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General - 19 enero, 2023

Costeñitos, una empresa que genera más de 60 empleos en Valledupar

Asdrúbal Guerrero, propietario del negocio, cuenta a EL PILÓN los inicios de su emprendimiento.

Asdrúbal Guerrero, propietario de Costeñitos. FOTO: JOAQUÍN RAMÍREZ.
Asdrúbal Guerrero, propietario de Costeñitos. FOTO: JOAQUÍN RAMÍREZ.
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REDACCIÓN / EL PILÓN

En la cocina de Rosa Villalba, mujer emprendedora de Riohacha, nació hace 20 años la receta de ‘Costeñitos’. Lo que comenzó como un negocio de ventas de deditos puerta a puerta, hoy es una empresa, con sede principal en Valledupar, dedicada a la elaboración y venta de empanadas, deditos, picadas para eventos y fiestas, jugos de corozo y avena; y recientemente se ha lanzado una línea saludable. 

En total, son 10 puntos de Costeñitos en la capital del Cesar, que ofrecen más de 60 empleos directos. De igual modo, ya tiene presencia en Santa Marta y Barranquilla y empieza a proyectarse internacionalmente. 

Asdrúbal Guerrero, propietario de Costeñitos, cuenta a EL PILÓN los inicios de la empresa.

“Teníamos un problema financiero y no teníamos para pagar la universidad de mi hermana. Estaba estudiando medicina. Empezamos a hacer productos, nacieron los deditos y vendíamos en la puerta de la casa, allá en Riohacha, en el barrio Padilla. Luego incursioné en otros negocios y dejé de lado el tema de los pasabocas. Terminé fracasando. Después, vine a Valledupar y decidí volver a hacer los pasabocas. Iba ofreciendo a las amistades que tenía en Valledupar y me di cuenta de que todo lo que producía lo vendía”, refiere.

La familia de Asdrúbal es apasionada por el arte culinario caribeño. Aparte del dedito, hay decenas de recetas auténticas que han inventado a lo largo de los años. Su madre, Rosa Villalba, es propietaria de una cadena de restaurantes en Riohacha. Es por ello que a Costeñitos siempre ha querido imprimírsele un excelente sabor, crocancia y calidad. Uno de sus productos típicos, el dedito pequeño, que maneja el queso mozzarella, logra diferenciarse de otros por su textura y exquisitez.

“Costeñitos es un producto muy práctico. Sirve para desayunos, cenas y meriendas. Nos convertimos en una opción para los habitantes de grandes ciudades que son descomplicados en cuanto a los horarios para comer. De igual manera, muchos niños llevan Costeñitos en la lonchera para el colegio y la gente lo usa para atender visitas en sus casas. Realmente, Costeñitos es una alternativa muy completa”, sostiene Guerrero. 

Costeñitos es en la actualidad una empresa consolidada porque su equipo humano reconoce que si no se trabaja en equipo es imposible lograrlo. En ocasiones, incluso, han tenido que pagar a empleados mucho más de lo que la empresa recibe como ganancias porque se ha entendido, desde siempre, que la empresa es la que primero tiene que crecer. 

“El sueño de nosotros es llegar a otros países, traspasar fronteras. Y esa expansión la estamos viendo, no para dentro de muchos años, sino muy cerca. De hecho, vamos a participar en una macrorrueda, en marzo, en Barranquilla. Ahí vamos a empezar a hacer nuestras primeras relaciones internacionales”, finaliza Guerrero. 

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19 enero, 2023

Costeñitos, una empresa que genera más de 60 empleos en Valledupar

Asdrúbal Guerrero, propietario del negocio, cuenta a EL PILÓN los inicios de su emprendimiento.


Asdrúbal Guerrero, propietario de Costeñitos. FOTO: JOAQUÍN RAMÍREZ.
Asdrúbal Guerrero, propietario de Costeñitos. FOTO: JOAQUÍN RAMÍREZ.
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REDACCIÓN / EL PILÓN

En la cocina de Rosa Villalba, mujer emprendedora de Riohacha, nació hace 20 años la receta de ‘Costeñitos’. Lo que comenzó como un negocio de ventas de deditos puerta a puerta, hoy es una empresa, con sede principal en Valledupar, dedicada a la elaboración y venta de empanadas, deditos, picadas para eventos y fiestas, jugos de corozo y avena; y recientemente se ha lanzado una línea saludable. 

En total, son 10 puntos de Costeñitos en la capital del Cesar, que ofrecen más de 60 empleos directos. De igual modo, ya tiene presencia en Santa Marta y Barranquilla y empieza a proyectarse internacionalmente. 

Asdrúbal Guerrero, propietario de Costeñitos, cuenta a EL PILÓN los inicios de la empresa.

“Teníamos un problema financiero y no teníamos para pagar la universidad de mi hermana. Estaba estudiando medicina. Empezamos a hacer productos, nacieron los deditos y vendíamos en la puerta de la casa, allá en Riohacha, en el barrio Padilla. Luego incursioné en otros negocios y dejé de lado el tema de los pasabocas. Terminé fracasando. Después, vine a Valledupar y decidí volver a hacer los pasabocas. Iba ofreciendo a las amistades que tenía en Valledupar y me di cuenta de que todo lo que producía lo vendía”, refiere.

La familia de Asdrúbal es apasionada por el arte culinario caribeño. Aparte del dedito, hay decenas de recetas auténticas que han inventado a lo largo de los años. Su madre, Rosa Villalba, es propietaria de una cadena de restaurantes en Riohacha. Es por ello que a Costeñitos siempre ha querido imprimírsele un excelente sabor, crocancia y calidad. Uno de sus productos típicos, el dedito pequeño, que maneja el queso mozzarella, logra diferenciarse de otros por su textura y exquisitez.

“Costeñitos es un producto muy práctico. Sirve para desayunos, cenas y meriendas. Nos convertimos en una opción para los habitantes de grandes ciudades que son descomplicados en cuanto a los horarios para comer. De igual manera, muchos niños llevan Costeñitos en la lonchera para el colegio y la gente lo usa para atender visitas en sus casas. Realmente, Costeñitos es una alternativa muy completa”, sostiene Guerrero. 

Costeñitos es en la actualidad una empresa consolidada porque su equipo humano reconoce que si no se trabaja en equipo es imposible lograrlo. En ocasiones, incluso, han tenido que pagar a empleados mucho más de lo que la empresa recibe como ganancias porque se ha entendido, desde siempre, que la empresa es la que primero tiene que crecer. 

“El sueño de nosotros es llegar a otros países, traspasar fronteras. Y esa expansión la estamos viendo, no para dentro de muchos años, sino muy cerca. De hecho, vamos a participar en una macrorrueda, en marzo, en Barranquilla. Ahí vamos a empezar a hacer nuestras primeras relaciones internacionales”, finaliza Guerrero.