Cuando los habitantes del municipio de Becerril disfrutaban del cierre del segundo día del festival ‘La Paletilla’, en una vivienda de la invasión Mochilanga se presentó una tragedia. Un niño de 7 años de edad murió incinerado debido a que su padrastro le prendió fuego a la vivienda en la que residía con su progenitora. 

Al parecer, el señalado agresor, Juan Carlos Hernández Alvarado, cometió el incendio por celos, pues se molestó al encontrar en la casa a su compañera sentimental, Ana Luisa Aguirre, dialogando con su expareja y padre del menor fallecido. 

Por eso, Juan Carlos Hernández, horas después, lleno de rabia intentó agredir con arma blanca a la mujer, quien decidió salir corriendo hacia  la calle y dejar en el inmueble a sus tres hijos.

“El agresor tomó la decisión de prenderle fuego a la vivienda de barro donde estaban dormidos los tres menores, las niñas lograron salir y el niño murió porque nadie pudo entrar a auxiliarlo, aunque la comunidad trató de apagar las llamas, estas devoraron la vivienda con el menor adentro”, dijo una fuente que atendió el caso. 

Hernández Alvarado se encontraba en estado de alicoramiento y tras cometer el incendió emprendió la huida, aun así, fue capturado.  

El hombre se encuentra bajo custodia policial en el municipio de La Jagua de Ibirico donde fue dejado a disposición de la Fiscalía por los delitos de homicidio e incendio intencional.  

“Como Policía Nacional lamentamos este hecho,  la seccional de Infancia y Adolescencia está realizando acompañamiento a la familia. El sujeto fue ubicado en el mismo municipio y las diligencias se están adelantando con el CTI de la Fiscalía”, manifestó el coronel Luis Exberto León Rodríguez, comandante del Departamento de Policía Cesar. 

CERO Y VAN DOS 

Este es el segundo caso de violencia contra la niñez que conmociona al departamento del Cesar en lo que va del año. El primero se presentó el pasado 27 de marzo en el corregimiento de San José de Oriente, del municipio de La Paz. En el sitio, Francisco Javier Hernández Rojano acabó con la vida de sus dos hijos, a quienes envenenó porque no había superado la separación con la mamá de los pequeños.