Publicidad
Categorías
Categorías
Editorial - 17 octubre, 2020

Los lazos afectivos, nos protegen del coronavirus

Hace un tiempo nos visitó en el país el siquiatra francés Borys Cyrulnik, vino a un Hay Festival en el 2017. Recientemente el grupo de periódicos de América (GDA) le hizo una entrevista, recogemos algunas de sus respuestas de El Tiempo (13 octubre). Nos excusan si las tomamos textuales sin comentarios, como es lo usual en el editorial, pues se explican por sí solas.

Boton Wpp

Hace un tiempo nos visitó en el país el siquiatra francés Borys Cyrulnik, vino a un Hay Festival en el 2017.

Recientemente el grupo de periódicos de América (GDA) le hizo una entrevista, recogemos algunas de sus respuestas de El Tiempo (13 octubre). Nos excusan si las tomamos textuales sin comentarios, como es lo usual en el editorial, pues se explican por sí solas.

 ¿Cómo lidiar con el trauma (la pandemia) cuando no existen factores de protección?

La única manera de lidiar con el trauma es estar acompañados y sostenidos: la familia y los amigos funcionan como tranquilizadores, son redes que pueden funcionar como calmantes. Además, es importante darle un sentido a lo que sucedió y a lo que atravesamos. El sentido que le damos a un evento resignifica el modo como lo vivimos y sufrimos.

¿Es posible aplicar este concepto de resiliencia a sociedades y países?

Absolutamente. En el caso de Argelia, los Balcanes, Medio Oriente, por ejemplo, cada una de sus distintas poblaciones es prisionera del pasado. Es como el síndrome psicotraumático; cuando sufres de eso, siempre estás pensando en lo mismo, rumiando los mismos temas: por qué fui herido, por qué fui abandonado, por qué me pasó lo que me pasó… Cuando somos prisioneros del pasado se produce una repetición, nuestra alma está invadida completamente, día y noche, y esa es la definición del síndrome psicoatraumático. Es un monólogo interno que no termina nunca, y una guerra puede ser gatillada, como sucedió en los Balcanes entre cristianos y musulmanes, por un suceso que tuvo lugar varios siglos atrás.

¿Cómo definiría la felicidad?

Está en la naturaleza de los seres humanos tejer vínculos y lazos con el otro: día tras día, palabra tras palabra, gesto tras gesto. La interacción necesita de vínculos. Creo que la felicidad es una utopía, siempre la estamos buscando y a veces no sabemos por qué estamos felices o por qué estamos infelices. Pero mi cerebro, sin otro cerebro, se apaga. Es difícil vivir con otros, pero lo es más vivir sin los otros. La felicidad es el placer de vivir lo cotidiano. Hay una artesanía de la felicidad que se construye todos los días.

¿Existe alguna relación entre empatía y felicidad?

No necesariamente. La empatía es la capacidad de representar el mundo del otro más allá del propio mundo. Es la capacidad de descentralizarse de uno mismo para representar el mundo del otro. Los seres humanos somos capaces de leer las mentes de las otras personas como si fueran un libro abierto. Estamos conminados a vivir con el otro, y aunque a veces es difícil porque no tenemos las mismas historias, mentalidades, religiones, desarrollos, culturas, es lo único que nos transforma creativamente.

En este momento se producen protestas violentas, manifestaciones de racismo y crecimiento de movimientos de extrema derecha. ¿Hay lugar para la empatía en el mundo actual?

Para vivir juntos en paz necesitamos de la empatía. Necesitamos de ella para comprender a quienes tienen otras culturas y otras religiones, y para desarrollarla necesitamos viajar, leer, hablar e interactuar con otros.

Editorial
17 octubre, 2020

Los lazos afectivos, nos protegen del coronavirus

Hace un tiempo nos visitó en el país el siquiatra francés Borys Cyrulnik, vino a un Hay Festival en el 2017. Recientemente el grupo de periódicos de América (GDA) le hizo una entrevista, recogemos algunas de sus respuestas de El Tiempo (13 octubre). Nos excusan si las tomamos textuales sin comentarios, como es lo usual en el editorial, pues se explican por sí solas.


Boton Wpp

Hace un tiempo nos visitó en el país el siquiatra francés Borys Cyrulnik, vino a un Hay Festival en el 2017.

Recientemente el grupo de periódicos de América (GDA) le hizo una entrevista, recogemos algunas de sus respuestas de El Tiempo (13 octubre). Nos excusan si las tomamos textuales sin comentarios, como es lo usual en el editorial, pues se explican por sí solas.

 ¿Cómo lidiar con el trauma (la pandemia) cuando no existen factores de protección?

La única manera de lidiar con el trauma es estar acompañados y sostenidos: la familia y los amigos funcionan como tranquilizadores, son redes que pueden funcionar como calmantes. Además, es importante darle un sentido a lo que sucedió y a lo que atravesamos. El sentido que le damos a un evento resignifica el modo como lo vivimos y sufrimos.

¿Es posible aplicar este concepto de resiliencia a sociedades y países?

Absolutamente. En el caso de Argelia, los Balcanes, Medio Oriente, por ejemplo, cada una de sus distintas poblaciones es prisionera del pasado. Es como el síndrome psicotraumático; cuando sufres de eso, siempre estás pensando en lo mismo, rumiando los mismos temas: por qué fui herido, por qué fui abandonado, por qué me pasó lo que me pasó… Cuando somos prisioneros del pasado se produce una repetición, nuestra alma está invadida completamente, día y noche, y esa es la definición del síndrome psicoatraumático. Es un monólogo interno que no termina nunca, y una guerra puede ser gatillada, como sucedió en los Balcanes entre cristianos y musulmanes, por un suceso que tuvo lugar varios siglos atrás.

¿Cómo definiría la felicidad?

Está en la naturaleza de los seres humanos tejer vínculos y lazos con el otro: día tras día, palabra tras palabra, gesto tras gesto. La interacción necesita de vínculos. Creo que la felicidad es una utopía, siempre la estamos buscando y a veces no sabemos por qué estamos felices o por qué estamos infelices. Pero mi cerebro, sin otro cerebro, se apaga. Es difícil vivir con otros, pero lo es más vivir sin los otros. La felicidad es el placer de vivir lo cotidiano. Hay una artesanía de la felicidad que se construye todos los días.

¿Existe alguna relación entre empatía y felicidad?

No necesariamente. La empatía es la capacidad de representar el mundo del otro más allá del propio mundo. Es la capacidad de descentralizarse de uno mismo para representar el mundo del otro. Los seres humanos somos capaces de leer las mentes de las otras personas como si fueran un libro abierto. Estamos conminados a vivir con el otro, y aunque a veces es difícil porque no tenemos las mismas historias, mentalidades, religiones, desarrollos, culturas, es lo único que nos transforma creativamente.

En este momento se producen protestas violentas, manifestaciones de racismo y crecimiento de movimientos de extrema derecha. ¿Hay lugar para la empatía en el mundo actual?

Para vivir juntos en paz necesitamos de la empatía. Necesitamos de ella para comprender a quienes tienen otras culturas y otras religiones, y para desarrollarla necesitamos viajar, leer, hablar e interactuar con otros.