A través de esta nota quiero resaltar de manera especial el trabajo de un profesional acucioso, un tanto discreto si se quiere en el entendido que no llegó a hacer protagonismo y shows mediáticos. Llegó a darle forma a algo que para Valledupar es muy importante y que nosotros debemos valorar de manera especial como […]
A través de esta nota quiero resaltar de manera especial el trabajo de un profesional acucioso, un tanto discreto si se quiere en el entendido que no llegó a hacer protagonismo y shows mediáticos. Llegó a darle forma a algo que para Valledupar es muy importante y que nosotros debemos valorar de manera especial como vallenatos que nos duele la ciudad.
Se trata del trabajo de Afranio Luis Restrepo Villarroel al frente de los XIX Juegos Bolivarianos 2022; según el reloj oficial faltan 205 días para iniciar estas justas, que van a cambiar de manera positiva la historia de Valledupar, de eso no hay duda.
Rescatamos el trabajo de Restrepo Villarroel como un profesional de calidades administrativas excelsas que encontró poco y deja estos Juegos Bolivarianos para nuestra hermosa ciudad a ‘punto de caramelo’.
Siempre he considerado que la labor del funcionario que debe hacer con su ejercicio profesional las cosas bien hechas, no necesita de aplausos ni monumentos, pues en el entendido de la gobernabilidad y la gobernanza es la razón de ser para lo cual fue escogido o elegido.
Ese funcionario, el buen funcionario, no necesita llevar comités de aplausos a sus balances y resultados de su gestión. Debe simplemente entregar de manera transparente y eficaz los resultados de su labor, sin esperar que en respuesta a ese resultado, que ‘debe’ ser el mejor, tenga que salir cargado en hombros.
Ese buen funcionario tampoco debe estar mostrando a toda hora y en todo momento su hoja de vida, para que la gente sepa que es idóneo; simplemente debe mostrar sus condiciones a través de su periplo y resultados al final del ejercicio.
Sin embargo, es perentorio que a Restrepo Villarroel se le den las gracias por su trabajo y aquí traigo a colación ese famoso refrán popular que reza: “Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”.
Fue asignado en esta labor de manera providencial por sus méritos y calidades, y llegó, desde Barcelona donde estaba en ese momento radicado y trabajando, pensando que esto estaba casi listo y solo para la arrancada; pero no, aquí le tocó hacer gala de sus condiciones profesionales y una característica particular en él, esa condición especial para tomar decisiones, justamente desde ese potencial que sabe explotar de manera genuina. Llegó a hacer lo que sabe, trabajar.
Nos pasa muchas veces que no creemos en nuestro producto, dudamos de lo propio, hoy es necesario recordarle a todos, incluidos los actores políticos, que este señor es vallenato; hijo de un elegante profesional, de saco y corbata, que también dinamizó el desarrollo social y económico de esta capital. Pero se nos va, y es penoso que desde esa óptica nadie diga nada y reine el silencio, como si la salida de este hombre probo no significara nada para esta tierra.
A Valledupar y a sus dirigentes nos llegó la hora de demostrar de qué somos capaces, los XIX Juegos Bolivarianos 2022 es la vara perfecta para medirnos. Es un compromiso y una gran realidad para todos.
Nos deja un gran balance Afranio Restrepo Villarroel, gracias por su loable gestión, vuelva pronto. Sólo Eso.
A través de esta nota quiero resaltar de manera especial el trabajo de un profesional acucioso, un tanto discreto si se quiere en el entendido que no llegó a hacer protagonismo y shows mediáticos. Llegó a darle forma a algo que para Valledupar es muy importante y que nosotros debemos valorar de manera especial como […]
A través de esta nota quiero resaltar de manera especial el trabajo de un profesional acucioso, un tanto discreto si se quiere en el entendido que no llegó a hacer protagonismo y shows mediáticos. Llegó a darle forma a algo que para Valledupar es muy importante y que nosotros debemos valorar de manera especial como vallenatos que nos duele la ciudad.
Se trata del trabajo de Afranio Luis Restrepo Villarroel al frente de los XIX Juegos Bolivarianos 2022; según el reloj oficial faltan 205 días para iniciar estas justas, que van a cambiar de manera positiva la historia de Valledupar, de eso no hay duda.
Rescatamos el trabajo de Restrepo Villarroel como un profesional de calidades administrativas excelsas que encontró poco y deja estos Juegos Bolivarianos para nuestra hermosa ciudad a ‘punto de caramelo’.
Siempre he considerado que la labor del funcionario que debe hacer con su ejercicio profesional las cosas bien hechas, no necesita de aplausos ni monumentos, pues en el entendido de la gobernabilidad y la gobernanza es la razón de ser para lo cual fue escogido o elegido.
Ese funcionario, el buen funcionario, no necesita llevar comités de aplausos a sus balances y resultados de su gestión. Debe simplemente entregar de manera transparente y eficaz los resultados de su labor, sin esperar que en respuesta a ese resultado, que ‘debe’ ser el mejor, tenga que salir cargado en hombros.
Ese buen funcionario tampoco debe estar mostrando a toda hora y en todo momento su hoja de vida, para que la gente sepa que es idóneo; simplemente debe mostrar sus condiciones a través de su periplo y resultados al final del ejercicio.
Sin embargo, es perentorio que a Restrepo Villarroel se le den las gracias por su trabajo y aquí traigo a colación ese famoso refrán popular que reza: “Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”.
Fue asignado en esta labor de manera providencial por sus méritos y calidades, y llegó, desde Barcelona donde estaba en ese momento radicado y trabajando, pensando que esto estaba casi listo y solo para la arrancada; pero no, aquí le tocó hacer gala de sus condiciones profesionales y una característica particular en él, esa condición especial para tomar decisiones, justamente desde ese potencial que sabe explotar de manera genuina. Llegó a hacer lo que sabe, trabajar.
Nos pasa muchas veces que no creemos en nuestro producto, dudamos de lo propio, hoy es necesario recordarle a todos, incluidos los actores políticos, que este señor es vallenato; hijo de un elegante profesional, de saco y corbata, que también dinamizó el desarrollo social y económico de esta capital. Pero se nos va, y es penoso que desde esa óptica nadie diga nada y reine el silencio, como si la salida de este hombre probo no significara nada para esta tierra.
A Valledupar y a sus dirigentes nos llegó la hora de demostrar de qué somos capaces, los XIX Juegos Bolivarianos 2022 es la vara perfecta para medirnos. Es un compromiso y una gran realidad para todos.
Nos deja un gran balance Afranio Restrepo Villarroel, gracias por su loable gestión, vuelva pronto. Sólo Eso.