Para este fin de semana, las autoridades municipales decidieron decretar toque de queda desde las 06:00 p.m. del viernes de ayer, hasta las 05:00 de la madrugada del lunes 19 de abril, una medida urgente para frenar el aumento de los contagios por covid-19 y evitar el colapso del sistema de salud de la ciudad. Solo quedan 25 camas UCI disponibles, de las 273 totales en la ciudad, según el último informe de la Secretaría de Salud Local.
Para este fin de semana, las autoridades municipales decidieron decretar toque de queda desde las 06:00 p.m. del viernes de ayer, hasta las 05:00 de la madrugada del lunes 19 de abril, una medida urgente para frenar el aumento de los contagios por covid-19 y evitar el colapso del sistema de salud de la ciudad. Solo quedan 25 camas UCI disponibles, de las 273 totales en la ciudad, según el último informe de la Secretaría de Salud Local. Una ocupación del 91 %, la más alta desde que inició la pandemia.
Esta medida es urgente y necesaria, pero no se pueden desconocer sus coletazos negativos. Valledupar no es la única ciudad que decidió aplicar nuevamente la cuarentena estricta, igual lo hicieron Bogotá, Barranquilla, Cali, entre otras, donde el sistema de salud también está bajo amenaza.
Sin embargo, recalcamos, más allá de lo necesario, las autoridades locales deben a su vez buscar alternativas para ayudar a todos los directamente afectados por estas medidas, comerciantes, trabajadores independientes, y evitar que el daño sea grave. Cuando hablábamos de reactivación económica, de recuperar los empleos, un nuevo pico de contagios nos sorprende y casi que nos obligará a retroceder para iniciar nuevamente.
El virus no solo ha dejado una estela de muertos: un acumulado de 1.307 muertos en el Cesar desde que inició la pandemia, lo cual representa el 0,1 % de la población del departamento (1.295.387 habitantes tiene el Cesar, según el Dane). Una tragedia.
También acabó con miles de empleos, algunos imposibles de recuperar. No obstante, el primer paso para retomar la senda hacia la nueva normalidad empieza por quedarnos en casa y evitar las aglomeraciones y el contacto con personas diferentes al círculo familiar.
Por supuesto, el segundo paso es agilizar el proceso de vacunación, la medida más efectiva para controlar el virus y sin afectaciones colaterales. Según el último informe publicado, de las 98.489 dosis asignadas al Cesar, se han aplicado 58.420 dosis, alrededor del 59.3 %. Aunque ha habido evidentes avances no es satisfactorio el esfuerzo.
Es preocupante por cualquier arista diferente que intentemos ver la situación.
En Valledupar ha ‘ayudado’ que la alarma de las capitales portuarias de la costa suena como una campana avisadora de que la nueva ola viene. El Atlántico registró ayer 110 muertes por el coronavirus, a niveles de Antioquia, cuando esta circunscripción es en tamaño y población 3 veces más grande.
El presidente Duque informó ayer en su habitual programa que la llamada cepa británica estaba en Colombia, que se considera de más fácil contagio, pero unos y otros difieren de su mortalidad. Es evidente que esas mutaciones, resultado de la evolución y adaptabilidad del virus, continuarán; y que mientras se generan inesperadas advertencias sobre algunas vacunas, en las que se demuestra un caso en un millón de dosis, parece cundir el desánimo que era notorio con el comienzo del proceso de vacunación. No nos olvidemos que la vacunación y la reactivación son gemelas.
Para este fin de semana, las autoridades municipales decidieron decretar toque de queda desde las 06:00 p.m. del viernes de ayer, hasta las 05:00 de la madrugada del lunes 19 de abril, una medida urgente para frenar el aumento de los contagios por covid-19 y evitar el colapso del sistema de salud de la ciudad. Solo quedan 25 camas UCI disponibles, de las 273 totales en la ciudad, según el último informe de la Secretaría de Salud Local.
Para este fin de semana, las autoridades municipales decidieron decretar toque de queda desde las 06:00 p.m. del viernes de ayer, hasta las 05:00 de la madrugada del lunes 19 de abril, una medida urgente para frenar el aumento de los contagios por covid-19 y evitar el colapso del sistema de salud de la ciudad. Solo quedan 25 camas UCI disponibles, de las 273 totales en la ciudad, según el último informe de la Secretaría de Salud Local. Una ocupación del 91 %, la más alta desde que inició la pandemia.
Esta medida es urgente y necesaria, pero no se pueden desconocer sus coletazos negativos. Valledupar no es la única ciudad que decidió aplicar nuevamente la cuarentena estricta, igual lo hicieron Bogotá, Barranquilla, Cali, entre otras, donde el sistema de salud también está bajo amenaza.
Sin embargo, recalcamos, más allá de lo necesario, las autoridades locales deben a su vez buscar alternativas para ayudar a todos los directamente afectados por estas medidas, comerciantes, trabajadores independientes, y evitar que el daño sea grave. Cuando hablábamos de reactivación económica, de recuperar los empleos, un nuevo pico de contagios nos sorprende y casi que nos obligará a retroceder para iniciar nuevamente.
El virus no solo ha dejado una estela de muertos: un acumulado de 1.307 muertos en el Cesar desde que inició la pandemia, lo cual representa el 0,1 % de la población del departamento (1.295.387 habitantes tiene el Cesar, según el Dane). Una tragedia.
También acabó con miles de empleos, algunos imposibles de recuperar. No obstante, el primer paso para retomar la senda hacia la nueva normalidad empieza por quedarnos en casa y evitar las aglomeraciones y el contacto con personas diferentes al círculo familiar.
Por supuesto, el segundo paso es agilizar el proceso de vacunación, la medida más efectiva para controlar el virus y sin afectaciones colaterales. Según el último informe publicado, de las 98.489 dosis asignadas al Cesar, se han aplicado 58.420 dosis, alrededor del 59.3 %. Aunque ha habido evidentes avances no es satisfactorio el esfuerzo.
Es preocupante por cualquier arista diferente que intentemos ver la situación.
En Valledupar ha ‘ayudado’ que la alarma de las capitales portuarias de la costa suena como una campana avisadora de que la nueva ola viene. El Atlántico registró ayer 110 muertes por el coronavirus, a niveles de Antioquia, cuando esta circunscripción es en tamaño y población 3 veces más grande.
El presidente Duque informó ayer en su habitual programa que la llamada cepa británica estaba en Colombia, que se considera de más fácil contagio, pero unos y otros difieren de su mortalidad. Es evidente que esas mutaciones, resultado de la evolución y adaptabilidad del virus, continuarán; y que mientras se generan inesperadas advertencias sobre algunas vacunas, en las que se demuestra un caso en un millón de dosis, parece cundir el desánimo que era notorio con el comienzo del proceso de vacunación. No nos olvidemos que la vacunación y la reactivación son gemelas.