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Columnista - 16 noviembre, 2022

¡Indolentes! quebraron a Comfaguajira…

Como el enfermo que a todo mundo saluda y también lo saluda todo el mundo, se le ve sonriente y de buen color, pero por dentro se está pudriendo porque tiene todos los sistemas dañados, así era el estado de salud de la Caja de Compensación Familiar de La Guajira (Comfaguajira) que todo el mundo […]

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Como el enfermo que a todo mundo saluda y también lo saluda todo el mundo, se le ve sonriente y de buen color, pero por dentro se está pudriendo porque tiene todos los sistemas dañados, así era el estado de salud de la Caja de Compensación Familiar de La Guajira (Comfaguajira) que todo el mundo quería y gozaba de sus servicios, pero por dentro era un desastre administrativo, financiero y de gestión. ¡La quebraron!

No es una opinión mía. Es la conclusión de la Superintendencia de Subsidio Familiar (Supersubsidio) que ordenó la intervención administrativa total para Comfaguajira, y separó del cargo al director administrativo, junto con el consejo directivo y el revisor fiscal. ¡No quedó títere con cabeza!

De acuerdo con Supersubsidio, el programa de salud tiene una diferencia patrimonial negativa de más de $26 mil millones; cuentas por cobrar de $19 mil millones y solo son recuperables $2 mil millones, el resto ni se sabe por el deficitario nivel del recaudo de cartera; es deficiente el porcentaje de conciliación de glosas; y un altísimo nivel de endeudamiento del 187%.

También dice que, en cuanto al giro directo, “Se evidencia que la caja de compensación no ha realizado los pagos de la IPS con la misma objetividad que los demás acreedores, toda vez que el valor realizado por giro directo es muy inferior al promedio general realizado con los demás acreedores. De igual forma no es claro por qué siendo la IPS el principal proveedor de la EPS, no se le realice los pagos en debida forma”.

Es decir, Comfaguajira le paga mejor y primero a los demás acreedores que a la prestadora de servicios de la cual es dueña? Eso no lo entiende nadie. O tal vez si…

Pero hay más. De acuerdo con una certificación del área de crédito y cartera, la caja de compensación ha tenido problemas de liquidez y recurre al programa de salud IPS para cumplir con las obligaciones derivadas de su objeto social, poniendo en riesgo la operación del programa que más beneficios le ha dado a la caja de compensación; y tanto va el cántaro al agua hasta que se rompe… ¡Esos préstamos internos son autopréstamos!

Y el riesgo es mayor cuando la EPS que opera la caja de compensación solo le paga a la IPS por giro directo el 57% del valor de los servicios prestados, siendo un porcentaje muy inferior al promedio de pagos que hace a los demás prestadores de servicios de la EPS, poniendo en riesgo a corto plazo la operación del programa de la IPS porque no cuenta con un apalancamiento para fortalecer la operación y desarrollar actividades sin depender de los ingresos de la EPS. ¡Corruptos!

En ese carrusel que por extrañas razones premiaba a las demás EPS e IPS, se empieza a entender por qué fue intervenida la EPS de Comfaguajira y de una vez se ordenó la liquidación. Lo que no se entiende es por qué nombran como liquidador al mismo responsable del desastre. Eso lo tiene que explicar la Supersalud.

Comfaguajira ni siquiera tiene conciliadas las cuentas, carece de procesos de control contable, y la revisoría fiscal no estaba ni pintada; en tal sentido debe darle traslado a la Junta Central de Contadores.

Dice Supersubsidio que “La información en las condiciones planteadas, evidencia serias debilidades operativas y de control en los procesos de auditoría de cumplimiento, y del seguimiento a los recursos que le corresponde ejercer a la Revisoría Fiscal de la Corporación; exponiendo al riesgo el manejo de los recursos administrados.” 

Y para rematar “al verificar el plan de trabajo y las actividades realizadas por el revisor fiscal, se evidencia falta de diligencia en los procesos de auditoría”.

A cambio de qué el consejo directivo de Comfaguajira nunca ha cumplido con su deber para limitar el alcance del uso de los recursos? ¿Cuál fue el precio?

¿Dónde estaban los miembros del consejo directivo además del revisor fiscal que nunca se dieron cuenta de nada y no le pusieron freno a la gestión del director administrativo? 

El espacio no me permite seguir contando lo que encontró Supersubsidio.

Y como dijo el filósofo de La Junta: Se las dejo ahí... @LColmenaresR 

Columnista
16 noviembre, 2022

¡Indolentes! quebraron a Comfaguajira…

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Luís Alonso Colmenares Rodríguez

Como el enfermo que a todo mundo saluda y también lo saluda todo el mundo, se le ve sonriente y de buen color, pero por dentro se está pudriendo porque tiene todos los sistemas dañados, así era el estado de salud de la Caja de Compensación Familiar de La Guajira (Comfaguajira) que todo el mundo […]


Como el enfermo que a todo mundo saluda y también lo saluda todo el mundo, se le ve sonriente y de buen color, pero por dentro se está pudriendo porque tiene todos los sistemas dañados, así era el estado de salud de la Caja de Compensación Familiar de La Guajira (Comfaguajira) que todo el mundo quería y gozaba de sus servicios, pero por dentro era un desastre administrativo, financiero y de gestión. ¡La quebraron!

No es una opinión mía. Es la conclusión de la Superintendencia de Subsidio Familiar (Supersubsidio) que ordenó la intervención administrativa total para Comfaguajira, y separó del cargo al director administrativo, junto con el consejo directivo y el revisor fiscal. ¡No quedó títere con cabeza!

De acuerdo con Supersubsidio, el programa de salud tiene una diferencia patrimonial negativa de más de $26 mil millones; cuentas por cobrar de $19 mil millones y solo son recuperables $2 mil millones, el resto ni se sabe por el deficitario nivel del recaudo de cartera; es deficiente el porcentaje de conciliación de glosas; y un altísimo nivel de endeudamiento del 187%.

También dice que, en cuanto al giro directo, “Se evidencia que la caja de compensación no ha realizado los pagos de la IPS con la misma objetividad que los demás acreedores, toda vez que el valor realizado por giro directo es muy inferior al promedio general realizado con los demás acreedores. De igual forma no es claro por qué siendo la IPS el principal proveedor de la EPS, no se le realice los pagos en debida forma”.

Es decir, Comfaguajira le paga mejor y primero a los demás acreedores que a la prestadora de servicios de la cual es dueña? Eso no lo entiende nadie. O tal vez si…

Pero hay más. De acuerdo con una certificación del área de crédito y cartera, la caja de compensación ha tenido problemas de liquidez y recurre al programa de salud IPS para cumplir con las obligaciones derivadas de su objeto social, poniendo en riesgo la operación del programa que más beneficios le ha dado a la caja de compensación; y tanto va el cántaro al agua hasta que se rompe… ¡Esos préstamos internos son autopréstamos!

Y el riesgo es mayor cuando la EPS que opera la caja de compensación solo le paga a la IPS por giro directo el 57% del valor de los servicios prestados, siendo un porcentaje muy inferior al promedio de pagos que hace a los demás prestadores de servicios de la EPS, poniendo en riesgo a corto plazo la operación del programa de la IPS porque no cuenta con un apalancamiento para fortalecer la operación y desarrollar actividades sin depender de los ingresos de la EPS. ¡Corruptos!

En ese carrusel que por extrañas razones premiaba a las demás EPS e IPS, se empieza a entender por qué fue intervenida la EPS de Comfaguajira y de una vez se ordenó la liquidación. Lo que no se entiende es por qué nombran como liquidador al mismo responsable del desastre. Eso lo tiene que explicar la Supersalud.

Comfaguajira ni siquiera tiene conciliadas las cuentas, carece de procesos de control contable, y la revisoría fiscal no estaba ni pintada; en tal sentido debe darle traslado a la Junta Central de Contadores.

Dice Supersubsidio que “La información en las condiciones planteadas, evidencia serias debilidades operativas y de control en los procesos de auditoría de cumplimiento, y del seguimiento a los recursos que le corresponde ejercer a la Revisoría Fiscal de la Corporación; exponiendo al riesgo el manejo de los recursos administrados.” 

Y para rematar “al verificar el plan de trabajo y las actividades realizadas por el revisor fiscal, se evidencia falta de diligencia en los procesos de auditoría”.

A cambio de qué el consejo directivo de Comfaguajira nunca ha cumplido con su deber para limitar el alcance del uso de los recursos? ¿Cuál fue el precio?

¿Dónde estaban los miembros del consejo directivo además del revisor fiscal que nunca se dieron cuenta de nada y no le pusieron freno a la gestión del director administrativo? 

El espacio no me permite seguir contando lo que encontró Supersubsidio.

Y como dijo el filósofo de La Junta: Se las dejo ahí... @LColmenaresR