Poseedor de un talento explosivo, amante del pop art con el que logra combinar nuestra música y nuestra cultura aún áspera con los toques sofisticados de la contemporaneidad, dándole aspecto más universal, así lo hizo con su homenaje a Diomedes Diaz adaptando la creación de Andy Warhol en su mítico shot stage blue Marilyn, pero en lugar de la rubia de los 60s, Jacobo retrató a nuestro ídolo criollo.
En una región dominada por familias poderosas, donde imponen sus caprichos y no aceptan cuestionamientos, surgen figuras que enfrentan sin disimulo esos rasgos esclavistas de nuestra sociedad, lo que no resisten los abusadores es la exposición de sus prácticas detestables; la labor de un columnista adquiere relevancia cuando entiende que su compromiso está ligado a revelar datos desconocidos para el ciudadano desprevenido ó llamar a la reflexión sobre momentos trascendentales en nuestras vidas, Jacobo Solano lo comprendió muy bien y eso lo ubicó como el opinador más importante e influyente de la región.
Poseedor de un talento explosivo, amante del pop art con el que logra combinar nuestra música y nuestra cultura aún áspera con los toques sofisticados de la contemporaneidad, dándole aspecto más universal, así lo hizo con su homenaje a Diomedes Diaz adaptando la creación de Andy Warhol en su mítico shot stage blue Marilyn, pero en lugar de la rubia de los 60s, Jacobo retrató a nuestro ídolo criollo.
Pero su capacidad para escribir no se limita a su punzante columna de los lunes, nos brindó obras como la maldición de Fiorella Moratti, Diomedes el ídolo y también tiene en su trayectoria obras infantiles como los totumos mágicos una manera ingeniosa de atraer a los niños a la lectura y al cuidado del medio ambiente, siendo este último una de las grandes preocupaciones de Jacobo Solano, dejando registros fotográficos de la belleza de nuestra naturaleza.
Queda en el corazón del barrio cañahuate su máxima creación, después del mural la mirada de Gabo, abre el cuartico de Gabo, un espacio mágico en el que Jacobo combina todo tipo de expresiones artísticas, pero la magia provenía del mismo Jacobo Solano, la descripción de cada elemento, de cada foto, de cada artículo y la relación entre Gabo con el arte universal, hasta el punto de convertir este sitio en uno de los tres más apetecidos por los turistas en Valledupar y hasta en escenario de entrevista de personajes de talla nacional.
Jacobo Solano, decidió armar sus maletas y llevar sus ganas de comerse al mundo a otro continente, donde seguramente su ingenio continuará desarrollándose exponencialmente, un ingenio que definitivamente en estas tierras de mentes aún medievales no comprenden lo que un artista pretende con sus creaciones, poner a vibrar corazones y animar a las mentas a pensar, interpretar sin necesidad de amarrarse políticamente con ninguno de los bandidos locales, porque esa es la naturaleza de Solano, opinar sin importarle los flamantes apellidos de la comarca empobrecida por el servilismo alimentado por muchos comunicadores vendidos a los que Jacobo también criticó y con razón.
Jacobo Solano, por varios años consecutivos reconocido como el mejor columnista según muchas encuestadoras, te deseo muchos éxitos, espero seguir encontrándote los lunes en EL PILÓN con tu estilo frentero, sin maquillaje, dando ejemplo de lo que es un verdadero columnista.
Por Carlos Andrés Añez Maestre
Poseedor de un talento explosivo, amante del pop art con el que logra combinar nuestra música y nuestra cultura aún áspera con los toques sofisticados de la contemporaneidad, dándole aspecto más universal, así lo hizo con su homenaje a Diomedes Diaz adaptando la creación de Andy Warhol en su mítico shot stage blue Marilyn, pero en lugar de la rubia de los 60s, Jacobo retrató a nuestro ídolo criollo.
En una región dominada por familias poderosas, donde imponen sus caprichos y no aceptan cuestionamientos, surgen figuras que enfrentan sin disimulo esos rasgos esclavistas de nuestra sociedad, lo que no resisten los abusadores es la exposición de sus prácticas detestables; la labor de un columnista adquiere relevancia cuando entiende que su compromiso está ligado a revelar datos desconocidos para el ciudadano desprevenido ó llamar a la reflexión sobre momentos trascendentales en nuestras vidas, Jacobo Solano lo comprendió muy bien y eso lo ubicó como el opinador más importante e influyente de la región.
Poseedor de un talento explosivo, amante del pop art con el que logra combinar nuestra música y nuestra cultura aún áspera con los toques sofisticados de la contemporaneidad, dándole aspecto más universal, así lo hizo con su homenaje a Diomedes Diaz adaptando la creación de Andy Warhol en su mítico shot stage blue Marilyn, pero en lugar de la rubia de los 60s, Jacobo retrató a nuestro ídolo criollo.
Pero su capacidad para escribir no se limita a su punzante columna de los lunes, nos brindó obras como la maldición de Fiorella Moratti, Diomedes el ídolo y también tiene en su trayectoria obras infantiles como los totumos mágicos una manera ingeniosa de atraer a los niños a la lectura y al cuidado del medio ambiente, siendo este último una de las grandes preocupaciones de Jacobo Solano, dejando registros fotográficos de la belleza de nuestra naturaleza.
Queda en el corazón del barrio cañahuate su máxima creación, después del mural la mirada de Gabo, abre el cuartico de Gabo, un espacio mágico en el que Jacobo combina todo tipo de expresiones artísticas, pero la magia provenía del mismo Jacobo Solano, la descripción de cada elemento, de cada foto, de cada artículo y la relación entre Gabo con el arte universal, hasta el punto de convertir este sitio en uno de los tres más apetecidos por los turistas en Valledupar y hasta en escenario de entrevista de personajes de talla nacional.
Jacobo Solano, decidió armar sus maletas y llevar sus ganas de comerse al mundo a otro continente, donde seguramente su ingenio continuará desarrollándose exponencialmente, un ingenio que definitivamente en estas tierras de mentes aún medievales no comprenden lo que un artista pretende con sus creaciones, poner a vibrar corazones y animar a las mentas a pensar, interpretar sin necesidad de amarrarse políticamente con ninguno de los bandidos locales, porque esa es la naturaleza de Solano, opinar sin importarle los flamantes apellidos de la comarca empobrecida por el servilismo alimentado por muchos comunicadores vendidos a los que Jacobo también criticó y con razón.
Jacobo Solano, por varios años consecutivos reconocido como el mejor columnista según muchas encuestadoras, te deseo muchos éxitos, espero seguir encontrándote los lunes en EL PILÓN con tu estilo frentero, sin maquillaje, dando ejemplo de lo que es un verdadero columnista.
Por Carlos Andrés Añez Maestre