El problema de territorio en la Serranía del Perijá está acabando con los indígenas yukpas, una etnia que aporta el mayor número de muertes por desnutrición en el Cesar.
El problema de territorio en la Serranía del Perijá está acabando con los indígenas yukpas, una etnia que aporta el mayor número de muertes por desnutrición en el Cesar. La guerra entre colonos e incluso al interior de los mismos resguardos ocasiona el abandono de parcelas, pérdida y saqueo de cultivos, sumado a ello la poca ayuda estatal para la supervivencia de una de las comunidades más cerradas al mundo occidental.
Como consecuencia del conflicto por la disputa de tierras en la parte alta de la serranía, 136 nativos del resguardo Iroka se desplazaron a Valledupar al considerar que no existen garantías para permanecer en estos predios. Según el docente yukpa, Luis Estrada Herrera, unos 10 indígenas han muerto por la confrontación.
“Hemos visto morir muchos niños y adultos también por física hambre. La desnutrición está extinguiéndonos, mientras esperamos que el Gobierno nos entreguen soluciones de fondo”, precisó.
Y aunque bajaron en busca de protección y mejores condiciones de vida, los 136 nativos, entre ellos 69 niños, han tenido que enfrentar muchas incomodidades, conviven en un centro integral de atención que dispuso para su estadía el Gobierno del Cesar.
Luis Pastor, uno de los pocos de estos yukpas que dominan el español, sostuvo que “dormimos en el suelo, no tenemos energía eléctrica, estamos siendo atacados por mosquitos y ya hay brotes de enfermedad en nuestros hijos”.
Acción Social, Pastoral Social y el Instituto de Bienestar Familiar, Icbf, les suministró algunos víveres para su alimentación que sigue siendo precaria. Arroz, lenteja, panela y azúcar, es lo que consumen con la esperanza que resuelvan su situación y puedan regresar a su resguardo sin peligro y con capacidad para producir.
“Estamos preocupados porque los alimentos se están acabando, no tenemos colchonetas, ni donde dormir, nos acostamos en el piso, en el suelo”, sostuvo Alicia Herrera, otra indígena.
AMPLIAR RESGUARDOS
Se calcula que en la Serranía del Perijá habitan unos 8 mil indígenas yukpas en los resguardos Iroka, Socorpa, Menkue, Caño Padilla y El Cozo, en jurisdicción de los municipios de Codazzi, Becerril y La Paz, en el Cesar. La lejanía de los asentamientos dificulta que los planes del Gobierno lleguen hasta ellos para enfrentar la desnutrición y la falta de tierras.
Sin embargo, a raíz de la situación de los nativos, una comisión de alto Gobierno, con representantes del Incoder, ICBF, ministerio de Ambiente y de Interior, se trasladó a Valledupar, donde evaluaron con voceros de la comunidad las necesidades que los afecta.
Según la directora de Asuntos Indígenas del Incoder Pilar Vidal, los yukpas están incluidos con prioridad en la ficha de inversión de este año, por lo cual se está recibiendo ofertas y solicitudes de tierras para presentarlas a la Comisión Nacional de Tierras que se reúne este 15 de marzo, a fin de avanzar en la ampliación de los resguardos.
La delegada de Asuntos Indígenas del Cesar Betsy Charris, sostuvo que no hay cifras claras con respecto al índice de muerte de yukpas por desnutrición, debido a que culturalmente entierran a sus muertos, sin que haya actas de levantamiento de autoridades competentes.
No obstante, la desnutrición es la principal causa de muerte, en primer lugar por la crisis alimentaria que sufren los asentamientos donde la tierra cultivable es reducida, seguidamente de la mala nutrición que se origina en periodos de escasez de cosechas y caza de animales, traduciéndose a largo plazo en enfermedades como diarrea y fuertes gripas, que terminan con sus decesos.
Tomado de: www.elheraldo.co
El problema de territorio en la Serranía del Perijá está acabando con los indígenas yukpas, una etnia que aporta el mayor número de muertes por desnutrición en el Cesar.
El problema de territorio en la Serranía del Perijá está acabando con los indígenas yukpas, una etnia que aporta el mayor número de muertes por desnutrición en el Cesar. La guerra entre colonos e incluso al interior de los mismos resguardos ocasiona el abandono de parcelas, pérdida y saqueo de cultivos, sumado a ello la poca ayuda estatal para la supervivencia de una de las comunidades más cerradas al mundo occidental.
Como consecuencia del conflicto por la disputa de tierras en la parte alta de la serranía, 136 nativos del resguardo Iroka se desplazaron a Valledupar al considerar que no existen garantías para permanecer en estos predios. Según el docente yukpa, Luis Estrada Herrera, unos 10 indígenas han muerto por la confrontación.
“Hemos visto morir muchos niños y adultos también por física hambre. La desnutrición está extinguiéndonos, mientras esperamos que el Gobierno nos entreguen soluciones de fondo”, precisó.
Y aunque bajaron en busca de protección y mejores condiciones de vida, los 136 nativos, entre ellos 69 niños, han tenido que enfrentar muchas incomodidades, conviven en un centro integral de atención que dispuso para su estadía el Gobierno del Cesar.
Luis Pastor, uno de los pocos de estos yukpas que dominan el español, sostuvo que “dormimos en el suelo, no tenemos energía eléctrica, estamos siendo atacados por mosquitos y ya hay brotes de enfermedad en nuestros hijos”.
Acción Social, Pastoral Social y el Instituto de Bienestar Familiar, Icbf, les suministró algunos víveres para su alimentación que sigue siendo precaria. Arroz, lenteja, panela y azúcar, es lo que consumen con la esperanza que resuelvan su situación y puedan regresar a su resguardo sin peligro y con capacidad para producir.
“Estamos preocupados porque los alimentos se están acabando, no tenemos colchonetas, ni donde dormir, nos acostamos en el piso, en el suelo”, sostuvo Alicia Herrera, otra indígena.
AMPLIAR RESGUARDOS
Se calcula que en la Serranía del Perijá habitan unos 8 mil indígenas yukpas en los resguardos Iroka, Socorpa, Menkue, Caño Padilla y El Cozo, en jurisdicción de los municipios de Codazzi, Becerril y La Paz, en el Cesar. La lejanía de los asentamientos dificulta que los planes del Gobierno lleguen hasta ellos para enfrentar la desnutrición y la falta de tierras.
Sin embargo, a raíz de la situación de los nativos, una comisión de alto Gobierno, con representantes del Incoder, ICBF, ministerio de Ambiente y de Interior, se trasladó a Valledupar, donde evaluaron con voceros de la comunidad las necesidades que los afecta.
Según la directora de Asuntos Indígenas del Incoder Pilar Vidal, los yukpas están incluidos con prioridad en la ficha de inversión de este año, por lo cual se está recibiendo ofertas y solicitudes de tierras para presentarlas a la Comisión Nacional de Tierras que se reúne este 15 de marzo, a fin de avanzar en la ampliación de los resguardos.
La delegada de Asuntos Indígenas del Cesar Betsy Charris, sostuvo que no hay cifras claras con respecto al índice de muerte de yukpas por desnutrición, debido a que culturalmente entierran a sus muertos, sin que haya actas de levantamiento de autoridades competentes.
No obstante, la desnutrición es la principal causa de muerte, en primer lugar por la crisis alimentaria que sufren los asentamientos donde la tierra cultivable es reducida, seguidamente de la mala nutrición que se origina en periodos de escasez de cosechas y caza de animales, traduciéndose a largo plazo en enfermedades como diarrea y fuertes gripas, que terminan con sus decesos.
Tomado de: www.elheraldo.co