Si bien es cierto cuando somos niños y nos van a enseñar a montar bicicletas nos instruyen de la siguiente manera: “no mires hacia abajo, mira hacia el frente y si caes en un hoyo sostén fuerte el timón”.
Si bien es cierto cuando somos niños y nos van a enseñar a montar bicicletas nos instruyen de la siguiente manera: “no mires hacia abajo, mira hacia el frente y si caes en un hoyo sostén fuerte el timón”. Lo propio sucede cuando tenemos un vehículo; antes de salir revisamos el aceite, el agua, líquido de los frenos y los neumáticos.
A la hora de montarnos encendemos el automóvil y nos abrochamos el cinturón para que en caso de accidente evitar lesiones físicas; osea, para protegernos. En este sentido, como tenemos nuestras cosas en orden no vamos a tener situaciones con los policías de tránsito y si nos detienen todo saldrá bien porque tenemos todo al día.
En nuestras vidas, debemos hacer esas revisiones diarias para que, a la hora de salir a las calles, podamos salir con éxito. No estamos exentos de las eventualidades emocionales y afectivas, con uno mismo y con emociones ajenas.
Una de las ventajas que se debe tener en cuenta es desarrollar nuestra inteligencia emocional que no es más que la capacidad de entender y manejar correctamente nuestras emociones y las de los demás. Una vez estemos empoderados en esto, vamos a saber MANEJAR las situaciones que nos sobrevienen con las relaciones de parejas, los hijos, los padres, compañeros de trabajo y las personas que nos rodean.
Para esto es muy necesario estar en óptimas condiciones cognitivas y afectivas. En caso que tengas situaciones de las cuales te sea difícil guiar salomónicamente acércate a un profesional de la salud mental donde se les darán las herramientas necesarias para salir airoso de los accidentes de esta vida. [email protected]
Por Benjamín Quezada-psicólogo clínico
Si bien es cierto cuando somos niños y nos van a enseñar a montar bicicletas nos instruyen de la siguiente manera: “no mires hacia abajo, mira hacia el frente y si caes en un hoyo sostén fuerte el timón”.
Si bien es cierto cuando somos niños y nos van a enseñar a montar bicicletas nos instruyen de la siguiente manera: “no mires hacia abajo, mira hacia el frente y si caes en un hoyo sostén fuerte el timón”. Lo propio sucede cuando tenemos un vehículo; antes de salir revisamos el aceite, el agua, líquido de los frenos y los neumáticos.
A la hora de montarnos encendemos el automóvil y nos abrochamos el cinturón para que en caso de accidente evitar lesiones físicas; osea, para protegernos. En este sentido, como tenemos nuestras cosas en orden no vamos a tener situaciones con los policías de tránsito y si nos detienen todo saldrá bien porque tenemos todo al día.
En nuestras vidas, debemos hacer esas revisiones diarias para que, a la hora de salir a las calles, podamos salir con éxito. No estamos exentos de las eventualidades emocionales y afectivas, con uno mismo y con emociones ajenas.
Una de las ventajas que se debe tener en cuenta es desarrollar nuestra inteligencia emocional que no es más que la capacidad de entender y manejar correctamente nuestras emociones y las de los demás. Una vez estemos empoderados en esto, vamos a saber MANEJAR las situaciones que nos sobrevienen con las relaciones de parejas, los hijos, los padres, compañeros de trabajo y las personas que nos rodean.
Para esto es muy necesario estar en óptimas condiciones cognitivas y afectivas. En caso que tengas situaciones de las cuales te sea difícil guiar salomónicamente acércate a un profesional de la salud mental donde se les darán las herramientas necesarias para salir airoso de los accidentes de esta vida. [email protected]
Por Benjamín Quezada-psicólogo clínico