Las huertas han sido desarrolladas en una parcela en la finca comunitaria La Lucha, una huerta en Umuriwa y una en la finca La Prosperidad en la vereda El Palmar, con tres especies biofortificadas: maíz, arroz y fríjol.
En el marco de la iniciativa de los cultivos biofortificados en la Sierra Nevada de Santa Marta, las mujeres lideresas y sabedoras arhuacas en la comunidad de Umuriwa, en el corregimiento de La Mesa, jurisdicción del municipio de Valledupar, mostraron su trabajo del semillero femenino ‘Fondo Acción’ en tres parcelas demostrativas con cultivos biofortificados, dos dentro del resguardo y una con un productor agroecológico.
Las huertas han sido desarrolladas en una parcela en la finca comunitaria La Lucha, una huerta en Umuriwa y una en la finca La Prosperidad en la vereda El Palmar, con tres especies biofortificadas: maíz, arroz y fríjol.
En este evento participaron representantes de cuatro comunidades de la etnia arhuaca: Birwa, Ikarwa, Seymuke y Umuriwa, con la presencia de sus respectivos cabildos y comisarios, así como la delegada de la mujer y la adolescencia del pueblo arhuaco y la primera mujer cabildo del pueblo arhuaco Zarkumawin Torres Torres de la comunidad Umuriwa.
El manejo de las parcelas ha hecho uso de extractos de plantas naturales en forma de purines que repelen los insectos, controlan patógenos, malezas y supermagro, completo para la adecuada nutrición. Esta iniciativa también aportó el fríjol biofortificado con el que se elaboraron las preparaciones propias y gourmet que se expidieron en el quiosco del semillero Fondo Acción asignado en el Festival Étnico Intercultural.
La delegada de la mujer y la adolescencia, Alcira Izquierdo Torres, comentó: “He propiciado y acompañado un trabajo espiritual con los mamos durante varios años para pedir el permiso y dar el pagamento para que las mujeres puedan cultivar de manera autónoma sin depender de la ayuda masculina”.
Estas actividades, en la zona de influencia de la comunidad de Umuriwa, consolidaron tanto la confianza en la plasticidad de los cultivos biofortificados frente a los fenómenos climáticos extremos, como en la capacidad de las mujeres de responsabilizarse de producir insumos artesanales de calidad y en hacerse cargo del mantenimiento de las parcelas.
“La importancia de tejer actores y conocimientos, tradicionales y formales para que el pueblo arhuaco alcance la soberanía alimentaria y cesen los reportes de muertes por desnutrición en nuestra etnia que actualmente aporta el 70% de las muertes infantiles asociadas con desnutrición”, manifestó Aurora Izquierdo Torres, fundadora de Asoanei.
Finalmente, la investigadora de Agrosavia, Adriana Tofiño puntualizó que las lecciones aprendidas están ligadas a la relevancia que tiene para las comunidades las parcelas demostrativas en fincas de productores, la vinculación de los líderes y las autoridades espirituales en los procesos con etnias.
“Estas comunidades son muy visuales y requieren experiencias tangibles como el muestrario de banco de semilla, las parcelas, los bioinsumos, los testimonios y las recomendaciones positivas de las autoridades para confiar en los nuevos procesos”, acotó Tofiño.
Las huertas han sido desarrolladas en una parcela en la finca comunitaria La Lucha, una huerta en Umuriwa y una en la finca La Prosperidad en la vereda El Palmar, con tres especies biofortificadas: maíz, arroz y fríjol.
En el marco de la iniciativa de los cultivos biofortificados en la Sierra Nevada de Santa Marta, las mujeres lideresas y sabedoras arhuacas en la comunidad de Umuriwa, en el corregimiento de La Mesa, jurisdicción del municipio de Valledupar, mostraron su trabajo del semillero femenino ‘Fondo Acción’ en tres parcelas demostrativas con cultivos biofortificados, dos dentro del resguardo y una con un productor agroecológico.
Las huertas han sido desarrolladas en una parcela en la finca comunitaria La Lucha, una huerta en Umuriwa y una en la finca La Prosperidad en la vereda El Palmar, con tres especies biofortificadas: maíz, arroz y fríjol.
En este evento participaron representantes de cuatro comunidades de la etnia arhuaca: Birwa, Ikarwa, Seymuke y Umuriwa, con la presencia de sus respectivos cabildos y comisarios, así como la delegada de la mujer y la adolescencia del pueblo arhuaco y la primera mujer cabildo del pueblo arhuaco Zarkumawin Torres Torres de la comunidad Umuriwa.
El manejo de las parcelas ha hecho uso de extractos de plantas naturales en forma de purines que repelen los insectos, controlan patógenos, malezas y supermagro, completo para la adecuada nutrición. Esta iniciativa también aportó el fríjol biofortificado con el que se elaboraron las preparaciones propias y gourmet que se expidieron en el quiosco del semillero Fondo Acción asignado en el Festival Étnico Intercultural.
La delegada de la mujer y la adolescencia, Alcira Izquierdo Torres, comentó: “He propiciado y acompañado un trabajo espiritual con los mamos durante varios años para pedir el permiso y dar el pagamento para que las mujeres puedan cultivar de manera autónoma sin depender de la ayuda masculina”.
Estas actividades, en la zona de influencia de la comunidad de Umuriwa, consolidaron tanto la confianza en la plasticidad de los cultivos biofortificados frente a los fenómenos climáticos extremos, como en la capacidad de las mujeres de responsabilizarse de producir insumos artesanales de calidad y en hacerse cargo del mantenimiento de las parcelas.
“La importancia de tejer actores y conocimientos, tradicionales y formales para que el pueblo arhuaco alcance la soberanía alimentaria y cesen los reportes de muertes por desnutrición en nuestra etnia que actualmente aporta el 70% de las muertes infantiles asociadas con desnutrición”, manifestó Aurora Izquierdo Torres, fundadora de Asoanei.
Finalmente, la investigadora de Agrosavia, Adriana Tofiño puntualizó que las lecciones aprendidas están ligadas a la relevancia que tiene para las comunidades las parcelas demostrativas en fincas de productores, la vinculación de los líderes y las autoridades espirituales en los procesos con etnias.
“Estas comunidades son muy visuales y requieren experiencias tangibles como el muestrario de banco de semilla, las parcelas, los bioinsumos, los testimonios y las recomendaciones positivas de las autoridades para confiar en los nuevos procesos”, acotó Tofiño.