Conocedor de las costumbres de la provincia, en un momento electoral decidió que ya no lo llamarían Eloy Quintero, sino ‘Chichí’ Quintero, porque sonaba más cercano, más amigo. Y porque en esta región el voto tiene una alta dosis de amistad y corazón.
Este lunes, Chichí Quintero, uno de los símbolos de la política tradicional del departamento, se despidió al mejor estilo de la provincia: anunció que quien lo reemplazaría en el Congreso sería su hijo, Carlos Felipe Quintero, actual contralor distrital de Barranquilla.
“No voy a aspirar a la Cámara de Representantes”, contó durante una rueda de prensa que citó en su casa. “En el partido hemos hablado de Carlos Felipe Quintero, exsecretario de Gobierno, actualmente contralor del Distrito de Barranquilla. Tiene la preparación, le gusta la política. Me quiere heredar a mí, y yo no puedo atravesarme. Sí, es un delfin, es mi hijo, pero tiene mayor preparación, mayor conocimiento. Él nos ha manejado la política, lo conocen en muchos sectores del departamento”, agregó Quintero, en un acto de sinceridad. Y tiene razón Chichí: ser hijo de político no es un impedimento para hacer política. Y menos en la costa Caribe, donde además del apellido se heredan los votos.
Conocedor de las costumbres de la provincia, en un momento electoral decidió que ya no lo llamarían Eloy Quintero, sino ‘Chichí’ Quintero, porque sonaba más cercano, más amigo. Y porque en esta región el voto tiene una alta dosis de amistad y corazón. Y Chichí sabe ser amigo, sabe saludar, sabía abrazar y conocía cuándo era necesario llenarse de barro para llegar al corazón del elector.
Lea también: “No aspiraré más al Congreso”: Chichí Quintero
Además del barro ha probado el amargo sabor de la derrota, como cuando se ahogó en las elecciones a la Alcaldía de Valledupar o la derrota de Germán Vargas Lleras en las elecciones presidenciales, pero también supo dar el golpe cuando todos lo daban por perdido: solo él creyó en la candidatura de Mello Castro a la Alcaldía de Valledupar.
Con menos fuerza que cuando ingresó al Congreso en el 2014 o en la época de concejal de Valledupar, sus expresiones son ahora más lentas, igual que su paso. Sabe que le llegó el otoño al patriarca, sin embargo supo sembrar la semilla: su hijo Luis Fernando Quintero es concejal de Valledupar, y Carlos Quintero, ahora ‘precandidato’ al Congreso, es contralor del Distrito de Barranquilla, la casa de Cambio Radical, el partido que lo acompañó durante su carrera como representante.
Chichí Quintero deja el Congreso luego de dos periodos como representante: 2014-2018 y 2018-2022, periodo en el cual estuvo en la Comisión Cuarta o Presupuesto durante 3 años. Periodo en el que también protagonizó varias polémicas propias de la contienda provinciana.
Como la vez que el diario El Tiempo publicó que hacía parte de la lista de 9 congresistas más impuntuales, esto es, los que más tarde llegaban a las sesiones. O la vez que tuvo un microsueño, con toda razón, en medio de una de las extensas y tediosas sesiones virtuales que se dieron en el Congreso durante el 2020, culpa del coronavirus.
Pero Quintero también sabe darse ‘chapa’. Durante la rueda de prensa del lunes habló de 30 proyectos de interés regional y nacional en calidad de autor y coautor, entre los que destacó la Ley 1240 que tiene como objetivo impulsar el empleo de los adultos mayores que no gozan de pensión, garantizando así el envejecimiento activo, satisfactorio y saludable de la población colombiana. Envejecimiento que ahora podrá disfrutar lejos (mejor dicho, no como cabeza visible) de la pesada y atareada política.
Quintero nació el 23 de septiembre de 1953, en Valledupar. Aunque no es profesional, cursó siete semestres de Medicina Veterinaria y Zootecnia en la Universidad de Caldas.
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En 15 años de carrera política ocupó todos los cargos posibles en la ciudad: concejal Municipal de Valledupar, diputado de la Asamblea Departamental del Cesar, secretario de Gobierno de Valledupar y de Gobierno Departamental, incluso fue gobernador encargado y cónsul de Colombia en Maracaibo, Venezuela, entre 1995 y 1999.
En esa carrera también se movió por el sector privado. Fue miembro de la Junta Directiva de la Corporación de Algodoneros, Coral, junta directiva de Fenace, Fedegan, Fedearroz, Coolesar, Carbosan y cofundador de Carboandes.
Pero en el sector privado su estrella es el sueño Valledupar FC. Además de ser uno de los fundadores, fue presidente del club de la ciudad que lucha por llegar a la primera división. Seguro, ahora que no tendrá la responsabilidad de viajar a Bogotá para las sesiones del Congreso, se le verá más seguido en el estadio Armando Maestre haciendo fuerza para que el Valledupar FC supere el cuadrangular y llegue a la A.
Por: Redacción EL PILÓN
Conocedor de las costumbres de la provincia, en un momento electoral decidió que ya no lo llamarían Eloy Quintero, sino ‘Chichí’ Quintero, porque sonaba más cercano, más amigo. Y porque en esta región el voto tiene una alta dosis de amistad y corazón.
Este lunes, Chichí Quintero, uno de los símbolos de la política tradicional del departamento, se despidió al mejor estilo de la provincia: anunció que quien lo reemplazaría en el Congreso sería su hijo, Carlos Felipe Quintero, actual contralor distrital de Barranquilla.
“No voy a aspirar a la Cámara de Representantes”, contó durante una rueda de prensa que citó en su casa. “En el partido hemos hablado de Carlos Felipe Quintero, exsecretario de Gobierno, actualmente contralor del Distrito de Barranquilla. Tiene la preparación, le gusta la política. Me quiere heredar a mí, y yo no puedo atravesarme. Sí, es un delfin, es mi hijo, pero tiene mayor preparación, mayor conocimiento. Él nos ha manejado la política, lo conocen en muchos sectores del departamento”, agregó Quintero, en un acto de sinceridad. Y tiene razón Chichí: ser hijo de político no es un impedimento para hacer política. Y menos en la costa Caribe, donde además del apellido se heredan los votos.
Conocedor de las costumbres de la provincia, en un momento electoral decidió que ya no lo llamarían Eloy Quintero, sino ‘Chichí’ Quintero, porque sonaba más cercano, más amigo. Y porque en esta región el voto tiene una alta dosis de amistad y corazón. Y Chichí sabe ser amigo, sabe saludar, sabía abrazar y conocía cuándo era necesario llenarse de barro para llegar al corazón del elector.
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Además del barro ha probado el amargo sabor de la derrota, como cuando se ahogó en las elecciones a la Alcaldía de Valledupar o la derrota de Germán Vargas Lleras en las elecciones presidenciales, pero también supo dar el golpe cuando todos lo daban por perdido: solo él creyó en la candidatura de Mello Castro a la Alcaldía de Valledupar.
Con menos fuerza que cuando ingresó al Congreso en el 2014 o en la época de concejal de Valledupar, sus expresiones son ahora más lentas, igual que su paso. Sabe que le llegó el otoño al patriarca, sin embargo supo sembrar la semilla: su hijo Luis Fernando Quintero es concejal de Valledupar, y Carlos Quintero, ahora ‘precandidato’ al Congreso, es contralor del Distrito de Barranquilla, la casa de Cambio Radical, el partido que lo acompañó durante su carrera como representante.
Chichí Quintero deja el Congreso luego de dos periodos como representante: 2014-2018 y 2018-2022, periodo en el cual estuvo en la Comisión Cuarta o Presupuesto durante 3 años. Periodo en el que también protagonizó varias polémicas propias de la contienda provinciana.
Como la vez que el diario El Tiempo publicó que hacía parte de la lista de 9 congresistas más impuntuales, esto es, los que más tarde llegaban a las sesiones. O la vez que tuvo un microsueño, con toda razón, en medio de una de las extensas y tediosas sesiones virtuales que se dieron en el Congreso durante el 2020, culpa del coronavirus.
Pero Quintero también sabe darse ‘chapa’. Durante la rueda de prensa del lunes habló de 30 proyectos de interés regional y nacional en calidad de autor y coautor, entre los que destacó la Ley 1240 que tiene como objetivo impulsar el empleo de los adultos mayores que no gozan de pensión, garantizando así el envejecimiento activo, satisfactorio y saludable de la población colombiana. Envejecimiento que ahora podrá disfrutar lejos (mejor dicho, no como cabeza visible) de la pesada y atareada política.
Quintero nació el 23 de septiembre de 1953, en Valledupar. Aunque no es profesional, cursó siete semestres de Medicina Veterinaria y Zootecnia en la Universidad de Caldas.
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En 15 años de carrera política ocupó todos los cargos posibles en la ciudad: concejal Municipal de Valledupar, diputado de la Asamblea Departamental del Cesar, secretario de Gobierno de Valledupar y de Gobierno Departamental, incluso fue gobernador encargado y cónsul de Colombia en Maracaibo, Venezuela, entre 1995 y 1999.
En esa carrera también se movió por el sector privado. Fue miembro de la Junta Directiva de la Corporación de Algodoneros, Coral, junta directiva de Fenace, Fedegan, Fedearroz, Coolesar, Carbosan y cofundador de Carboandes.
Pero en el sector privado su estrella es el sueño Valledupar FC. Además de ser uno de los fundadores, fue presidente del club de la ciudad que lucha por llegar a la primera división. Seguro, ahora que no tendrá la responsabilidad de viajar a Bogotá para las sesiones del Congreso, se le verá más seguido en el estadio Armando Maestre haciendo fuerza para que el Valledupar FC supere el cuadrangular y llegue a la A.
Por: Redacción EL PILÓN