Los móviles del homicidio quedaron al descubierto con la captura de Luis Eduardo Morales Jaramillo, uno de los asesinos que aceptó cargos.
La desaparición del comerciante Manuel Antonio Botello Riatiaga y posterior asesinato correspondió a asuntos pasionales. Todo comenzó el pasado 26 de julio cerca de las 6:09 de la mañana cuando Botello salió de su casa ubicada en el barrio Los Fundadores hacia el balneario Hurtado de Valledupar.
En el sitio, según la investigación, se encontró con Luis Eduardo Morales Jaramillo, Luis Mujica Erazo y alias ‘El Negro’, en el sector conocido como ‘El amor amor’ para tener un encuentro sexual.
“Botello y Morales Jaramillo se van a una zona donde hay árboles secos con la finalidad de tener relaciones sexuales. Cuando se disponen a realizar el acto sexual llegan las otras dos personas, alias ‘El Negro’ saca un cuchillo y se lo colocó a la víctima para dirigirlo a una zona enmontada”, contó la Fiscalía 8 Especializada.
Sin embargo, Botello en el camino puso resistencia, por lo que Mujica le da un golpe en la oreja y lo tumba; estando en el suelo proceden a amarrarle las manos y los pies con los cordones de los zapatos de la víctima y de las pantalonetas de ellos.
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“Finalmente, con otro cordón Mujica le amarra el cuello y le rompe la camisa a la víctima haciendo una mordaza en la boca, lo que generó que muriera por asfixia mecánica, estrangulamiento y sofocación. Aprovechando la situación, Mujica requisa a Botello logrando encontrar las llaves del carro y $200 mil en efectivo”, añadió el ente investigador.
Así las cosas, todos pudieron huir del escenario violento y partir hacia la ciudad de Santa Marta donde un día después, es decir el 27 de julio, vendieron el carro Chevrolet Sprint de placas ITO-124 de Itagüí, color azul, por la suma de 4 millones de pesos.
Fue así que los familiares del comerciante comenzaron a preocuparse por su paradero e instauraron la denuncia por desaparición forzada.
Pero solamente hasta el pasado 12 de agosto las autoridades pudieron dar con el cuerpo sin vida de Botello Riatiaga en cercanías del río Guatapurí.
Lo increíble es que el hallazgo del cadáver lo alertaron los mismos señalados homicidas, Luis Morales y Luis Mujica, quienes el pasado 11 de agosto llegaron a Valledupar a inspeccionar las condiciones en que se encontraban los restos.
Ambos decidieron darle aviso a las autoridades para que realizaran la inspección técnica del cadáver. No obstante, durante las averiguaciones pudieron conocer que los sujetos eran los responsables.
Esta historia quedó descubierta con la captura de Luis Eduardo Morales Jaramillo, quien fue presentado ante el Juzgado Cuarto Penal Municipal con función de Control de Garantías de Valledupar a las audiencias preliminares.
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En las diligencias la Fiscalía le imputó cargos por delitos de homicidio agravado en concurso con hurto calificado agravado. Morales decidió allanarse a los cargos.
En ese sentido, el hombre enfrentará próximamente una audiencia de verificación de allanamiento y una sentencia anticipada. De igual manera, el despacho judicial decidió cobijarlo con una medida de aseguramiento en centro carcelario.
Los móviles del homicidio quedaron al descubierto con la captura de Luis Eduardo Morales Jaramillo, uno de los asesinos que aceptó cargos.
La desaparición del comerciante Manuel Antonio Botello Riatiaga y posterior asesinato correspondió a asuntos pasionales. Todo comenzó el pasado 26 de julio cerca de las 6:09 de la mañana cuando Botello salió de su casa ubicada en el barrio Los Fundadores hacia el balneario Hurtado de Valledupar.
En el sitio, según la investigación, se encontró con Luis Eduardo Morales Jaramillo, Luis Mujica Erazo y alias ‘El Negro’, en el sector conocido como ‘El amor amor’ para tener un encuentro sexual.
“Botello y Morales Jaramillo se van a una zona donde hay árboles secos con la finalidad de tener relaciones sexuales. Cuando se disponen a realizar el acto sexual llegan las otras dos personas, alias ‘El Negro’ saca un cuchillo y se lo colocó a la víctima para dirigirlo a una zona enmontada”, contó la Fiscalía 8 Especializada.
Sin embargo, Botello en el camino puso resistencia, por lo que Mujica le da un golpe en la oreja y lo tumba; estando en el suelo proceden a amarrarle las manos y los pies con los cordones de los zapatos de la víctima y de las pantalonetas de ellos.
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Así las cosas, todos pudieron huir del escenario violento y partir hacia la ciudad de Santa Marta donde un día después, es decir el 27 de julio, vendieron el carro Chevrolet Sprint de placas ITO-124 de Itagüí, color azul, por la suma de 4 millones de pesos.
Fue así que los familiares del comerciante comenzaron a preocuparse por su paradero e instauraron la denuncia por desaparición forzada.
Pero solamente hasta el pasado 12 de agosto las autoridades pudieron dar con el cuerpo sin vida de Botello Riatiaga en cercanías del río Guatapurí.
Lo increíble es que el hallazgo del cadáver lo alertaron los mismos señalados homicidas, Luis Morales y Luis Mujica, quienes el pasado 11 de agosto llegaron a Valledupar a inspeccionar las condiciones en que se encontraban los restos.
Ambos decidieron darle aviso a las autoridades para que realizaran la inspección técnica del cadáver. No obstante, durante las averiguaciones pudieron conocer que los sujetos eran los responsables.
Esta historia quedó descubierta con la captura de Luis Eduardo Morales Jaramillo, quien fue presentado ante el Juzgado Cuarto Penal Municipal con función de Control de Garantías de Valledupar a las audiencias preliminares.
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En ese sentido, el hombre enfrentará próximamente una audiencia de verificación de allanamiento y una sentencia anticipada. De igual manera, el despacho judicial decidió cobijarlo con una medida de aseguramiento en centro carcelario.