La Constitución Política de Colombia en su artículo 79, dispone: “Todas las personas tienen derecho a gozar de un ambiente sano. La ley garantizará la participación de la comunidad en las decisiones que puedan afectarlo. Es deber del Estado proteger la diversidad e integridad del ambiente, conservar las áreas de especial importancia ecológica y fomentar la educación para el logro […]
La Constitución Política de Colombia en su artículo 79, dispone: “Todas las personas tienen derecho a gozar de un ambiente sano. La ley garantizará la participación de la comunidad en las decisiones que puedan afectarlo. Es deber del Estado proteger la diversidad e integridad del ambiente, conservar las áreas de especial importancia ecológica y fomentar la educación para el logro de estos fines”.
En su artículo 80, agrega que el Estado: “…Además, deberá prevenir y controlar los factores de deterioro ambiental, imponer las sanciones legales y exigir la reparación de los daños causados…”.
En el artículo 4°, establece: “La constitución es norma de normas. En todo caso de incompatibilidad entre la Constitución y la ley u otra norma jurídica, se aplicarán las disposiciones constitucionales”.
El cerro de Hurtado y el que se encuentra adentro del Batallón de Artillería N°2 La Popa, ambos son bosques secos tropicales inmersos en la superficie urbana de Valledupar, lo que los hace muy valiosos para nuestra ciudad, mucho más ahora que el planeta tierra presenta un acelerado cambio climático por la masiva utilización de combustibles fósiles emisores de gases de efecto invernadero. En consecuencia, una de las tendencias de la humanidad es querer vivir en ciudades sostenibles ecológicas, con muchas zonas verdes sembradas de árboles frondosos y jardines cuidados con esmero para que sean perdurables, igual se preservan los bosques urbanos naturales cuidándoles sus vegetaciones nativas porque las exóticas son perecederas.
Sorprende que los administradores de la ciudad de Valledupar y del departamento del Cesar actúen en contrasentido de lo previamente expuesto. También algunos de sus habitantes, ciertas empresas privadas e instituciones públicas, especialmente Corpocesar, que poco o nada respetan la Constitución nacional, tampoco a la normatividad ambiental, o simplemente, no les interesa la protección del cerro de Hurtado, un pulmón de 37 hectáreas, biosfera de vital importancia para el mejoramiento de la calidad de la vida humana.
Hoy nuevamente exhorto a la gente de Valledupar, en especial a los ambientalistas, a que defendamos la conservación de tan benéfico ecosistema, a no bajar la guardia, de lo contrario, lo destruirán para construir 33 viviendas en su ladera norte. Al Concejo Municipal de Valledupar, con sumo respeto, se le solicita que acelere la reconversión del Acuerdo 032 de 1996, mediante el cual, los cerros de Hurtado y el de La Popa fueron declarados zonas de Reserva Ecológica y Patrimonio de nuestra ciudad; que también modifique el Acuerdo de junio de 2015, que incluye el POT vigente de Valledupar que viabiliza la construcción de residencias en la controvertida manzana F de la urbanización Santa Rosalía. Para hacer estas renovaciones, lógicamente, el municipio debe asumir el compromiso de pagar el costo admisible de dicha manzana con la debida transparencia.
Para colmo, Corpocesar delimita la ronda hídrica del río Guatapurí, por considerarla como determinante para el fallo definitivo que convertiría la suspensión en posible anulación de la licencia de construcción otorgada el pasado 25 de noviembre por la Curaduría Primera, para construir una vivienda bifamiliar de dos pisos en uno de los lotes de la manzana de la discordia. Intranquiliza que la empresa Movistar esté montando una antena transmisora en el cerro de Hurtado, para lo cual cortaron árboles, hicieron amplia excavación y la rellenaron de concreto para instalarla.
En vista de que no han puesto aviso de otorgamiento de licencia, pregunto: ¿Quién la autorizó? ¿A qué entidad oficial le compete la autorización? Urge el cerramiento adecuado del cerro para evitarle la tala y caza de su fauna, además impedir la práctica de senderismo dentro del cerro.
La Constitución Política de Colombia en su artículo 79, dispone: “Todas las personas tienen derecho a gozar de un ambiente sano. La ley garantizará la participación de la comunidad en las decisiones que puedan afectarlo. Es deber del Estado proteger la diversidad e integridad del ambiente, conservar las áreas de especial importancia ecológica y fomentar la educación para el logro […]
La Constitución Política de Colombia en su artículo 79, dispone: “Todas las personas tienen derecho a gozar de un ambiente sano. La ley garantizará la participación de la comunidad en las decisiones que puedan afectarlo. Es deber del Estado proteger la diversidad e integridad del ambiente, conservar las áreas de especial importancia ecológica y fomentar la educación para el logro de estos fines”.
En su artículo 80, agrega que el Estado: “…Además, deberá prevenir y controlar los factores de deterioro ambiental, imponer las sanciones legales y exigir la reparación de los daños causados…”.
En el artículo 4°, establece: “La constitución es norma de normas. En todo caso de incompatibilidad entre la Constitución y la ley u otra norma jurídica, se aplicarán las disposiciones constitucionales”.
El cerro de Hurtado y el que se encuentra adentro del Batallón de Artillería N°2 La Popa, ambos son bosques secos tropicales inmersos en la superficie urbana de Valledupar, lo que los hace muy valiosos para nuestra ciudad, mucho más ahora que el planeta tierra presenta un acelerado cambio climático por la masiva utilización de combustibles fósiles emisores de gases de efecto invernadero. En consecuencia, una de las tendencias de la humanidad es querer vivir en ciudades sostenibles ecológicas, con muchas zonas verdes sembradas de árboles frondosos y jardines cuidados con esmero para que sean perdurables, igual se preservan los bosques urbanos naturales cuidándoles sus vegetaciones nativas porque las exóticas son perecederas.
Sorprende que los administradores de la ciudad de Valledupar y del departamento del Cesar actúen en contrasentido de lo previamente expuesto. También algunos de sus habitantes, ciertas empresas privadas e instituciones públicas, especialmente Corpocesar, que poco o nada respetan la Constitución nacional, tampoco a la normatividad ambiental, o simplemente, no les interesa la protección del cerro de Hurtado, un pulmón de 37 hectáreas, biosfera de vital importancia para el mejoramiento de la calidad de la vida humana.
Hoy nuevamente exhorto a la gente de Valledupar, en especial a los ambientalistas, a que defendamos la conservación de tan benéfico ecosistema, a no bajar la guardia, de lo contrario, lo destruirán para construir 33 viviendas en su ladera norte. Al Concejo Municipal de Valledupar, con sumo respeto, se le solicita que acelere la reconversión del Acuerdo 032 de 1996, mediante el cual, los cerros de Hurtado y el de La Popa fueron declarados zonas de Reserva Ecológica y Patrimonio de nuestra ciudad; que también modifique el Acuerdo de junio de 2015, que incluye el POT vigente de Valledupar que viabiliza la construcción de residencias en la controvertida manzana F de la urbanización Santa Rosalía. Para hacer estas renovaciones, lógicamente, el municipio debe asumir el compromiso de pagar el costo admisible de dicha manzana con la debida transparencia.
Para colmo, Corpocesar delimita la ronda hídrica del río Guatapurí, por considerarla como determinante para el fallo definitivo que convertiría la suspensión en posible anulación de la licencia de construcción otorgada el pasado 25 de noviembre por la Curaduría Primera, para construir una vivienda bifamiliar de dos pisos en uno de los lotes de la manzana de la discordia. Intranquiliza que la empresa Movistar esté montando una antena transmisora en el cerro de Hurtado, para lo cual cortaron árboles, hicieron amplia excavación y la rellenaron de concreto para instalarla.
En vista de que no han puesto aviso de otorgamiento de licencia, pregunto: ¿Quién la autorizó? ¿A qué entidad oficial le compete la autorización? Urge el cerramiento adecuado del cerro para evitarle la tala y caza de su fauna, además impedir la práctica de senderismo dentro del cerro.