Actualmente en el departamento del Cesar hay cuatro plantas legales para el sacrificio de semovientes.
Recientemente la Federación Colombiana de Ganaderos dio a conocer que en el año anterior el hurto de ganado tuvo un incremento de 1.350 redes en 265 casos de abigeato; situación que parece no será diferente para este 2023 ya que hasta la primera semana de febrero se había presentado el robo de 322 semovientes en 88 casos.
Asimismo, indicaron que el departamento del Cesar ocupa el segundo lugar con cifras altas de este flagelo, antecedido por Meta y seguido por Sucre y Boyacá.
Frente a esta problemática, Hernán Araújo, ganadero y exmiembro del Fondo Nacional del Ganado, explicó que esta crisis se agravó con el Decreto 1500 de 2007, que establece el reglamento técnico para la inspección, vigilancia y control de la carne, productos cárnicos comestibles y derivados de consumo humano.
En este sentido, el líder gremial expuso que de alrededor de 1.000 plantas certificadas para el sacrificio de animales vacuno de tipo exportación, plantas regionales, otras en ciudades pequeñas y en corregimientos, solo quedan 153 que cumplen con los requisitos y más o menos 150 con autorización provisional.
“Las cifras en el Cesar en cuanto al robo de ganado no son muy claras, se hacen un estimado porque no se denuncia”, dijo Araújo.
También explicó que otra de las problemáticas es la falta de plantas para el sacrificio.
“En el departamento había una planta para el sacrificio de ganado en cada municipio que eran vigiladas por las Secretarías de Gobierno a través de las inspecciones de Policías, además de ello en los corregimientos; por ejemplo, en Los Venados, Mariangola, Valencia de Jesús, y Patillal que hacen parte Valledupar había plantas que eran supervisadas y a todas las cerraron”, dijo el ganadero.
Añadió que en este departamento actualmente solo están funcionando cuatro plantas tipo exportación ubicadas en Aguachica, Valledupar, La Jagua de Ibirico y Codazzi.
Hernán Araújo además señaló que otra de las problemáticas que se presenta es el transporte tanto del animal como de la carne refrigerada, entonces los matarifes prefieren sacrificar en los potreros.
“En los potreros están sacrificando el ganado y en estos predios están dejando la parte del animal donde está la marca o chip entonces cómo comprueban las autoridades que la carne es robada (…) no hay cómo”, añadió Araújo.
Por ello insistió que en el Cesar es difícil cuantificar las cifras de abigeato o hurto de ganado, principalmente por las complejidades y escasez de los mataderos en el departamento, la falta de control en los expendios por parte de las autoridades de salud, INVIMA e inspecciones de Policía.
También porque los ganaderos no ven respuesta de las autoridades si el hurto es de un cabeza de ganado, “sin embargo cuando es un hurto grande los mismos ganaderos entre ellos se movilizan y aplican su justicia y recuperan su ganado”, puntualizó Araújo.
El jefe nacional del servicio de Policía, brigadier general Tito Yesid Castellanos, indicó que la institución incautó 94.611 semovientes (bovinos) durante el 2022 y que en lo corrido de 2023 ha decomisado 9.400, es decir, un volumen que equivale al 10 por ciento de la cifra del 2022.
Igualmente informó que en ese mismo año incautaron 7.033 kilogramos de carne que se movilizaban por carreteras y trochas en condiciones ilegales y sin las debidas condiciones sanitarias.
“Se han afectado economías criminales relacionadas con los delitos al sector ganaderos por más de $1100 millones”, aseguró el oficial.
En la misma fecha logró recuperar en Armenia (Quindío) 30 cabezas de bovinos de raza.
Representantes de ganaderos en La Guajira indicaron que la cercanía con Venezuela los pone en una situación vulnerable.
“Nos encontramos agobiados por el carneo y creemos que son delincuentes del vecino país de Venezuela. Hace 8 días en la finca de un ganadero le pelaron una vaca y se entregó a la Policía un sospechoso, pero no se sabe qué pasó con esta persona. Le pedimos a la Policía, al comando central, que sigan ampliando el rango de acción en la Serranía del Perijá”, dijo el presidente del Comité de Ganaderos de Fonseca, Fadrique Rincones.
Por su parte, Milagros Ojeda, ganadera de La Guajira, refirió que están reforzando esfuerzos con la fuerza pública y realizan visitas preventivas a las fincas. “Debido a esto se ha disminuido el abigeato. No obstante, hay casos de abigeato que no son denunciados”, aseguró.
Actualmente en el departamento del Cesar hay cuatro plantas legales para el sacrificio de semovientes.
Recientemente la Federación Colombiana de Ganaderos dio a conocer que en el año anterior el hurto de ganado tuvo un incremento de 1.350 redes en 265 casos de abigeato; situación que parece no será diferente para este 2023 ya que hasta la primera semana de febrero se había presentado el robo de 322 semovientes en 88 casos.
Asimismo, indicaron que el departamento del Cesar ocupa el segundo lugar con cifras altas de este flagelo, antecedido por Meta y seguido por Sucre y Boyacá.
Frente a esta problemática, Hernán Araújo, ganadero y exmiembro del Fondo Nacional del Ganado, explicó que esta crisis se agravó con el Decreto 1500 de 2007, que establece el reglamento técnico para la inspección, vigilancia y control de la carne, productos cárnicos comestibles y derivados de consumo humano.
En este sentido, el líder gremial expuso que de alrededor de 1.000 plantas certificadas para el sacrificio de animales vacuno de tipo exportación, plantas regionales, otras en ciudades pequeñas y en corregimientos, solo quedan 153 que cumplen con los requisitos y más o menos 150 con autorización provisional.
“Las cifras en el Cesar en cuanto al robo de ganado no son muy claras, se hacen un estimado porque no se denuncia”, dijo Araújo.
También explicó que otra de las problemáticas es la falta de plantas para el sacrificio.
“En el departamento había una planta para el sacrificio de ganado en cada municipio que eran vigiladas por las Secretarías de Gobierno a través de las inspecciones de Policías, además de ello en los corregimientos; por ejemplo, en Los Venados, Mariangola, Valencia de Jesús, y Patillal que hacen parte Valledupar había plantas que eran supervisadas y a todas las cerraron”, dijo el ganadero.
Añadió que en este departamento actualmente solo están funcionando cuatro plantas tipo exportación ubicadas en Aguachica, Valledupar, La Jagua de Ibirico y Codazzi.
Hernán Araújo además señaló que otra de las problemáticas que se presenta es el transporte tanto del animal como de la carne refrigerada, entonces los matarifes prefieren sacrificar en los potreros.
“En los potreros están sacrificando el ganado y en estos predios están dejando la parte del animal donde está la marca o chip entonces cómo comprueban las autoridades que la carne es robada (…) no hay cómo”, añadió Araújo.
Por ello insistió que en el Cesar es difícil cuantificar las cifras de abigeato o hurto de ganado, principalmente por las complejidades y escasez de los mataderos en el departamento, la falta de control en los expendios por parte de las autoridades de salud, INVIMA e inspecciones de Policía.
También porque los ganaderos no ven respuesta de las autoridades si el hurto es de un cabeza de ganado, “sin embargo cuando es un hurto grande los mismos ganaderos entre ellos se movilizan y aplican su justicia y recuperan su ganado”, puntualizó Araújo.
El jefe nacional del servicio de Policía, brigadier general Tito Yesid Castellanos, indicó que la institución incautó 94.611 semovientes (bovinos) durante el 2022 y que en lo corrido de 2023 ha decomisado 9.400, es decir, un volumen que equivale al 10 por ciento de la cifra del 2022.
Igualmente informó que en ese mismo año incautaron 7.033 kilogramos de carne que se movilizaban por carreteras y trochas en condiciones ilegales y sin las debidas condiciones sanitarias.
“Se han afectado economías criminales relacionadas con los delitos al sector ganaderos por más de $1100 millones”, aseguró el oficial.
En la misma fecha logró recuperar en Armenia (Quindío) 30 cabezas de bovinos de raza.
Representantes de ganaderos en La Guajira indicaron que la cercanía con Venezuela los pone en una situación vulnerable.
“Nos encontramos agobiados por el carneo y creemos que son delincuentes del vecino país de Venezuela. Hace 8 días en la finca de un ganadero le pelaron una vaca y se entregó a la Policía un sospechoso, pero no se sabe qué pasó con esta persona. Le pedimos a la Policía, al comando central, que sigan ampliando el rango de acción en la Serranía del Perijá”, dijo el presidente del Comité de Ganaderos de Fonseca, Fadrique Rincones.
Por su parte, Milagros Ojeda, ganadera de La Guajira, refirió que están reforzando esfuerzos con la fuerza pública y realizan visitas preventivas a las fincas. “Debido a esto se ha disminuido el abigeato. No obstante, hay casos de abigeato que no son denunciados”, aseguró.