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Columnista - 13 mayo, 2022

‘Poncho’ Zuleta, mil gracias

La llamadera fue grande, de todas partes, para preguntarme el por qué había dejado de escribir esta columna.

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La llamadera fue grande, de todas partes, para preguntarme el por qué había dejado de escribir esta columna. En forma arbitraria, sin permiso y por flojera de la física y mental, me tomé mis vacaciones y me dediqué a jugar poco billar y mucho dominó, la pasé rico y también me bailé una sola fiesta del Festival Vallenato y hoy vuelvo al ruedo: abrí el block y empuñé el kilométrico y me acordé de Aníbal Martínez Zuleta que siempre me decía: que si se escribía la primera palabra, ahí va el chorro……

Pasó el Festival que fue un Festivalón apoteósico, felicitaciones a la Fundación con Rodolfo a la cabeza, se lucieron, como gozaron las miles de personas que vinieron al mejor Festival de Acordeón del mundo; que fueron 130 mil o menos, o más, eso no importa, es una discusión bizantina, baladí, inocua y casi que pueril que no disminuye la grandeza de esa gran fiesta. La gente vino, se divirtió, se alojó en todas partes, gastó, bebió, mujerió y comió a su gusto y la platica se quedó en los bolsillos de los vallenatos en un buen porcentaje y punto.

Como dije antes, fui a la tradicional fiesta, la mejor del Festival, la del 29 en el Club Valledupar, fue faraónica, en asistencia y calidad de los conjuntos que nos alegraron: vimos y oímos a Jorge Antonio Oñate Dangond, un hijo del inolvidable y legendario Jorge Oñate, ‘El Jilguero de América’, ese muchacho es un diamante en bruto, tiene calidad, pinta, juventud y buena voz, pero debe pulirse en una academia, nada de estar imitando a Silvestre, él es inimitable, es único, tiene que crear su propio estilo para superar a su progenitor; Iván Villazón, no baja una línea, muy bueno, es lo mejor que he visto de él, rejuvenecido y alegre y parece que tenemos Villazón para un buen rato; Beto Zabaleta, tenía tiempo de no oírlo, pero lo hizo muy bien, se conserva y goza de una inmensa fanaticada que entusiasmada lo acompañó con su tradicional y bonito repertorio, al igual que Peter Manjarrez, que es un artista de buena voz y presencia, que también se lució y nos alegró con sus bellas canciones. Para todos ellos mis más gratas felicitaciones por sus presentaciones no solamente en el club sino en todas partes, especialmente en la tradicional Río Luna de mi ilustre y gran amigo Álvaro Castro, que me cuenta que estuvo a reventar y Castro, dice la ‘Mona del Patacón Pisao’, todavía está contando el billetico ganado.

Capítulo aparte ‘Poncho’ Zuleta, yo no sé cómo hace, no para conservarse sino para superarse día a día, se parece a una fina botella de champagne o a un fino vino, o a un “frasco” como decía mi inolvidable tío ‘El Beato’ Aponte del mejor Old Par que entre más viejo y añejo, mejor; ‘Poncho’ es un prodigio que embelesa y contagia a la audiencia cuando entona “Mañanitas de Invierno” y dice: me recuerda a Villanueva, me recuerda a mi niñez y entusiasmado grita “José Aponte, te quiero mucho” o cuando interpretando a “Orgullosa”, orgullosa pero por no dejá y nuevamente expresa a todo pulmón “José Aponte, te veo viejo”, o cuando cantando “Mi Hermano y Yo”, me sorprende con un José Aponte, estamos en la Calle de Las Piedras y para terminar en La Creciente del Cesar, culmina diciéndome: “José Aponte, nos vamos pa Pénjamo o mejor pa La Curva”. Definitivamente esa noche me inflé y estaba feliz, porque eso tienen esas manifestaciones de cariño que distinguen a uno entre los miles de asistentes a la fiesta: nos enorgullece; gracias ‘Poncho’ por tanta deferencia y cariño, yo también te quiero mucho al igual que Emiliano, María, Carmen, Carmen Sara, Héctor y el ‘Beato’ y los inolvidables compadres de mi papá, el viejo ‘Chema’ Aponte, el legendario Emiliano y la famosa Carmen Díaz. 

Cuando me levanto de la silla, la gente me pregunta, que por qué tantos saludos, qué cuanto te pago, me río y contesto, el cariño es recíproco y la familiaridad por los Daza y que la parte económica la atiende mi cuñado Álvaro Morón Cuello “El Amigo” y jefe absoluto del zuletismo en el país y en el mundo. Dios te proteja y proteja a todos los artistas que intervinieron en el Festivalón Vallenato.

Columnista
13 mayo, 2022

‘Poncho’ Zuleta, mil gracias

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José M. Aponte Martínez

La llamadera fue grande, de todas partes, para preguntarme el por qué había dejado de escribir esta columna.


La llamadera fue grande, de todas partes, para preguntarme el por qué había dejado de escribir esta columna. En forma arbitraria, sin permiso y por flojera de la física y mental, me tomé mis vacaciones y me dediqué a jugar poco billar y mucho dominó, la pasé rico y también me bailé una sola fiesta del Festival Vallenato y hoy vuelvo al ruedo: abrí el block y empuñé el kilométrico y me acordé de Aníbal Martínez Zuleta que siempre me decía: que si se escribía la primera palabra, ahí va el chorro……

Pasó el Festival que fue un Festivalón apoteósico, felicitaciones a la Fundación con Rodolfo a la cabeza, se lucieron, como gozaron las miles de personas que vinieron al mejor Festival de Acordeón del mundo; que fueron 130 mil o menos, o más, eso no importa, es una discusión bizantina, baladí, inocua y casi que pueril que no disminuye la grandeza de esa gran fiesta. La gente vino, se divirtió, se alojó en todas partes, gastó, bebió, mujerió y comió a su gusto y la platica se quedó en los bolsillos de los vallenatos en un buen porcentaje y punto.

Como dije antes, fui a la tradicional fiesta, la mejor del Festival, la del 29 en el Club Valledupar, fue faraónica, en asistencia y calidad de los conjuntos que nos alegraron: vimos y oímos a Jorge Antonio Oñate Dangond, un hijo del inolvidable y legendario Jorge Oñate, ‘El Jilguero de América’, ese muchacho es un diamante en bruto, tiene calidad, pinta, juventud y buena voz, pero debe pulirse en una academia, nada de estar imitando a Silvestre, él es inimitable, es único, tiene que crear su propio estilo para superar a su progenitor; Iván Villazón, no baja una línea, muy bueno, es lo mejor que he visto de él, rejuvenecido y alegre y parece que tenemos Villazón para un buen rato; Beto Zabaleta, tenía tiempo de no oírlo, pero lo hizo muy bien, se conserva y goza de una inmensa fanaticada que entusiasmada lo acompañó con su tradicional y bonito repertorio, al igual que Peter Manjarrez, que es un artista de buena voz y presencia, que también se lució y nos alegró con sus bellas canciones. Para todos ellos mis más gratas felicitaciones por sus presentaciones no solamente en el club sino en todas partes, especialmente en la tradicional Río Luna de mi ilustre y gran amigo Álvaro Castro, que me cuenta que estuvo a reventar y Castro, dice la ‘Mona del Patacón Pisao’, todavía está contando el billetico ganado.

Capítulo aparte ‘Poncho’ Zuleta, yo no sé cómo hace, no para conservarse sino para superarse día a día, se parece a una fina botella de champagne o a un fino vino, o a un “frasco” como decía mi inolvidable tío ‘El Beato’ Aponte del mejor Old Par que entre más viejo y añejo, mejor; ‘Poncho’ es un prodigio que embelesa y contagia a la audiencia cuando entona “Mañanitas de Invierno” y dice: me recuerda a Villanueva, me recuerda a mi niñez y entusiasmado grita “José Aponte, te quiero mucho” o cuando interpretando a “Orgullosa”, orgullosa pero por no dejá y nuevamente expresa a todo pulmón “José Aponte, te veo viejo”, o cuando cantando “Mi Hermano y Yo”, me sorprende con un José Aponte, estamos en la Calle de Las Piedras y para terminar en La Creciente del Cesar, culmina diciéndome: “José Aponte, nos vamos pa Pénjamo o mejor pa La Curva”. Definitivamente esa noche me inflé y estaba feliz, porque eso tienen esas manifestaciones de cariño que distinguen a uno entre los miles de asistentes a la fiesta: nos enorgullece; gracias ‘Poncho’ por tanta deferencia y cariño, yo también te quiero mucho al igual que Emiliano, María, Carmen, Carmen Sara, Héctor y el ‘Beato’ y los inolvidables compadres de mi papá, el viejo ‘Chema’ Aponte, el legendario Emiliano y la famosa Carmen Díaz. 

Cuando me levanto de la silla, la gente me pregunta, que por qué tantos saludos, qué cuanto te pago, me río y contesto, el cariño es recíproco y la familiaridad por los Daza y que la parte económica la atiende mi cuñado Álvaro Morón Cuello “El Amigo” y jefe absoluto del zuletismo en el país y en el mundo. Dios te proteja y proteja a todos los artistas que intervinieron en el Festivalón Vallenato.