Aunque en nuestras políticas editoriales aprobadas está claro que no promoveremos ninguna campaña electoral, este viernes, día en que se acercan las elecciones al Congreso, queremos impulsar a un colectivo de candidatos que tienen que ver con el Cesar. No es un respaldo individual sino de conveniencia departamental y regional.
Aunque en nuestras políticas editoriales aprobadas está claro que no promoveremos ninguna campaña electoral, este viernes, día en que se acercan las elecciones al Congreso, queremos impulsar a un colectivo de candidatos que tienen que ver con el Cesar. No es un respaldo individual sino de conveniencia departamental y regional.
Aunque los candidatos representen diferentes matices, algunos contrapuestos, y se podría tejer sobre ellos mantos de preocupación o críticas, por sus posiciones frente a lo social, a la forma de hacer política, a la verdadera motivación de participar en ella, de estar o no con el gobierno del Presidente Duque o el territorial de Monsalvo Gnecco; algunos rojos, otros azules, verdes o blancos, y dentro de la polarización y radicalización del escenario nacional algunos populistas, de izquierda o derecha, u otros moderados, tienen una causa y una casa común, el Cesar.
Oriundos, formados, criados o residentes todos ellos de este territorio cesarense o nacidos, u originarios de la vecina y hermana Guajira, todos viven y piensan compartiendo el espíritu de la región.
Aspiramos este mes de marzo a registrar más senadores comprometidos con los propósitos y sueños del pueblo del Cesar. ¿Quiénes? Si los actuales senadores Didier Lobo y José Alfredo Gnecco llegaran a reelegirse, lo cual es factible, quisiéramos verlos acompañados por Imelda Daza, – que en cualquier circunstancia obtendrá su curul a nombre de Comunes – Antonio Sanguino, Álvaro Portilla, Juan Manuel Daza, Alfredo Deluque, Indalecio Dangond, Dangela Maestre y Alberto Gascón.
Nos complace que Dangela Maestre e Imelda Daza tengan cuna en San Juan del Cesar y Villanueva y sean vallenatas de verdad verdad, que Alfredo Deluque tenga madre raizal vallenata y haya también crecido y estudiado en estas tierras, que Indalecio Dangond sea orgullosamente urumitero y haya asesorado a varios gobernadores cesarenses, que Gascón viva en Valledupar. Que Sanguino también, como cesarense, esté pendiente del Hospital y del Idreec. De Portilla bien sabemos el alto nivel de residencia y pertenencia en nuestro ámbito, forjando empresa y prestando los servicios de salud, y de la vallenatía y compromiso de Juan Manuel Daza no se puede dudar.
Si son elegidos 7 o más senadores habría los mejores resultados. Podríamos formar una fuerza política regional importante y desarrollar, en medio de las diferencias, unos elementos de convergencia, alrededor de proyectos sociales y de progreso regional.
En otras regiones han logrado una sobre representación, en comparación con los votantes existentes en la localidad, lamentablemente transmutados en acuerdos clientelistas y de algún grado de corrupción; el más llamativo es el del caso de Sahagún, un municipio de Córdoba con muchos congresistas. Esa ha sido la versión nefasta del fenómeno, pero cuando los candidatos elegidos son tan diferentes, diversos y contrapuestos, se facilitan, sobre aspectos altruistas, unos acuerdos básicos y fundamentales. Es lo que aspiramos que se logre el 13 de marzo, y que juntos podamos enarbolar y celebrar el gran triunfo del Cesar.
Aunque en nuestras políticas editoriales aprobadas está claro que no promoveremos ninguna campaña electoral, este viernes, día en que se acercan las elecciones al Congreso, queremos impulsar a un colectivo de candidatos que tienen que ver con el Cesar. No es un respaldo individual sino de conveniencia departamental y regional.
Aunque en nuestras políticas editoriales aprobadas está claro que no promoveremos ninguna campaña electoral, este viernes, día en que se acercan las elecciones al Congreso, queremos impulsar a un colectivo de candidatos que tienen que ver con el Cesar. No es un respaldo individual sino de conveniencia departamental y regional.
Aunque los candidatos representen diferentes matices, algunos contrapuestos, y se podría tejer sobre ellos mantos de preocupación o críticas, por sus posiciones frente a lo social, a la forma de hacer política, a la verdadera motivación de participar en ella, de estar o no con el gobierno del Presidente Duque o el territorial de Monsalvo Gnecco; algunos rojos, otros azules, verdes o blancos, y dentro de la polarización y radicalización del escenario nacional algunos populistas, de izquierda o derecha, u otros moderados, tienen una causa y una casa común, el Cesar.
Oriundos, formados, criados o residentes todos ellos de este territorio cesarense o nacidos, u originarios de la vecina y hermana Guajira, todos viven y piensan compartiendo el espíritu de la región.
Aspiramos este mes de marzo a registrar más senadores comprometidos con los propósitos y sueños del pueblo del Cesar. ¿Quiénes? Si los actuales senadores Didier Lobo y José Alfredo Gnecco llegaran a reelegirse, lo cual es factible, quisiéramos verlos acompañados por Imelda Daza, – que en cualquier circunstancia obtendrá su curul a nombre de Comunes – Antonio Sanguino, Álvaro Portilla, Juan Manuel Daza, Alfredo Deluque, Indalecio Dangond, Dangela Maestre y Alberto Gascón.
Nos complace que Dangela Maestre e Imelda Daza tengan cuna en San Juan del Cesar y Villanueva y sean vallenatas de verdad verdad, que Alfredo Deluque tenga madre raizal vallenata y haya también crecido y estudiado en estas tierras, que Indalecio Dangond sea orgullosamente urumitero y haya asesorado a varios gobernadores cesarenses, que Gascón viva en Valledupar. Que Sanguino también, como cesarense, esté pendiente del Hospital y del Idreec. De Portilla bien sabemos el alto nivel de residencia y pertenencia en nuestro ámbito, forjando empresa y prestando los servicios de salud, y de la vallenatía y compromiso de Juan Manuel Daza no se puede dudar.
Si son elegidos 7 o más senadores habría los mejores resultados. Podríamos formar una fuerza política regional importante y desarrollar, en medio de las diferencias, unos elementos de convergencia, alrededor de proyectos sociales y de progreso regional.
En otras regiones han logrado una sobre representación, en comparación con los votantes existentes en la localidad, lamentablemente transmutados en acuerdos clientelistas y de algún grado de corrupción; el más llamativo es el del caso de Sahagún, un municipio de Córdoba con muchos congresistas. Esa ha sido la versión nefasta del fenómeno, pero cuando los candidatos elegidos son tan diferentes, diversos y contrapuestos, se facilitan, sobre aspectos altruistas, unos acuerdos básicos y fundamentales. Es lo que aspiramos que se logre el 13 de marzo, y que juntos podamos enarbolar y celebrar el gran triunfo del Cesar.