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Columnista - 25 junio, 2022

¿Qué significa hablar, gobernar y caminar sobre la vía de la justicia en la Biblia?

Dos personificaciones literarias propias de la literatura oriental, recogidas magistralmente en la Biblia hebrea

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Inevitablemente la pregunta anterior, conduce a establecer e indagar la relación de la siempre misteriosa y fascinante figura de Doña Sabiduría con la Justicia. 

Dos personificaciones literarias propias de la literatura oriental, recogidas magistralmente en la Biblia hebrea, que el cristianismo heredó y aplicó a Jesús de Nazaret, el hijo de Dios,  llamándolo plenitud encarnada de todo lo que se había dicho de forma figurada o alegórica  en el AT sobre la Sabiduría (en hebreo חָכְמָה – hokmah) y la Justicia (en hebreo צֶ֥דֶקsedeq). Un camino digno de transitar para tal propósito, es el estudio del emblemático texto de Prov. 8, 1-36, denominado segundo discurso de Doña Sabiduría, del cual analizaré acá sólo los vv.6-21 y que recomiendo leerlo con calma cada uno. En síntesis, reflexionaré y responderé al interrogante planteado, siguiendo este esquema:

  1. Justicia-Palabra (Pr 8, 6-9): 

     Saber hablar y escuchar en una cultura oral, garantiza la trasmisión de la sabiduría a través de la palabra, que viene regida por la integridad, justicia y veracidad, que a su vez, expresa mediante seis calificativos: honestidad, rectitud, verdad, justicia, claridad y el derecho. Tanto en estilo como en contenido el discurso de Doña Sabiduría responde a un objetivo ético que busca, en primer lugar, el bien de la sociedad y de sus miembros, en pleno contraste con las palabras de Doña Necedad, quien con lisonja, engaño y seducción, arrebata la paz y la vida a los hombres.

  1. Justicia-Gobierno (Pr 8,12-16): 

Es la sabiduría la que provee al rey y gobernantes la inteligencia para gobernar justa y sabiamente, ese es el arte de gobernar. Esto significa que no por ser rey, se es sabio, sino que es la sabiduría, la que capacita para ser rey o gobernante, cuyo modelo más elevado es Salomón, quien pide a Dios “un corazón capaz de escuchar para gobernar a su pueblo con justicia y distinguir el bien del mal” (cf. 1Re 3, 9). 

Porque sin ella, a los pueblos sólo les espera ruina y tiranía. De ahí que el consejo, la competencia y el poder sean tres elementos principales del arte de gobernar universal.

  1. Justicia-Prosperidad (Pr 8,17-21): 

Es la sabiduría la que se presenta a sí misma como poseedora de una inteligencia múltiple, según el lenguaje moderno, descrita en hebreo por diversos términos: astucia, sagacidad, consejo o deliberación, competencia o ingenio, inteligencia o discernimiento, fuerza, potencia y poder… Por tanto,  el hombre sabio, es capaz de tomar decisiones éticas frente a Dios y a los demás, porque este es el actuar de Doña Sabiduría con la metáfora del camino, pues según el biblista James A. Loader, todas sus acciones son justas en “esencia y manifestación”. 

Establecer una relación personal, íntima y afectiva con la sabiduría, es que lo hará próspero al discípulo en el camino de la vida, colmándolo de riqueza, bienestar y justicia.

A partir de lo anterior y en la misma línea de la biblista Nuria Calduch, considero que la Sabiduría bíblica puede iluminar la vida personal, las relaciones interpersonales, la vida social y la mentalidad de los gobernantes. Son vigentes las reflexiones expuestas acá sobre Sabiduría-Justicia, como una fuente inagotable de luz para la construcción de un mundo más justo, fraterno y humano, en el que la paz universal no es un sueño, sino una realidad, un don del Dios único, creador del universo, justo y misericordioso. 

Y a la vez una tarea de los hombres que buscan y aman la Sabiduría-Justicia desde una oralidad, moralidad o ética y religiosidad auténtica.

Columnista
25 junio, 2022

¿Qué significa hablar, gobernar y caminar sobre la vía de la justicia en la Biblia?

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Juan Carlos Mendoza

Dos personificaciones literarias propias de la literatura oriental, recogidas magistralmente en la Biblia hebrea


Inevitablemente la pregunta anterior, conduce a establecer e indagar la relación de la siempre misteriosa y fascinante figura de Doña Sabiduría con la Justicia. 

Dos personificaciones literarias propias de la literatura oriental, recogidas magistralmente en la Biblia hebrea, que el cristianismo heredó y aplicó a Jesús de Nazaret, el hijo de Dios,  llamándolo plenitud encarnada de todo lo que se había dicho de forma figurada o alegórica  en el AT sobre la Sabiduría (en hebreo חָכְמָה – hokmah) y la Justicia (en hebreo צֶ֥דֶקsedeq). Un camino digno de transitar para tal propósito, es el estudio del emblemático texto de Prov. 8, 1-36, denominado segundo discurso de Doña Sabiduría, del cual analizaré acá sólo los vv.6-21 y que recomiendo leerlo con calma cada uno. En síntesis, reflexionaré y responderé al interrogante planteado, siguiendo este esquema:

  1. Justicia-Palabra (Pr 8, 6-9): 

     Saber hablar y escuchar en una cultura oral, garantiza la trasmisión de la sabiduría a través de la palabra, que viene regida por la integridad, justicia y veracidad, que a su vez, expresa mediante seis calificativos: honestidad, rectitud, verdad, justicia, claridad y el derecho. Tanto en estilo como en contenido el discurso de Doña Sabiduría responde a un objetivo ético que busca, en primer lugar, el bien de la sociedad y de sus miembros, en pleno contraste con las palabras de Doña Necedad, quien con lisonja, engaño y seducción, arrebata la paz y la vida a los hombres.

  1. Justicia-Gobierno (Pr 8,12-16): 

Es la sabiduría la que provee al rey y gobernantes la inteligencia para gobernar justa y sabiamente, ese es el arte de gobernar. Esto significa que no por ser rey, se es sabio, sino que es la sabiduría, la que capacita para ser rey o gobernante, cuyo modelo más elevado es Salomón, quien pide a Dios “un corazón capaz de escuchar para gobernar a su pueblo con justicia y distinguir el bien del mal” (cf. 1Re 3, 9). 

Porque sin ella, a los pueblos sólo les espera ruina y tiranía. De ahí que el consejo, la competencia y el poder sean tres elementos principales del arte de gobernar universal.

  1. Justicia-Prosperidad (Pr 8,17-21): 

Es la sabiduría la que se presenta a sí misma como poseedora de una inteligencia múltiple, según el lenguaje moderno, descrita en hebreo por diversos términos: astucia, sagacidad, consejo o deliberación, competencia o ingenio, inteligencia o discernimiento, fuerza, potencia y poder… Por tanto,  el hombre sabio, es capaz de tomar decisiones éticas frente a Dios y a los demás, porque este es el actuar de Doña Sabiduría con la metáfora del camino, pues según el biblista James A. Loader, todas sus acciones son justas en “esencia y manifestación”. 

Establecer una relación personal, íntima y afectiva con la sabiduría, es que lo hará próspero al discípulo en el camino de la vida, colmándolo de riqueza, bienestar y justicia.

A partir de lo anterior y en la misma línea de la biblista Nuria Calduch, considero que la Sabiduría bíblica puede iluminar la vida personal, las relaciones interpersonales, la vida social y la mentalidad de los gobernantes. Son vigentes las reflexiones expuestas acá sobre Sabiduría-Justicia, como una fuente inagotable de luz para la construcción de un mundo más justo, fraterno y humano, en el que la paz universal no es un sueño, sino una realidad, un don del Dios único, creador del universo, justo y misericordioso. 

Y a la vez una tarea de los hombres que buscan y aman la Sabiduría-Justicia desde una oralidad, moralidad o ética y religiosidad auténtica.