Andrés Meza no es un desconocido en la política cesarense. Sin embargo, este viernes dejó la relativa tranquilidad  de una Secretaría de Ambiente y fue confirmado como gobernador encargado del Cesar, luego de que el Tribunal Superior Judicial de Bogotá dictara medida de aseguramiento con detención domiciliaria contra Luis Alberto Monsalvo Gnecco, quien fue apartado del cargo. 

En su vida pública, del secretario de Ambiente se pueden sacar varias conclusiones: es un técnico, algo apolítico, que genera más consensos que enemigos, y más acuerdos que discusiones. En este caso jugará de capitán querido, pero ‘inexperto’, en medio de una tormenta provocada por la decisión contra Luis Alberto Monsalvo. 

Bajo la dirección y apoyo de su jefe y amigo (Monsalvo), y todos los que tienen voto en el grupo de los Monsalvo Gnecco, el ahora gobernador encargado seguramente será fiel a su estilo. Si al gobernador electo casi todos los medios le criticamos esa lejanía constante, contrario, Meza siempre ha sido cercano, incluso a los ambientalistas, siempre tan complejos para que se pongan de acuerdo. 

Esta historia ya se vivió el año pasado cuando Wilson Solano, exsecretario de Agricultura, fue nombrado gobernador encargado. El cambio fue notorio. Los mismos archirrivales de Monsalvo se sintieron cómodos y compartieron micrófono con Wilson Solano mientras estuvo en el encargo. Aún no se sabe si esa cercanía fue su condena.

Lea también: Andrés Meza, nuevo gobernador encargado del Cesar

AÑO ELECTORAL

Cuando se consulta a conocedores de la política local, todos concuerdan en que el cambio entre Andrés Meza y Luis Alberto Monsalvo será de forma, más no de fondo. Mejor dicho, de personalidad. Seguramente continuará con la construcción y defensa recia del Centro Cultural de la Música Vallenata; el fortalecimiento de las Agricel y la agenda de obras que traía Monsalvo. 

Mientras esté en el cargo, se espera, las aguas se calmarán. Es claro que el año preelectoral activó las críticas contra la figura de Luis Alberto, más que por su puesto, por lo que representa y sus formas  particulares de hacer política. El exgobernador siempre dio la idea de estar por encima de las críticas, positivas o negativas. 

Pero el encargo será temporal y vendrá la terna que presentarán los partidos que avalaron al gobernador electo: Cambio Radical, Liberal y la Unidad Nacional. Los liberales ya mostraron su descontento en la pasada terna postulando a Alejandro Aroca Dagil, más cercano a César Gaviria que a los Gnecco. Luego está Cambio Radical, a quienes seguramente no les molestaría tener una cuota dirigiendo la Gobernación del Cesar a 3 o 4 meses de las elecciones regionales (pensando que la elección de la terna se dará en noviembre o diciembre de este año). Además sería un plus que permitiría equiparar e imponer condiciones cuando se quiera llegar a acuerdos con la casa Gnecco, acostumbrada siempre a poner las reglas. 

Le puede interesar: Filtran audio de Rodolfo Hernández pidiendo dinero para campaña política

Por los lados de la U las cosas lucen más claras, con el senador José Alfredo Gnecco y el representante José Eliecer Salazar como defensores del status quo; aparece en minoría Cristián José Moreno, como disidente. Aunque en la U los Gnecco tienen el control con 2 votos a 1,  y seguramente postularán a la terna a uno de la casa (puede ser el mismo Andrés Meza), la relación con los congresistas del Cesar no pasa por el mejor momento.

Lo de Cristián José Moreno no fue casualidad, más allá de la discusión acalorada que se registró en el CDT ganadero cuando el superintendente de Salud, Fabio Aristizabal, visitó Valledupar. 

Este descontento ‘generalizado’, más en los liberales que en Cambio Radical, pasa por el incumplimiento de algunos compromisos programáticos, y en año preelectoral “es tan difícil predecir qué pasará y qué caminos se tomarán”, explica de forma clara una fuente. Y más ahora que la pelota está del lado del presidente Iván Duque, que está más comprometido con los congresistas (necesitará sacar adelante la reforma tributaria) que con los Gnecco.

“Todo es cambiante. En otra época podríamos desde ahora saber qué pasaría en un futuro, pero estamos cerca de elecciones. Hay reuniones, acuerdos, discusiones, nada está asegurado”, es el testimonio de un testigo directo de la particular incertidumbre política que vive el Cesar. Es tan poco predecible el futuro político que hasta los análisis periodísticos podrían quedar fuera de juego ante tantos cambios.

Por: Redacción EL PILÓN