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Columnista - 10 diciembre, 2022

¿Valledupar, ciudad sin futuro?

Para aprovechar al máximo la urbanización inevitable, la buena gobernanza es imprescindible. 

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El documento ‘Perspectivas de urbanización mundial’ revisado en 2018, contiene las estimaciones más recientes de las poblaciones o áreas urbanas y rurales desde 1950 hasta 2018 y las proyecciones hasta 2050. A medida que se acelera la urbanización la preocupación por el devenir de las ciudades en variables muy sensibles como las amenazas ambientales, recursos como agua, alimentos y energía, cierre de la brecha de desigualdad, uso de la tecnología y los privilegios de la gobernanza. 

Para aprovechar al máximo la urbanización inevitable, la buena gobernanza es imprescindible. Las ciudades aumentarán de tamaño y sus poblaciones se volverán más diversas. Gobernar estas ciudades será, por lo tanto, progresivamente complejo y requerirá las mentes más dedicadas. La exhortación a la dedicación para enfrentar los retos de las ciudades del futuro, ha sido un oído sordo o una desatención consciente de los exalcaldes de Valledupar desde 1995. Atrás quedó aquello del bautismo de la ciudad “Sorpresa Caribe” hoy los vallenatos convivimos con un conjunto de problemas o fragilidades urbanas caracterizadas por indicadores creciente en desempleo, inseguridad, discontinuidad en la prestación de los servicios públicos, lenta movilidad, transporte público superado por el mototaxismo, lugares convertidos en basureros públicos y una irracional falta de cultura ciudadana.

No descubro nada nuevo al machacar sobre los serios problemas que sufre la ciudad, ni el logro de Mello Castro, como el peor alcalde de la ciudad desde 1995. Tampoco pretendo que el bisoño mandatario gobierne la ciudad bajo los preceptos de las “ciudades sostenibles” ni mediante la articulación con las partes interesadas. En la ciudad todo funciona como rueda suelta y el alcalde no tiene el talante ni el liderazgo, para concentrar esfuerzos a favor de los fundamentos de la gobernanza como instrumento que encamine o permita revertir los precarios indicadores socioeconómicos.  

En Valledupar todos los asuntos atinentes al territorio gozan de altos niveles de sensibilidad, pese a la defraudación periódica, la gente sigue esperando mucho de sus dirigentes, no necesariamente por el mandato entregado mediante el voto, sino por la precariedad del nivel de los indicadores socioeconómicos. La gente quiere oportunidades y reclama esperanza. Esa aspiración subjetiva concibe la combinación de varios elementos, en las cuales hay responsabilidades precisas que recaen en los administradores del municipio, partiendo de la creencia de que entienden al territorio como un sistema en constante evolución. 

He considerado que para gobernar es necesario prepararse académicamente y forjar experiencia en el ejercicio de la función pública. Con estos elementos es probable el fortalecimiento de las convicciones y de la vocación de servir, en vez de inexpertos o polluelos políticos de elecciones. Las evidencias de la situación confirman que Valledupar, necesita un gobernante que entienda las necesidades de la ciudad y con la capacidad y autonomía ineluctable para la toma de decisiones. 

El proceso evolutivo de Valledupar tuvo en su primera generación de dirigentes, gestores que comprendieron el significado del ordenamiento territorial, entendido como un proceso de planificación y gestión para facilitar el desarrollo institucional, el fortalecimiento de la identidad cultural y el crecimiento territorial, características inherentes al desarrollo económico, competitividad, aspectos sociales justos, comportamiento ambiental y fiscal sostenibles, armonía regional, diversidad cultural y fisiografía del territorio.

Definir con precisión qué es hoy un “buen gobierno”, trata el libro del politólogo francés Pierre Rosanvallon. Comprender este mensaje es de suma necesidad. La gente en Valledupar, de manera testaruda, sigue confiando y esperando que sus gobernantes trabajen en garantizar mejores condiciones de vida. Por estos días varios son los precandidatos a la alcaldía. Más adelante revisaré esta larga fila. 

Columnista
10 diciembre, 2022

¿Valledupar, ciudad sin futuro?

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Luis Elquis Diaz

Para aprovechar al máximo la urbanización inevitable, la buena gobernanza es imprescindible. 


El documento ‘Perspectivas de urbanización mundial’ revisado en 2018, contiene las estimaciones más recientes de las poblaciones o áreas urbanas y rurales desde 1950 hasta 2018 y las proyecciones hasta 2050. A medida que se acelera la urbanización la preocupación por el devenir de las ciudades en variables muy sensibles como las amenazas ambientales, recursos como agua, alimentos y energía, cierre de la brecha de desigualdad, uso de la tecnología y los privilegios de la gobernanza. 

Para aprovechar al máximo la urbanización inevitable, la buena gobernanza es imprescindible. Las ciudades aumentarán de tamaño y sus poblaciones se volverán más diversas. Gobernar estas ciudades será, por lo tanto, progresivamente complejo y requerirá las mentes más dedicadas. La exhortación a la dedicación para enfrentar los retos de las ciudades del futuro, ha sido un oído sordo o una desatención consciente de los exalcaldes de Valledupar desde 1995. Atrás quedó aquello del bautismo de la ciudad “Sorpresa Caribe” hoy los vallenatos convivimos con un conjunto de problemas o fragilidades urbanas caracterizadas por indicadores creciente en desempleo, inseguridad, discontinuidad en la prestación de los servicios públicos, lenta movilidad, transporte público superado por el mototaxismo, lugares convertidos en basureros públicos y una irracional falta de cultura ciudadana.

No descubro nada nuevo al machacar sobre los serios problemas que sufre la ciudad, ni el logro de Mello Castro, como el peor alcalde de la ciudad desde 1995. Tampoco pretendo que el bisoño mandatario gobierne la ciudad bajo los preceptos de las “ciudades sostenibles” ni mediante la articulación con las partes interesadas. En la ciudad todo funciona como rueda suelta y el alcalde no tiene el talante ni el liderazgo, para concentrar esfuerzos a favor de los fundamentos de la gobernanza como instrumento que encamine o permita revertir los precarios indicadores socioeconómicos.  

En Valledupar todos los asuntos atinentes al territorio gozan de altos niveles de sensibilidad, pese a la defraudación periódica, la gente sigue esperando mucho de sus dirigentes, no necesariamente por el mandato entregado mediante el voto, sino por la precariedad del nivel de los indicadores socioeconómicos. La gente quiere oportunidades y reclama esperanza. Esa aspiración subjetiva concibe la combinación de varios elementos, en las cuales hay responsabilidades precisas que recaen en los administradores del municipio, partiendo de la creencia de que entienden al territorio como un sistema en constante evolución. 

He considerado que para gobernar es necesario prepararse académicamente y forjar experiencia en el ejercicio de la función pública. Con estos elementos es probable el fortalecimiento de las convicciones y de la vocación de servir, en vez de inexpertos o polluelos políticos de elecciones. Las evidencias de la situación confirman que Valledupar, necesita un gobernante que entienda las necesidades de la ciudad y con la capacidad y autonomía ineluctable para la toma de decisiones. 

El proceso evolutivo de Valledupar tuvo en su primera generación de dirigentes, gestores que comprendieron el significado del ordenamiento territorial, entendido como un proceso de planificación y gestión para facilitar el desarrollo institucional, el fortalecimiento de la identidad cultural y el crecimiento territorial, características inherentes al desarrollo económico, competitividad, aspectos sociales justos, comportamiento ambiental y fiscal sostenibles, armonía regional, diversidad cultural y fisiografía del territorio.

Definir con precisión qué es hoy un “buen gobierno”, trata el libro del politólogo francés Pierre Rosanvallon. Comprender este mensaje es de suma necesidad. La gente en Valledupar, de manera testaruda, sigue confiando y esperando que sus gobernantes trabajen en garantizar mejores condiciones de vida. Por estos días varios son los precandidatos a la alcaldía. Más adelante revisaré esta larga fila.