Por: Nuris Pardo Conrado Desde principios del año que avanza, la administración municipal, con bombos y platillos, ha venido invitando a los contribuyentes del impuesto predial e industria y comercio, a pagar masivamente sus tributos del año 2011, antes del 28 de febrero próximo, para hacerse acreedores al descuento aprobado por el Concejo Municipal del […]
Por: Nuris Pardo Conrado
Desde principios del año que avanza, la administración municipal, con bombos y platillos, ha venido invitando a los contribuyentes del impuesto predial e industria y comercio, a pagar masivamente sus tributos del año 2011, antes del 28 de febrero próximo, para hacerse acreedores al descuento aprobado por el Concejo Municipal del 20%, para todos aquellos que se encuentren a paz y salvo hasta el 2010.
Ante esto, lo lógico era que la Secretaría de Hacienda del municipio, hubiera realizado de manera previa y planificada, todas las acciones necesarias, tendientes a que el recaudo de estos tributos se realizara de una manera eficiente, eficaz, ágil y expedita, en aras de alcanzar altos niveles de pago, máxime en tratándose de una administración municipal tan necesitada de dinero para el cumplimiento de sus cometidos públicos.
Resulta que, para vergüenza de la administración municipal, la secretaria de hacienda de Valledupar se ha convertido en un verdadero caos y – tal parece-, que su equipo de trabajo no ha estado a la altura de las circunstancias que tal gabela aparejaba para los ciudadanos que masivamente se han acercado a dicha dependencia.
Tan cierto es esto, que los recibos para el pago de dichos tributos, sólo fueron expedidos hasta finales de enero y las filas para solicitarlos y recibirlos han sido interminables y vergonzosas para cualquier servidor público que se precie de decente y comprometido con su trabajo, repartiéndose fichos hasta determina cantidad para la atención de los contribuyentes, muchos de los cuales desistían del pago ante tanta desidia y demora en una tramitología paquidérmica y endémica, que constituye caldo de cultivo para los consabidos atajos y marrullerías propias de los tramitadores y leguleyos que pululan desde la puerta de dicha dependencia hasta varias cuadras a la redonda de la Alcaldía, ofreciendo sus servicios sin filas y sin demoras para realizar dichos tramites; amen de las otras filas y de los ocho días que exige dicha dependencia para expedir los paz y salvo respectivos, sin desconocer la desactualización de la información donde a muchas personas no les registran pagos anteriores, correspondiéndoles aportar los recibos respectivos para acreditar tal situación, incluso teniendo el paz y salvo le enrostran que no se encuentra al día con el fisco municipal.
Ante esto, el señor alcalde municipal – hombre de carácter y acciones, debe tomar cartas en el asunto y solicitar la ampliación del término para el pago de estos tributos en las condiciones señaladas y contratar los supernumerarios necesarios, bien entrenados, eficientes y comprometidos con lo público, que atiendan rápido a los contribuyentes y no nos llevemos la sensación que la administración municipal no necesita plata para nada.
[email protected]
Por: Nuris Pardo Conrado Desde principios del año que avanza, la administración municipal, con bombos y platillos, ha venido invitando a los contribuyentes del impuesto predial e industria y comercio, a pagar masivamente sus tributos del año 2011, antes del 28 de febrero próximo, para hacerse acreedores al descuento aprobado por el Concejo Municipal del […]
Por: Nuris Pardo Conrado
Desde principios del año que avanza, la administración municipal, con bombos y platillos, ha venido invitando a los contribuyentes del impuesto predial e industria y comercio, a pagar masivamente sus tributos del año 2011, antes del 28 de febrero próximo, para hacerse acreedores al descuento aprobado por el Concejo Municipal del 20%, para todos aquellos que se encuentren a paz y salvo hasta el 2010.
Ante esto, lo lógico era que la Secretaría de Hacienda del municipio, hubiera realizado de manera previa y planificada, todas las acciones necesarias, tendientes a que el recaudo de estos tributos se realizara de una manera eficiente, eficaz, ágil y expedita, en aras de alcanzar altos niveles de pago, máxime en tratándose de una administración municipal tan necesitada de dinero para el cumplimiento de sus cometidos públicos.
Resulta que, para vergüenza de la administración municipal, la secretaria de hacienda de Valledupar se ha convertido en un verdadero caos y – tal parece-, que su equipo de trabajo no ha estado a la altura de las circunstancias que tal gabela aparejaba para los ciudadanos que masivamente se han acercado a dicha dependencia.
Tan cierto es esto, que los recibos para el pago de dichos tributos, sólo fueron expedidos hasta finales de enero y las filas para solicitarlos y recibirlos han sido interminables y vergonzosas para cualquier servidor público que se precie de decente y comprometido con su trabajo, repartiéndose fichos hasta determina cantidad para la atención de los contribuyentes, muchos de los cuales desistían del pago ante tanta desidia y demora en una tramitología paquidérmica y endémica, que constituye caldo de cultivo para los consabidos atajos y marrullerías propias de los tramitadores y leguleyos que pululan desde la puerta de dicha dependencia hasta varias cuadras a la redonda de la Alcaldía, ofreciendo sus servicios sin filas y sin demoras para realizar dichos tramites; amen de las otras filas y de los ocho días que exige dicha dependencia para expedir los paz y salvo respectivos, sin desconocer la desactualización de la información donde a muchas personas no les registran pagos anteriores, correspondiéndoles aportar los recibos respectivos para acreditar tal situación, incluso teniendo el paz y salvo le enrostran que no se encuentra al día con el fisco municipal.
Ante esto, el señor alcalde municipal – hombre de carácter y acciones, debe tomar cartas en el asunto y solicitar la ampliación del término para el pago de estos tributos en las condiciones señaladas y contratar los supernumerarios necesarios, bien entrenados, eficientes y comprometidos con lo público, que atiendan rápido a los contribuyentes y no nos llevemos la sensación que la administración municipal no necesita plata para nada.
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