Esta columna está a punto de completar 1000 publicaciones, en estos últimos 15 años. Este espacio en EL PILÓN, medio que merece mi agradecimiento infinito, ha sido una verdadera columna vertebral en mi proceso, porque desde aquí he podido comunicar, exaltar valores y expresar mis críticas y denuncias a una clase política corrupta, pese a que muchos me querían amedrentar: “te van a matar, ten cuidado, meterse con los políticos es comprar un tiquete al cementerio”.
Esta columna está a punto de completar 1000 publicaciones, en estos últimos 15 años. Este espacio en EL PILÓN, medio que merece mi agradecimiento infinito, ha sido una verdadera columna vertebral en mi proceso, porque desde aquí he podido comunicar, exaltar valores y expresar mis críticas y denuncias a una clase política corrupta, pese a que muchos me querían amedrentar: “te van a matar, ten cuidado, meterse con los políticos es comprar un tiquete al cementerio” Gracias a Dios, hasta la fecha nunca recibí ninguna amenaza, pero sí muchos ataques rastreros en redes sociales y fui objeto de toda clase de calumnias para tratar de quebrarme, sobre todo de tipo personal, me inventaron de todo, la más reciente cuando un miembro del equipo del senador Didier Lobo, Elfi del Rosario Galeano escribió en su cuenta de Twitter que yo le había pegado a mi propia madre, casi nada, aprovecho para preguntarle al senador Lobo si ¿era ella la que asesoraba a alias 39, cuando corrieron ríos de sangre en esta región? Pregúntele ¿si manejaba listas de personas para asesinar y extorsionar? Senador de ser cierto, tener un elemento de estos en su equipo, sería algo muy grave. Nunca me amilané, ni me acobardé, por el contrario, me sentía con más fuerza, ni pensé en dejar la columna, porque sabía que nada era cierto, a pesar de calumnias perversas, penosas y bajas, pero el momento político que vive el país sí me ha obligado a pensar si realmente vale la pena seguir haciendo una columna que es lo más parecido a sembrar en el desierto. A pesar de que las reglas de la democracia son claras y debemos aceptarlas; si se da la elección de Rodolfo Hernández, tocamos fondo, un tipo misógino, xenófobo e ignorantón, capaz de decir “que se limpia el culo con la ley” y de aprovecharse de los pobres para enriquecerse, el propio burro con plata. Ahora entiendo a gran parte de los Estadounidenses que detestaban las formas y maneras de Donald Trump, que dejó un país dividido y enfrentado, pero que sobrevivió gracias a que en el país del norte, las instituciones son fuertes y lograron soportar esa carga de odio mezclada con populismo, únicamente por el poder, pero en Colombia un tipo de estos, es y será una amenaza, sinceramente nunca pensé que llegaríamos a eso, pero llegamos. Existe una opción clara para elegir a un autoritario peor; quien termina entrevistas cuando un tema como la corrupción no le gusta, un tipo en quien se congregan todos los clanes políticos que hemos combatido y de ñapa está imputado por corrupción y tiene unos hijos que son unas pirañas del presupuesto y que de llegar a la Casa de Nariño puede hacer un gobierno, incluso peor que el de Virgilio Barco, en el cual, por su edad y una enfermedad, terminaron gobernando sus asesores. Duele ver a Colombia rumbo a un despeñadero, mientras nos agredimos por políticos de una y otra corriente, quienes no han podido con la responsabilidad histórica de sacar al país adelante. La gente sigue peleando por los mismos, mientras esos políticos solo piensan en sus intereses personales; los hemos vuelto necesarios, como si fueran el indispensable oxígeno y no lo son, cada colombiano lucha y merece un mejor trato; no sigamos defendiendo causas, defendamos las ganas de cambiar, defendamos el voto libre, defendamos nuestra dignidad y los valores que nos pueden sacar adelante, seamos capaces de ser críticos y de evaluar resultados, sobre todo de quienes nos han mal gobernado. Es decepcionante que el país esté a punto de elegir a un tipo que juega al todo vale y que se esconde para no dar entrevistas ni asistir a debates. Un escenario que me obliga a pensar: escribir, opinar ¿para qué?
Con esta decisión no pretendo dejar de escribir, ni de participar la escena pública. Seguiré investigando, haciendo literatura, crónicas, denunciando y escribiendo en las redes. Pero a la columna, si gana Rodolfo, voy a darle un tiempo, volveré recargado en mejores escenarios. De lo contrario, seguiré haciendo el control que requiere toda democracia desde los medios y la opinión.
Por JACOBO SOLANO C.
@JACOBOSOLANOC
Esta columna está a punto de completar 1000 publicaciones, en estos últimos 15 años. Este espacio en EL PILÓN, medio que merece mi agradecimiento infinito, ha sido una verdadera columna vertebral en mi proceso, porque desde aquí he podido comunicar, exaltar valores y expresar mis críticas y denuncias a una clase política corrupta, pese a que muchos me querían amedrentar: “te van a matar, ten cuidado, meterse con los políticos es comprar un tiquete al cementerio”.
Esta columna está a punto de completar 1000 publicaciones, en estos últimos 15 años. Este espacio en EL PILÓN, medio que merece mi agradecimiento infinito, ha sido una verdadera columna vertebral en mi proceso, porque desde aquí he podido comunicar, exaltar valores y expresar mis críticas y denuncias a una clase política corrupta, pese a que muchos me querían amedrentar: “te van a matar, ten cuidado, meterse con los políticos es comprar un tiquete al cementerio” Gracias a Dios, hasta la fecha nunca recibí ninguna amenaza, pero sí muchos ataques rastreros en redes sociales y fui objeto de toda clase de calumnias para tratar de quebrarme, sobre todo de tipo personal, me inventaron de todo, la más reciente cuando un miembro del equipo del senador Didier Lobo, Elfi del Rosario Galeano escribió en su cuenta de Twitter que yo le había pegado a mi propia madre, casi nada, aprovecho para preguntarle al senador Lobo si ¿era ella la que asesoraba a alias 39, cuando corrieron ríos de sangre en esta región? Pregúntele ¿si manejaba listas de personas para asesinar y extorsionar? Senador de ser cierto, tener un elemento de estos en su equipo, sería algo muy grave. Nunca me amilané, ni me acobardé, por el contrario, me sentía con más fuerza, ni pensé en dejar la columna, porque sabía que nada era cierto, a pesar de calumnias perversas, penosas y bajas, pero el momento político que vive el país sí me ha obligado a pensar si realmente vale la pena seguir haciendo una columna que es lo más parecido a sembrar en el desierto. A pesar de que las reglas de la democracia son claras y debemos aceptarlas; si se da la elección de Rodolfo Hernández, tocamos fondo, un tipo misógino, xenófobo e ignorantón, capaz de decir “que se limpia el culo con la ley” y de aprovecharse de los pobres para enriquecerse, el propio burro con plata. Ahora entiendo a gran parte de los Estadounidenses que detestaban las formas y maneras de Donald Trump, que dejó un país dividido y enfrentado, pero que sobrevivió gracias a que en el país del norte, las instituciones son fuertes y lograron soportar esa carga de odio mezclada con populismo, únicamente por el poder, pero en Colombia un tipo de estos, es y será una amenaza, sinceramente nunca pensé que llegaríamos a eso, pero llegamos. Existe una opción clara para elegir a un autoritario peor; quien termina entrevistas cuando un tema como la corrupción no le gusta, un tipo en quien se congregan todos los clanes políticos que hemos combatido y de ñapa está imputado por corrupción y tiene unos hijos que son unas pirañas del presupuesto y que de llegar a la Casa de Nariño puede hacer un gobierno, incluso peor que el de Virgilio Barco, en el cual, por su edad y una enfermedad, terminaron gobernando sus asesores. Duele ver a Colombia rumbo a un despeñadero, mientras nos agredimos por políticos de una y otra corriente, quienes no han podido con la responsabilidad histórica de sacar al país adelante. La gente sigue peleando por los mismos, mientras esos políticos solo piensan en sus intereses personales; los hemos vuelto necesarios, como si fueran el indispensable oxígeno y no lo son, cada colombiano lucha y merece un mejor trato; no sigamos defendiendo causas, defendamos las ganas de cambiar, defendamos el voto libre, defendamos nuestra dignidad y los valores que nos pueden sacar adelante, seamos capaces de ser críticos y de evaluar resultados, sobre todo de quienes nos han mal gobernado. Es decepcionante que el país esté a punto de elegir a un tipo que juega al todo vale y que se esconde para no dar entrevistas ni asistir a debates. Un escenario que me obliga a pensar: escribir, opinar ¿para qué?
Con esta decisión no pretendo dejar de escribir, ni de participar la escena pública. Seguiré investigando, haciendo literatura, crónicas, denunciando y escribiendo en las redes. Pero a la columna, si gana Rodolfo, voy a darle un tiempo, volveré recargado en mejores escenarios. De lo contrario, seguiré haciendo el control que requiere toda democracia desde los medios y la opinión.
Por JACOBO SOLANO C.
@JACOBOSOLANOC