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Columnista - 28 noviembre, 2022

Agricel, otra estrategia perversa de la corrupción

Durante 10 años, el Cesar ha padecido una cantidad de proyectos que se convirtieron en una manguera por la que se desperdician montones de recursos: el estadio de Valledupar, la vía Zanjón Pueblo Bello, avenida Ciro Pupo en el Municipio de La Paz, CDT, hasta la Universidad Nacional estuvo en peligro y por eso el rechazo de esta institución para que el gobierno departamental no construyera la segunda fase de la sede Caribe. Acá toca felicitar a las directivas de la Universidad Nacional por su firmeza contra los corruptos.

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Durante 10 años, el Cesar ha padecido una cantidad de proyectos que se convirtieron en una manguera por la que se desperdician montones de recursos: el estadio de Valledupar, la vía Zanjón Pueblo Bello, avenida Ciro Pupo en el Municipio de La Paz, CDT, hasta la Universidad Nacional estuvo en peligro y por eso el rechazo de esta institución para que el gobierno departamental no construyera la segunda fase de la sede Caribe. Acá toca felicitar a las directivas de la Universidad Nacional por su firmeza contra los corruptos.

Entre esos proyectos enigmáticos de la Gobernación del Cesar, desde diario El Espectador se presentó ante la opinión un completo informe sobre una curiosa obra denominada “Implementación de células de desarrollo agrícola – agricel con sistemas de pivote central para el municipio de San Diego, vereda el toco en el Departamento del Cesar”, con fecha de inicio 15 de junio del 2021 para un plazo de 6 meses y 16 días por valor $6.387.436.650,00.

Lo curioso de este contrato, que compromete una suma considerable, es que se le confía la ejecución al CDT ganadero, también obra de este gobierno y que desde un principio empezó a generar pérdidas de las que aún no se ha recuperado. Pero fue la escogida para suscribir el convenio, es decir un contrato a dedo para evadir la convocatoria pública y así poder contratar con quien les diera la gana a pesar que el CDT ganadero no tiene la experiencia para obras como estas, como lo reconoce, no sabemos si por ingenuidad o descaro, el señor Juan Felipe Orozco, director ejecutivo del CDT- CESAR, en el informe del Espectador. 

Este contrato ha tenido tres prórrogas. La primera extendiendo el convenio por seis meses, luego por tres meses y por último dos meses, para un plazo total de 17 meses y 16 días, por lo que esta obra debería concluir próximamente. La razón principal de la prolongación de este contrato se fundamenta en la demora en la entrega de 4 pivotes adquiridos en el exterior por medio de una empresa llamada Valmont, empresa que informó, en escrito del 6 de diciembre del 2021, que “desde el 2020 el mercado global siente la presión de la pandemia en la cadena de suministro global…”.

Distraídos en la jugosa cifra del convenio y en el anticipo que recibirían, quienes “cranearon” este proyecto no analizaron los riesgos en la adquisición de materiales indispensables para la ejecución de este contrato, porque para nadie era un secreto el impacto en el mercado mundial provocado por la pandemia, situación que debió pronosticar el departamento para no poner en riesgo recursos públicos, crisis que se estaba viviendo en ese momento y aún estamos sintiendo.

Además ya fue desembolsado el 40% del valor del contrato al CDT, equivalente a $2.554.974.660, sin exigir ningún tipo de garantías como se requiere para el manejo de anticipos, lo que es más extraño aún, que a una entidad con graves problemas económicos desde su creación como el CDT le confíen multimillonarios recursos sin una póliza que los ampare. 

Preocupa que esa platica se pierda en los bolsillos de la corrupción y que la esperanza de los habitantes de la vereda ‘El Toco’, en el municipio de San Diego, termine liquidada por las perversas estrategias del gobierno que decía “Hacerlo Mejor”. 

Carlos Andrés Añez

Columnista
28 noviembre, 2022

Agricel, otra estrategia perversa de la corrupción

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Carlos Andrés Añez Maestre

Durante 10 años, el Cesar ha padecido una cantidad de proyectos que se convirtieron en una manguera por la que se desperdician montones de recursos: el estadio de Valledupar, la vía Zanjón Pueblo Bello, avenida Ciro Pupo en el Municipio de La Paz, CDT, hasta la Universidad Nacional estuvo en peligro y por eso el rechazo de esta institución para que el gobierno departamental no construyera la segunda fase de la sede Caribe. Acá toca felicitar a las directivas de la Universidad Nacional por su firmeza contra los corruptos.


Durante 10 años, el Cesar ha padecido una cantidad de proyectos que se convirtieron en una manguera por la que se desperdician montones de recursos: el estadio de Valledupar, la vía Zanjón Pueblo Bello, avenida Ciro Pupo en el Municipio de La Paz, CDT, hasta la Universidad Nacional estuvo en peligro y por eso el rechazo de esta institución para que el gobierno departamental no construyera la segunda fase de la sede Caribe. Acá toca felicitar a las directivas de la Universidad Nacional por su firmeza contra los corruptos.

Entre esos proyectos enigmáticos de la Gobernación del Cesar, desde diario El Espectador se presentó ante la opinión un completo informe sobre una curiosa obra denominada “Implementación de células de desarrollo agrícola – agricel con sistemas de pivote central para el municipio de San Diego, vereda el toco en el Departamento del Cesar”, con fecha de inicio 15 de junio del 2021 para un plazo de 6 meses y 16 días por valor $6.387.436.650,00.

Lo curioso de este contrato, que compromete una suma considerable, es que se le confía la ejecución al CDT ganadero, también obra de este gobierno y que desde un principio empezó a generar pérdidas de las que aún no se ha recuperado. Pero fue la escogida para suscribir el convenio, es decir un contrato a dedo para evadir la convocatoria pública y así poder contratar con quien les diera la gana a pesar que el CDT ganadero no tiene la experiencia para obras como estas, como lo reconoce, no sabemos si por ingenuidad o descaro, el señor Juan Felipe Orozco, director ejecutivo del CDT- CESAR, en el informe del Espectador. 

Este contrato ha tenido tres prórrogas. La primera extendiendo el convenio por seis meses, luego por tres meses y por último dos meses, para un plazo total de 17 meses y 16 días, por lo que esta obra debería concluir próximamente. La razón principal de la prolongación de este contrato se fundamenta en la demora en la entrega de 4 pivotes adquiridos en el exterior por medio de una empresa llamada Valmont, empresa que informó, en escrito del 6 de diciembre del 2021, que “desde el 2020 el mercado global siente la presión de la pandemia en la cadena de suministro global…”.

Distraídos en la jugosa cifra del convenio y en el anticipo que recibirían, quienes “cranearon” este proyecto no analizaron los riesgos en la adquisición de materiales indispensables para la ejecución de este contrato, porque para nadie era un secreto el impacto en el mercado mundial provocado por la pandemia, situación que debió pronosticar el departamento para no poner en riesgo recursos públicos, crisis que se estaba viviendo en ese momento y aún estamos sintiendo.

Además ya fue desembolsado el 40% del valor del contrato al CDT, equivalente a $2.554.974.660, sin exigir ningún tipo de garantías como se requiere para el manejo de anticipos, lo que es más extraño aún, que a una entidad con graves problemas económicos desde su creación como el CDT le confíen multimillonarios recursos sin una póliza que los ampare. 

Preocupa que esa platica se pierda en los bolsillos de la corrupción y que la esperanza de los habitantes de la vereda ‘El Toco’, en el municipio de San Diego, termine liquidada por las perversas estrategias del gobierno que decía “Hacerlo Mejor”. 

Carlos Andrés Añez