Marce Urón Pinto nos presenta su primer libro, ‘Una vida en palabras’
La creación poética nace de la emoción de una imagen evocada. Es decir, es una especie de reacción frente a la experiencia inicial hasta llegar a la contemplación sosegada del asombro. El asombro es un acto particular, llega en la medida que se aprende a descubrir la esencia de las cosas, llega cuando la sensibilidad nos permite observar en los espejos del viento la risa dormida del arcoíris y el trapecio donde el relámpago guarda sus secretos.
El maestro Luis Mizar, siempre nos recordaba estas palabras de Jorge Luis Borges: “La poesía es un hecho estético tan evidente y tan indefinible como el amor, como el sabor de las frutas; es tan extrañamente hermoso como el verso de Angelus Silesius: La rosa es sin porqué, florece porque florece”.
Marce Urón Pinto nos presenta su primer libro, ‘Una vida en palabras’. 50 poemas, impreso por Ediciones Nueva Jurídica de Bogotá. La autora, nos refrenda que la poesía es el arte de la palabra. Fiesta de la imaginación y de los sentimientos. La poesía es una razón de vivir que dignifica y embellece la vida de los seres humanos. La poesía es la iluminación de la existencia humana y del universo.
Marce nace en un pueblo mágico de encantos y hermoso como la eufonía de su nombre, Río de Oro. Allí vive su infancia y sus años juveniles en un hogar rodeado de palabras y de libros. Su Madre Nexy Esperanza Pinto, especialista en pedagogía, es amante de la poesía y la declamación. Su padre, José Luis Urón, distinguido abogado, consagrado lector y de fina elocuencia.
Marce es abogada, estudiosa de los códigos y la literatura, para ella la palabra es su vida, su quimera y su nostalgia. En el río de sus emociones navegan los epígrafes del silencio y los gritos de sus batallas. Para ella, el olvido sabe a borrones de la memoria, a caricias incompletas y turrones de sueños desplazados. Celebra el amor maternal. La emoción infantil de descubrir en los labios de su madre- profesora la ternura del sonido y la imagen de las letras.
En sus facetas románticas: Las apologías del deseo para deslizar los pinceles de la música por los sueños de la piel, para caminar errante por las cimas de los árboles y tocar las ventanas del viento. Para ver las estrellas que hablan en el lienzo de la noche, y frente a su plácida mirada, la compañía en soledad y la soledad en compañía.
El bolígrafo de sus meditaciones resalta la caligrafía del tiempo que fatiga la distancia y se lleva los rastros de la luz y de la sombra. Su palabra en la liturgia de la fe, tiene prisa de glorificar a Dios con su poesía.
En sus diálogos interiores, confiesa: “No hay nada malo en ti, no eres la culpa que te abraza, no eres la tristeza que te visita. Eres las veces que no te diste por vencido. Eres las veces que lo hiciste mejor, las veces que te amaron y te amaste”. En el poema ‘Mujer de Lucha’, nos dice: “Que tu clamor de libertad sea el nuestro, que tus nobles ideales nos sigan, que tus sueños de paz nos encandezcan en el amanecer de los días”.
Marce Urón Pinto nos presenta su primer libro, ‘Una vida en palabras’
La creación poética nace de la emoción de una imagen evocada. Es decir, es una especie de reacción frente a la experiencia inicial hasta llegar a la contemplación sosegada del asombro. El asombro es un acto particular, llega en la medida que se aprende a descubrir la esencia de las cosas, llega cuando la sensibilidad nos permite observar en los espejos del viento la risa dormida del arcoíris y el trapecio donde el relámpago guarda sus secretos.
El maestro Luis Mizar, siempre nos recordaba estas palabras de Jorge Luis Borges: “La poesía es un hecho estético tan evidente y tan indefinible como el amor, como el sabor de las frutas; es tan extrañamente hermoso como el verso de Angelus Silesius: La rosa es sin porqué, florece porque florece”.
Marce Urón Pinto nos presenta su primer libro, ‘Una vida en palabras’. 50 poemas, impreso por Ediciones Nueva Jurídica de Bogotá. La autora, nos refrenda que la poesía es el arte de la palabra. Fiesta de la imaginación y de los sentimientos. La poesía es una razón de vivir que dignifica y embellece la vida de los seres humanos. La poesía es la iluminación de la existencia humana y del universo.
Marce nace en un pueblo mágico de encantos y hermoso como la eufonía de su nombre, Río de Oro. Allí vive su infancia y sus años juveniles en un hogar rodeado de palabras y de libros. Su Madre Nexy Esperanza Pinto, especialista en pedagogía, es amante de la poesía y la declamación. Su padre, José Luis Urón, distinguido abogado, consagrado lector y de fina elocuencia.
Marce es abogada, estudiosa de los códigos y la literatura, para ella la palabra es su vida, su quimera y su nostalgia. En el río de sus emociones navegan los epígrafes del silencio y los gritos de sus batallas. Para ella, el olvido sabe a borrones de la memoria, a caricias incompletas y turrones de sueños desplazados. Celebra el amor maternal. La emoción infantil de descubrir en los labios de su madre- profesora la ternura del sonido y la imagen de las letras.
En sus facetas románticas: Las apologías del deseo para deslizar los pinceles de la música por los sueños de la piel, para caminar errante por las cimas de los árboles y tocar las ventanas del viento. Para ver las estrellas que hablan en el lienzo de la noche, y frente a su plácida mirada, la compañía en soledad y la soledad en compañía.
El bolígrafo de sus meditaciones resalta la caligrafía del tiempo que fatiga la distancia y se lleva los rastros de la luz y de la sombra. Su palabra en la liturgia de la fe, tiene prisa de glorificar a Dios con su poesía.
En sus diálogos interiores, confiesa: “No hay nada malo en ti, no eres la culpa que te abraza, no eres la tristeza que te visita. Eres las veces que no te diste por vencido. Eres las veces que lo hiciste mejor, las veces que te amaron y te amaste”. En el poema ‘Mujer de Lucha’, nos dice: “Que tu clamor de libertad sea el nuestro, que tus nobles ideales nos sigan, que tus sueños de paz nos encandezcan en el amanecer de los días”.