Consideramos que este tema que estamos anotando nos debe interesar sobremanera. Inicialmente hablemos de lo que se denomina deforestación, que es el proceso por el cual desaparecen los bosques, generalmente por las actividades humanas como la agricultura, la industria maderera, vías de acceso, obtención de leña y actividades mineras, entre otras. 

Decir que nosotros los seres humanos hacemos uso de todo nuestro entorno, y durante más de 20 siglos hemos estado relacionados con los bosques, especialmente el bosque seco tropical (BST) en nuestra región. 

Los seres humanos hemos considerado que las formaciones vegetales son catalogadas como reservas inacabables. La historia reciente nos ha venido enseñando que estos recursos teóricamente renovables pueden también desaparecer a menos que se cuide de utilizarlo más allá de ciertos umbrales críticos… los bosques tropicales están desapareciendo y con ellos un potencial vegetal, animal y humano que ni siquiera conocemos.

Ampliando un poco, es claro que la deforestación, evita que puedan llegar flujos constantes y moderados de agua pluvial a los principales ríos, arroyos y lagunas,  ya que la vegetación de protección con su follaje actúa contra las inundaciones y evita la erosión, pero además, el clima se ve afectado a nivel local y mundial, al desaparecer la cobertura vegetal y no existir árboles que no hagan sombra en el día y despidan calor en la noche; las temperaturas alcanzan y están alcanzando valores extremos: más calor durante el día y más frío en la noche.

 Estos extremos y otros como largos periodos de inundación y sequía, encadenan unas series de reacciones difíciles de pronosticar e imposibles de evitar. El aprovechamiento excesivo de la vegetación ha dado lugar a una severa degradación y a este paso las zonas más accesibles van quedando transformadas en terrenos destinados a otros usos o en tierras estériles.

En la medida en que desmontamos y quemamos un área se desperdician los nutrientes que se encuentran a nivel superficial, dejando al descubierto un suelo carente de valor productivo. En todo caso, la huella ecológica, es decir, las consecuencias de estas actuaciones, es bastante negativa o pronunciada. 

Como consecuencia de ellos, y aterrizando el tema en nuestra región, podemos hablar de casos patéticos de destrucción de árboles, y, para mayor conocimiento, hemos precisado hacer un listado de algunas especies de árboles que en su mayoría han desaparecido o están a punto de desaparecer, tales como: higuerón, caracolí, macurutú, caranganito, pastelillo, sancoaraño, guaimaro, perehuetano, carreto, guayacan, pui, yaguaro, paraiso, mortin, tespecio, sedro, toluúba o ceiba roja, varo blanco, resbala mono, volador, toco negro, algarrobo, jamanar, cerezo, grocello, rabiacana, brasil, evano, corazón fino, tananeo, güecito, armasigo, chingale, guamo, mulato, olivo santo, dividivi, aromo, quebracho, camajón, piñón, cagaita de mono, clemón, polvillo, maimojao, yaya, carbonal, mamón de leche, quina, sotabaco, carboncillo, azuceno, guacharaco, canoito, tioantonio, san matia, perdón; hay que seguir identificando más ejemplares para continuar enumerando tantos deplorables muertos vegetales de nuestra región. 

Expresada la tristeza anterior, no cabe duda que la crisis ecológica que vive nuestro planeta tierra es por causa de la deforestación inusitada tal como sucede en estos momentos en la Amazonía. 

Nota importante: mucho cuidado con el uso y abuso de las botellas plásticas ya que algunas trasmiten enfermedades por los agentes químicos que contienen; solo se pueden reutilizar aquellos envases plásticos que traen una numeración en el fondo como son 2, 4 y 5 y no se  deben reutilizar los enumerados 1, 3, 6 y 7; el número 1 es muy lesivo para la salud.