Una pedagogía sobre lo que necesita y tiene derecho un hombre para vivir resume las 5 A: aire, agua, alimento, abrigo y afecto, pero hacemos lo contrario, destruimos a Santurbán para extraer el oro, así se seque el páramo; contaminamos el ambiente con glifosato para erradicar la mariguana, la hoja de coca y la amapola, […]
Una pedagogía sobre lo que necesita y tiene derecho un hombre para vivir resume las 5 A: aire, agua, alimento, abrigo y afecto, pero hacemos lo contrario, destruimos a Santurbán para extraer el oro, así se seque el páramo; contaminamos el ambiente con glifosato para erradicar la mariguana, la hoja de coca y la amapola, reducimos la franja agrícola y nos extasiamos con el desamor, generador de violencia, todo ese drama sumado a la indolencia de las migraciones.
Fue esa y no otra la pedagogía que desarrolló, Héctor Abad Gómez, activista de derechos humanos en la Medellín polarizada y violenta de los años 70, víctima de una sociedad intolerante, que no solo no lo escuchó, sino que lo persiguió hasta acallarlo por defender la dignidad humana.
“La paz es muy difícil mientras valga más una bala que una idea”: Horacio Serpa.
El mejor legado a este médico y catedrático de la Universidad de Antioquia, magíster en salud pública de la Universidad de Minnesota (Estados Unidos), escritor, excongresistas, literato y exdiplomático, asesinado en 1987, lo recoge su hijo, Héctor Abad Faciolince en su novela literaria: ‘El olvido que seremos’, catalogada obra best seller de la Colombia contemporánea, llevada al cine como mejor película iberoamericana, traducida en más de 20 idiomas y laureada internacionalmente.
Tras el Covid 19, con el confinamiento creíamos haber pasado de la destrucción a la contemplación de la naturaleza, pero no, y pese a que la pandemia nos deja como enseñanza la necesidad de construir una sociedad más justa y una economía más humana, parece sembrar más odio, sed de venganza y una actitud perversa conducida por la mentalidad del dinero.
Hasta la forma de pensar está en crisis, y para hacer cambios profundos en nuestra sociedad tenemos que empezar a cambiar nuestra forma de pensar, sentenció el reconocido investigador brasileño, José de Souza Silva. “Lo que estamos viviendo no es una época de cambio sino un cambio de época, un mundo actual inmerso en la modernidad, el ajetreo y la tecnología; prácticamente enfocado hacia una sola dirección”: ¡el desarrollo! ¿Pero a qué costo?, decantó en su magistral conferencia denominada “Solo sabe hacia dónde va el que sabe de dónde viene”.
“Todos los grandes cambios están precedidos por el caos, y quien atribuye su fracaso a la crisis, violenta su propio talento y respeta más los problemas que las soluciones”: Albert Einstein, lo que supone una visión holística para enfrentar la inmediatez de una riqueza aparente, basada en la economía extractiva, escena en la que aparece el carbón, el más sucio de los combustibles que causan el calentamiento global, pero con la desgracia de ver perplejos a EE. UU., China, India, Australia y otras potencias, oponerse a eliminarlo a sabiendas de la crisis medioambiental global que urge descarbonizar la economía para no desaparecer del planeta por efectos del cambio climático que deriva en huracanes, terremotos, tsunamis, inundaciones, maremotos, avalanchas, extrema sequía, movimientos telúricos, aumento de temperatura y tormentas eléctricas de mayor intensidad y frecuencia.
Una pedagogía sobre lo que necesita y tiene derecho un hombre para vivir resume las 5 A: aire, agua, alimento, abrigo y afecto, pero hacemos lo contrario, destruimos a Santurbán para extraer el oro, así se seque el páramo; contaminamos el ambiente con glifosato para erradicar la mariguana, la hoja de coca y la amapola, […]
Una pedagogía sobre lo que necesita y tiene derecho un hombre para vivir resume las 5 A: aire, agua, alimento, abrigo y afecto, pero hacemos lo contrario, destruimos a Santurbán para extraer el oro, así se seque el páramo; contaminamos el ambiente con glifosato para erradicar la mariguana, la hoja de coca y la amapola, reducimos la franja agrícola y nos extasiamos con el desamor, generador de violencia, todo ese drama sumado a la indolencia de las migraciones.
Fue esa y no otra la pedagogía que desarrolló, Héctor Abad Gómez, activista de derechos humanos en la Medellín polarizada y violenta de los años 70, víctima de una sociedad intolerante, que no solo no lo escuchó, sino que lo persiguió hasta acallarlo por defender la dignidad humana.
“La paz es muy difícil mientras valga más una bala que una idea”: Horacio Serpa.
El mejor legado a este médico y catedrático de la Universidad de Antioquia, magíster en salud pública de la Universidad de Minnesota (Estados Unidos), escritor, excongresistas, literato y exdiplomático, asesinado en 1987, lo recoge su hijo, Héctor Abad Faciolince en su novela literaria: ‘El olvido que seremos’, catalogada obra best seller de la Colombia contemporánea, llevada al cine como mejor película iberoamericana, traducida en más de 20 idiomas y laureada internacionalmente.
Tras el Covid 19, con el confinamiento creíamos haber pasado de la destrucción a la contemplación de la naturaleza, pero no, y pese a que la pandemia nos deja como enseñanza la necesidad de construir una sociedad más justa y una economía más humana, parece sembrar más odio, sed de venganza y una actitud perversa conducida por la mentalidad del dinero.
Hasta la forma de pensar está en crisis, y para hacer cambios profundos en nuestra sociedad tenemos que empezar a cambiar nuestra forma de pensar, sentenció el reconocido investigador brasileño, José de Souza Silva. “Lo que estamos viviendo no es una época de cambio sino un cambio de época, un mundo actual inmerso en la modernidad, el ajetreo y la tecnología; prácticamente enfocado hacia una sola dirección”: ¡el desarrollo! ¿Pero a qué costo?, decantó en su magistral conferencia denominada “Solo sabe hacia dónde va el que sabe de dónde viene”.
“Todos los grandes cambios están precedidos por el caos, y quien atribuye su fracaso a la crisis, violenta su propio talento y respeta más los problemas que las soluciones”: Albert Einstein, lo que supone una visión holística para enfrentar la inmediatez de una riqueza aparente, basada en la economía extractiva, escena en la que aparece el carbón, el más sucio de los combustibles que causan el calentamiento global, pero con la desgracia de ver perplejos a EE. UU., China, India, Australia y otras potencias, oponerse a eliminarlo a sabiendas de la crisis medioambiental global que urge descarbonizar la economía para no desaparecer del planeta por efectos del cambio climático que deriva en huracanes, terremotos, tsunamis, inundaciones, maremotos, avalanchas, extrema sequía, movimientos telúricos, aumento de temperatura y tormentas eléctricas de mayor intensidad y frecuencia.