Y en este sentido llegan los cuestionamientos, ¿qué fue lo que hice mal? ¿Por qué me va tan mal, qué pecado estaré pagando? ¿Dios, que está pasando en Valledupar, que hay tanta violencia?
Muchas veces creemos que estamos haciendo las cosas bien, y terminamos equivocados, como seres humanos nos debemos al bienestar de una sociedad que debería, de igual forma, brindar el sosiego y la tranquilidad de sentirnos seguros en el espacio que edificamos.
Y en este sentido llegan los cuestionamientos, ¿qué fue lo que hice mal? ¿Por qué me va tan mal, qué pecado estaré pagando? ¿Dios, que está pasando en Valledupar, que hay tanta violencia?
El sábado, después del señor aguacero que nos acompañó toda la tarde del viernes, se sentía a Valledupar lóbrega, triste, en las calles se sentía un ambiente pesado, como presagiando malas noticias.
Y pasaron cosas, nada nuevo, pero fue la respuesta a esa sensación de angustia que nos vive cobijando; en la mañana bien temprano, un señor fue herido en la pierna cuando intentaron robarle la moto, el asaltante se vio sofocado por varios escobitas que transitaban por el lugar camino a sus labores diarias; hubo un asesinato en la carrera cuarta con calle 21 y en un accidente de tránsito muere una joven en la avenida Los Militares.
Que tristeza que esto esté pasando en Valledupar, y por infortunio de los hechos, presagiamos que al final suceden, nos debemos preocupar también por la actitud que cada uno asume con respecto a la vida y a ese desorden que nos agobia, y del cual ya estamos hasta el cuello.
Es necesario asumir una nueva actitud, me refiero a cada uno; y es cierto que necesitamos más autoridad, más orden; menos violencia, mano dura a los delincuentes que rebasan los límites de toda clase; urge la presencia de las autoridades poniendo en cintura a los delincuentes que actúan como ‘Pedro por su casa’.
Es hora también que cada uno ponga su granito de arena, pensemos en positivo, y hagamos de esa influencia positiva la mejor herramienta para comenzar a edificar un mundo mejor.
Un mundo donde la psicología positiva se desarrolle con profundidad: “Martin Seligman, psicólogo, escritor americano, es, sin lugar a duda, el padre de la psicología positiva. Seligman dio el primer paso hacia este nuevo enfoque en la ciencia de la conducta y definió a la psicología positiva como el estudio científico enfocado en las fortalezas y virtudes del ser humano para potenciar el bienestar de las personas, mientras previene y reduce la incidencia de psicopatologías”.
“La psicología positiva, una disciplina reciente, tiene como objetivo el desarrollo y el bienestar de las personas y de las organizaciones y no está directamente orientado en el alivio de malestares de la salud mental”.
Dicho en palabras sencillas, es pasar de lo negativo a lo positivo y aportar cada uno ‘lo mejor de sí’, no nos queda difícil, empezando por no esperar a que sea el otro el que tome la iniciativa.
Ante lo crucial del análisis, es mejor pensar y actuar de manera positiva que negativa.
Es mejor darle relevancia a lo bueno que a lo malo; es mejor dar que quitar; y sustancialmente es mejor ver en los demás cosas positivas y bonitas que la malquerencia de las cosas malas y feas.
Bríndate de la mejor manera, haz el bien sin mirar a quién. Seguimos con esta canción hermosa como un himno: “Vamos a llenar de cariño los amaneceres del Valle”. Sólo Eso
Y en este sentido llegan los cuestionamientos, ¿qué fue lo que hice mal? ¿Por qué me va tan mal, qué pecado estaré pagando? ¿Dios, que está pasando en Valledupar, que hay tanta violencia?
Muchas veces creemos que estamos haciendo las cosas bien, y terminamos equivocados, como seres humanos nos debemos al bienestar de una sociedad que debería, de igual forma, brindar el sosiego y la tranquilidad de sentirnos seguros en el espacio que edificamos.
Y en este sentido llegan los cuestionamientos, ¿qué fue lo que hice mal? ¿Por qué me va tan mal, qué pecado estaré pagando? ¿Dios, que está pasando en Valledupar, que hay tanta violencia?
El sábado, después del señor aguacero que nos acompañó toda la tarde del viernes, se sentía a Valledupar lóbrega, triste, en las calles se sentía un ambiente pesado, como presagiando malas noticias.
Y pasaron cosas, nada nuevo, pero fue la respuesta a esa sensación de angustia que nos vive cobijando; en la mañana bien temprano, un señor fue herido en la pierna cuando intentaron robarle la moto, el asaltante se vio sofocado por varios escobitas que transitaban por el lugar camino a sus labores diarias; hubo un asesinato en la carrera cuarta con calle 21 y en un accidente de tránsito muere una joven en la avenida Los Militares.
Que tristeza que esto esté pasando en Valledupar, y por infortunio de los hechos, presagiamos que al final suceden, nos debemos preocupar también por la actitud que cada uno asume con respecto a la vida y a ese desorden que nos agobia, y del cual ya estamos hasta el cuello.
Es necesario asumir una nueva actitud, me refiero a cada uno; y es cierto que necesitamos más autoridad, más orden; menos violencia, mano dura a los delincuentes que rebasan los límites de toda clase; urge la presencia de las autoridades poniendo en cintura a los delincuentes que actúan como ‘Pedro por su casa’.
Es hora también que cada uno ponga su granito de arena, pensemos en positivo, y hagamos de esa influencia positiva la mejor herramienta para comenzar a edificar un mundo mejor.
Un mundo donde la psicología positiva se desarrolle con profundidad: “Martin Seligman, psicólogo, escritor americano, es, sin lugar a duda, el padre de la psicología positiva. Seligman dio el primer paso hacia este nuevo enfoque en la ciencia de la conducta y definió a la psicología positiva como el estudio científico enfocado en las fortalezas y virtudes del ser humano para potenciar el bienestar de las personas, mientras previene y reduce la incidencia de psicopatologías”.
“La psicología positiva, una disciplina reciente, tiene como objetivo el desarrollo y el bienestar de las personas y de las organizaciones y no está directamente orientado en el alivio de malestares de la salud mental”.
Dicho en palabras sencillas, es pasar de lo negativo a lo positivo y aportar cada uno ‘lo mejor de sí’, no nos queda difícil, empezando por no esperar a que sea el otro el que tome la iniciativa.
Ante lo crucial del análisis, es mejor pensar y actuar de manera positiva que negativa.
Es mejor darle relevancia a lo bueno que a lo malo; es mejor dar que quitar; y sustancialmente es mejor ver en los demás cosas positivas y bonitas que la malquerencia de las cosas malas y feas.
Bríndate de la mejor manera, haz el bien sin mirar a quién. Seguimos con esta canción hermosa como un himno: “Vamos a llenar de cariño los amaneceres del Valle”. Sólo Eso