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Columnista - 13 febrero, 2021

Prodeco dijo que se iba y se va

En julio del año pasado la multinacional Prodeco presentó a consideración de la Agencia Nacional de Minería, ANM, una solicitud de autorización de suspensión de actividades de las minas de carbón térmico Calenturitas y La Jagua, ubicadas en el departamento del Cesar. En diciembre pasado la ANM negó la solicitud a Prodeco, pero iniciando febrero […]

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En julio del año pasado la multinacional Prodeco presentó a consideración de la Agencia Nacional de Minería, ANM, una solicitud de autorización de suspensión de actividades de las minas de carbón térmico Calenturitas y La Jagua, ubicadas en el departamento del Cesar. En diciembre pasado la ANM negó la solicitud a Prodeco, pero iniciando febrero Prodeco anunció que iniciaría el proceso de devolución de sus títulos mineros a Colombia. 

El anuncio de Prodeco suscitó incertidumbre en Valledupar y el departamento del Cesar, debido a los incuestionables impactos socioeconómicos, sin embargo, este dilema no es extraño. El Acuerdo de París alcanzado en la COP21 en 2015 constituyó un hito histórico en el que prácticamente todos los países apoyaron objetivos climáticos más ambiciosos. Desde entonces, las políticas climáticas han ganado mucho impulso, influyendo en las decisiones de inversionistas y empresas. La oposición pública a los combustibles fósiles se ha extendido, y un número creciente de accionistas está presionando a los ejecutivos de las empresas para que reduzcan la exposición a los combustibles fósiles, en particular al carbón.

La Agencia Internacional de Energía, IEA, publicó la décima edición del informe anual de mercado del carbón el 18 de diciembre de 2020, hicieron un valioso balance de los desarrollos clave que han tenido un impacto en los mercados mundiales del carbón durante la última década. Las tendencias empezaban a marcar signos decrecientes para esta industria. Entre 2009 y 2019, el consumo mundial de carbón creció en un promedio de alrededor del 1 % por año hasta alcanzar los 7,6 mil millones de toneladas, pero su participación en el suministro de energía primaria del mundo disminuyó del 28 % al 26 % durante el mismo período. Y su participación en la generación de electricidad cayó del 40 % al 36,5 %.

Adicional a las tendencias que mostraban el decrecimiento de la demanda de carbón, debido a la tendencia del cambio climático, el impacto de la aparición de la pandemia covid-19 exacerbó la situación generando en el primer trimestre de 2020, reducción de la demanda mundial de energía en un 3,8 %, la mayor parte del impacto se sintió en marzo cuando se aplicaron medidas de confinamiento en Europa, América del Norte y otros lugares. 

La demanda mundial de carbón fue la más afectada, cayendo casi un 8% en comparación con el primer trimestre de 2019. Tres razones convergieron para explicar esta caída. China, una economía basada en el carbón, fue el país más afectado por el covid-19 en el primer trimestre; el gas barato y el crecimiento continuo de las energías renovables en otros lugares desafiaron al carbón; y el clima templado también limitó el uso de carbón.

La evidencia descrita en el informe de la Agencia Internacional de la Energía muestra el detalle sobre el decrecimiento de la industria del carbón, reflejada a finales del año pasado en la industria nacional con las huelgas en el Cerrejón, y Prodeco y CNR con operaciones suspendidas. Pese a las circunstancias, este sector ha girado 2 billones de pesos en regalías en los últimos 3 años y $1.5 billones en impuesto de renta anuales. Estas cifras representativas contrastan con los niveles de pobreza monetaria de los departamentos de La Guajira y el Cesar, (61,8 y 51,7 por ciento en 2019, respectivamente). Llorar sobre la leche derramada es tiempo perdido, como argumentar con retórica para amortiguar la decepción de la gente, llegó el momento de sentarse (gremios, clase política, universidades, sociedad civil) a revisar tendencias y comprender el entorno, para diseñar apuestas de desarrollo económico en aras de competir y atender las necesidades que demanda el mundo, naturalmente, con criterio técnico, ya está bueno de tanto globo al aire, reconozcan que las irrupciones de todo tipo los ha sorprendido con los pantalones abajo.

Columnista
13 febrero, 2021

Prodeco dijo que se iba y se va

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Luis Elquis Diaz

En julio del año pasado la multinacional Prodeco presentó a consideración de la Agencia Nacional de Minería, ANM, una solicitud de autorización de suspensión de actividades de las minas de carbón térmico Calenturitas y La Jagua, ubicadas en el departamento del Cesar. En diciembre pasado la ANM negó la solicitud a Prodeco, pero iniciando febrero […]


En julio del año pasado la multinacional Prodeco presentó a consideración de la Agencia Nacional de Minería, ANM, una solicitud de autorización de suspensión de actividades de las minas de carbón térmico Calenturitas y La Jagua, ubicadas en el departamento del Cesar. En diciembre pasado la ANM negó la solicitud a Prodeco, pero iniciando febrero Prodeco anunció que iniciaría el proceso de devolución de sus títulos mineros a Colombia. 

El anuncio de Prodeco suscitó incertidumbre en Valledupar y el departamento del Cesar, debido a los incuestionables impactos socioeconómicos, sin embargo, este dilema no es extraño. El Acuerdo de París alcanzado en la COP21 en 2015 constituyó un hito histórico en el que prácticamente todos los países apoyaron objetivos climáticos más ambiciosos. Desde entonces, las políticas climáticas han ganado mucho impulso, influyendo en las decisiones de inversionistas y empresas. La oposición pública a los combustibles fósiles se ha extendido, y un número creciente de accionistas está presionando a los ejecutivos de las empresas para que reduzcan la exposición a los combustibles fósiles, en particular al carbón.

La Agencia Internacional de Energía, IEA, publicó la décima edición del informe anual de mercado del carbón el 18 de diciembre de 2020, hicieron un valioso balance de los desarrollos clave que han tenido un impacto en los mercados mundiales del carbón durante la última década. Las tendencias empezaban a marcar signos decrecientes para esta industria. Entre 2009 y 2019, el consumo mundial de carbón creció en un promedio de alrededor del 1 % por año hasta alcanzar los 7,6 mil millones de toneladas, pero su participación en el suministro de energía primaria del mundo disminuyó del 28 % al 26 % durante el mismo período. Y su participación en la generación de electricidad cayó del 40 % al 36,5 %.

Adicional a las tendencias que mostraban el decrecimiento de la demanda de carbón, debido a la tendencia del cambio climático, el impacto de la aparición de la pandemia covid-19 exacerbó la situación generando en el primer trimestre de 2020, reducción de la demanda mundial de energía en un 3,8 %, la mayor parte del impacto se sintió en marzo cuando se aplicaron medidas de confinamiento en Europa, América del Norte y otros lugares. 

La demanda mundial de carbón fue la más afectada, cayendo casi un 8% en comparación con el primer trimestre de 2019. Tres razones convergieron para explicar esta caída. China, una economía basada en el carbón, fue el país más afectado por el covid-19 en el primer trimestre; el gas barato y el crecimiento continuo de las energías renovables en otros lugares desafiaron al carbón; y el clima templado también limitó el uso de carbón.

La evidencia descrita en el informe de la Agencia Internacional de la Energía muestra el detalle sobre el decrecimiento de la industria del carbón, reflejada a finales del año pasado en la industria nacional con las huelgas en el Cerrejón, y Prodeco y CNR con operaciones suspendidas. Pese a las circunstancias, este sector ha girado 2 billones de pesos en regalías en los últimos 3 años y $1.5 billones en impuesto de renta anuales. Estas cifras representativas contrastan con los niveles de pobreza monetaria de los departamentos de La Guajira y el Cesar, (61,8 y 51,7 por ciento en 2019, respectivamente). Llorar sobre la leche derramada es tiempo perdido, como argumentar con retórica para amortiguar la decepción de la gente, llegó el momento de sentarse (gremios, clase política, universidades, sociedad civil) a revisar tendencias y comprender el entorno, para diseñar apuestas de desarrollo económico en aras de competir y atender las necesidades que demanda el mundo, naturalmente, con criterio técnico, ya está bueno de tanto globo al aire, reconozcan que las irrupciones de todo tipo los ha sorprendido con los pantalones abajo.