A buena hora, la Gobernación del Cesar, en cabeza de Luis Alberto Monsalvo, decidió destinar recursos para la construcción de un CityLab en Valledupar. De construirse, como se planea, este espaciopermitirá a los jóvenes bachilleres obtener una doble titulación en áreas asociadas con la robótica, reconocimiento facial, inteligencia artificial, internet de las cosas, entre otras. Estamos hablando del futuro, de que el Cesar dejará de pensar bajo los lineamientos del siglo pasado y pasará a hablar el lenguaje mundial, a conectarnos con el mundo con todo lo que ello significa.
A buena hora, la Gobernación del Cesar, en cabeza de Luis Alberto Monsalvo, decidió destinar recursos para la construcción de un CityLab en Valledupar. De construirse, como se planea, este espaciopermitirá a los jóvenes bachilleres obtener una doble titulación en áreas asociadas con la robótica, reconocimiento facial, inteligencia artificial, internet de las cosas, entre otras. Estamos hablando del futuro, de que el Cesar dejará de pensar bajo los lineamientos del siglo pasado y pasará a hablar el lenguaje mundial, a conectarnos con el mundo con todo lo que ello significa.
Sin embargo, surge una preocupación: la operatividad del centro. En el Cesar los gobernantes tienen la mala costumbre de concluir a medias las obras: queda el cemento y la infraestructura hecha pero pocas veces la dotación. Preocupados por este tema, le preguntamos al gobernador Monsalvo. “El Sena podría ser un buen aliado, la Universidad Nacional también; incluso, es posible que sea la Secretaría de Educación”, indicó Monsalvo.
Desde este espacio estaremos empujando, de forma constructiva, para que ese centro, anhelado por aquellos que conocen los beneficios de la tecnología en la formación de los jóvenes y en el desarrollo de las sociedades, llegue a buen puerto.
Tiene una gran responsabilidad, gobernador: el CityLabdebe ser el primer paso para que el Cesar entre en la Revolución Industrial 4.0, que hablemos de robótica, del internet de las cosas, y dar el paso de lo análogo a lo digital. ¿Invertir en tecnología es rentable? No hay duda. Para la muestra Medellín, una ciudad que hace 30 años estaba azotada por el narcotráfico, hoy es reconocida como una de las más innovadoras.
Un excelente reporte del portal La Silla Vacía indica: “Para el 2014, Medellín registró el mayor crecimiento económico de todas las ciudades de Latinoamérica. Un año antes, en 2013, Medellín fue reconocida como la ciudad más innovadora del mundo, superando a ciudades como Nueva York y Tel Aviv para este galardón entregado por el Citigroup y el Wall Street Journal”.
Estos dos logros juntos no son coincidencia. Por supuesto que no, son el resultado de un plan que permitió la creación de Ruta N, una agencia pública de innovación.
“Se cayó el falso dilema de que hay que escoger entre invertir en problemas sociales, como el hambre y la delincuencia, o invertir en innovación. Cuando el Concejo firma el plan de CTI, el mensaje es: ‘Con ciencia, tecnología e innovación solucionamos los problemas de la ciudad’”, dijo a La Silla Vacía Jorge Suárez, que se encarga en Ruta N de medir el impacto de estas políticas en la ciudad.
El Cesar y Valledupar, como capital, deben mirar referentes. ¿Y si superamos nuestras cifras negativas de pobreza invirtiendo en tecnología? Nos imaginamos toda esa tecnología aplicada en los procesos agrícolas, en la ganadería, en la palma, en el plátano; en la recuperación de los ríos; exportando el Cesar aplicaciones y software con la misma genialidad con la que componemos canciones vallenatas.
El futuro es de aquellos que tienen visión, creen en ella y actúan por materializarla. En palabras menos románticas, el futuro es de quienes inviertan en la tecnología. Que no nos deje nuevamente el carro del progreso.
A buena hora, la Gobernación del Cesar, en cabeza de Luis Alberto Monsalvo, decidió destinar recursos para la construcción de un CityLab en Valledupar. De construirse, como se planea, este espaciopermitirá a los jóvenes bachilleres obtener una doble titulación en áreas asociadas con la robótica, reconocimiento facial, inteligencia artificial, internet de las cosas, entre otras. Estamos hablando del futuro, de que el Cesar dejará de pensar bajo los lineamientos del siglo pasado y pasará a hablar el lenguaje mundial, a conectarnos con el mundo con todo lo que ello significa.
A buena hora, la Gobernación del Cesar, en cabeza de Luis Alberto Monsalvo, decidió destinar recursos para la construcción de un CityLab en Valledupar. De construirse, como se planea, este espaciopermitirá a los jóvenes bachilleres obtener una doble titulación en áreas asociadas con la robótica, reconocimiento facial, inteligencia artificial, internet de las cosas, entre otras. Estamos hablando del futuro, de que el Cesar dejará de pensar bajo los lineamientos del siglo pasado y pasará a hablar el lenguaje mundial, a conectarnos con el mundo con todo lo que ello significa.
Sin embargo, surge una preocupación: la operatividad del centro. En el Cesar los gobernantes tienen la mala costumbre de concluir a medias las obras: queda el cemento y la infraestructura hecha pero pocas veces la dotación. Preocupados por este tema, le preguntamos al gobernador Monsalvo. “El Sena podría ser un buen aliado, la Universidad Nacional también; incluso, es posible que sea la Secretaría de Educación”, indicó Monsalvo.
Desde este espacio estaremos empujando, de forma constructiva, para que ese centro, anhelado por aquellos que conocen los beneficios de la tecnología en la formación de los jóvenes y en el desarrollo de las sociedades, llegue a buen puerto.
Tiene una gran responsabilidad, gobernador: el CityLabdebe ser el primer paso para que el Cesar entre en la Revolución Industrial 4.0, que hablemos de robótica, del internet de las cosas, y dar el paso de lo análogo a lo digital. ¿Invertir en tecnología es rentable? No hay duda. Para la muestra Medellín, una ciudad que hace 30 años estaba azotada por el narcotráfico, hoy es reconocida como una de las más innovadoras.
Un excelente reporte del portal La Silla Vacía indica: “Para el 2014, Medellín registró el mayor crecimiento económico de todas las ciudades de Latinoamérica. Un año antes, en 2013, Medellín fue reconocida como la ciudad más innovadora del mundo, superando a ciudades como Nueva York y Tel Aviv para este galardón entregado por el Citigroup y el Wall Street Journal”.
Estos dos logros juntos no son coincidencia. Por supuesto que no, son el resultado de un plan que permitió la creación de Ruta N, una agencia pública de innovación.
“Se cayó el falso dilema de que hay que escoger entre invertir en problemas sociales, como el hambre y la delincuencia, o invertir en innovación. Cuando el Concejo firma el plan de CTI, el mensaje es: ‘Con ciencia, tecnología e innovación solucionamos los problemas de la ciudad’”, dijo a La Silla Vacía Jorge Suárez, que se encarga en Ruta N de medir el impacto de estas políticas en la ciudad.
El Cesar y Valledupar, como capital, deben mirar referentes. ¿Y si superamos nuestras cifras negativas de pobreza invirtiendo en tecnología? Nos imaginamos toda esa tecnología aplicada en los procesos agrícolas, en la ganadería, en la palma, en el plátano; en la recuperación de los ríos; exportando el Cesar aplicaciones y software con la misma genialidad con la que componemos canciones vallenatas.
El futuro es de aquellos que tienen visión, creen en ella y actúan por materializarla. En palabras menos románticas, el futuro es de quienes inviertan en la tecnología. Que no nos deje nuevamente el carro del progreso.