regiones y ciudades eminentemente culturales como las nuestras, son prolíficas en homenajes, esculturas y todo tipo de reconocimientos a personalidades que le han dado lustre de una u otra manera. Le asiste total razón a José Manuel al reclamar que es mínimamente justo y merecidos los honores, reconocimientos y demás a personalidades que desde otros ángulos distintos al puro folclor le han hecho aportes invaluables a nuestra tierra y con los que estamos en deuda de gratitud impagable.
Ahora que estamos llenos de esculturas y figuras en cera, que seguimos haciéndole homenajes a personas que ya no se pueden dar cuenta de ello, es cierto que a las nuevas generaciones se les llega a preguntar si saben quién fue José Antonio Murgas para el Departamento del Cesar y no tienen ni idea, mientras tenemos decenas y cientos de instituciones con el nombre de algunos que no le llegan ni a los tobillos.
Que maravilloso sería que el nonagenario (Congresista, ministro, gobernador) José Antonio Murgas, con la lucidez que me dicen tiene, sintiera en vida el cariño y la gratitud de la gente del departamento, que sin su enjundia y titánica gestión no existiera.
Ahora, también pregúnteles a los jóvenes quién fue para el Cesar y Valledupar Alfonso Araujo Cotes y de seguro que tampoco tienen ni idea, (Congresista, gobernador, diplomático). Este señor cercano a cumplir cien años de edad también le aportó la mayor parte de su vida a que nuestro departamento y Valledupar sean lo que son hoy. ¿Cuál será la causa para que autoridades civiles y culturales no le rindan un verdadero homenaje en vida?
¿Quién dijo que los festivales vallenatos y otros tipos de eventos similares solo deben homenajear a músicos y juglares?
COLOFÓN: El Festival de la Leyenda Vallenata ya dio la parrilla de artistas invitados, pero nadie sabe quiénes se inscribieron como acordeoneros profesionales, que se supone es el concurso más importante. Vives, Nodal y Maluma, llevarán mucha gente al coliseo, pero cuando les pregunten a los turistas quien ganó el festival, estos no tendrán la más mínima idea. Las entradas el día de la gran final están cómodas, hay palcos de 12 millones y general vale 200 mil pesos, la Fundación publicó los precios con tiempo para que ahorren y como dice la publicidad del circo. ¡Y después no digan que no le avisamooos!
Por: Jorge Nain Ruiz