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Columnista - 16 septiembre, 2020

Las cifras no cuadran

El Congreso de la República aprobó el monto del proyecto de presupuesto para el año entrante y se apresta a discutir las partidas del mismo, las cuales nos traen algunas sorpresas e inconsistencias que hacen que las cifras no cuadren. Como lo afirma el analista Eduardo Lora, “dos puntos porcentuales del PIB se necesitan para […]

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El Congreso de la República aprobó el monto del proyecto de presupuesto para el año entrante y se apresta a discutir las partidas del mismo, las cuales nos traen algunas sorpresas e inconsistencias que hacen que las cifras no cuadren.

Como lo afirma el analista Eduardo Lora, “dos puntos porcentuales del PIB se necesitan para estabilizar la situación fiscal”. De manera que el Gobierno tiene muy poco márgen de maniobra en materia fiscal. Con razón el investigador de Fedesarrollo, Mauricio Reina, afirma que “si el ejecutivo no da señales claras de pretender un ajuste fiscal próximamente…es muy probable que el próximo año Colombia pierda su grado de inversión”.

El ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, no explica cómo y qué va a hacer para lograr bajar el déficit fiscal hasta el – 1.9 % el año entrante, a no ser que esté pensando en recortar el gasto, lo cual es prácticamente imposible, primero, por el crecimiento inercial del mismo del 4 % y segundo, porque el presupuesto nacional tiene una inflexibilidad de más del 85%.

El ministro carrasquilla está conteniendo el gasto y maniobrando para tratar de cerrar este año con “recursos del balance” por valor de $12 billones, en contraste con los $3.2 billones de este año, que contribuirían al financiamiento del presupuesto del próximo año, son los mismos recursos que le hicieron falta a muchas empresas que se fueron a la quiebra y a muchos trabajadores que perdieron el empleo.

Bien dijo el director de Fedesarrollo, Luis Fernando Mejía, al poner en duda la apuesta del ministro Carrasquilla de un crecimiento del PIB en 2021 de 6.6 % que dice “luce alto”, afirma también que el plan de enajenaciones por $12 billones “luce muy ambicioso”. Y no es para menos, dado que su meta volante de crecimiento del PIB para el 2020 de – 5.5 % también luce alta, pues para alcanzarla, después del mediocre registro del primer semestre de una contracción de – 7.4 %, la del segundo semestre tendría que ser menor del – 3.5 %.

Así es difícil que pueda darse este escenario, habida cuenta que la recuperación de la economía será muy lenta, no “vamos a tener una buena y rápida recuperación”, como lo augura el presidente Iván Duque. Todo indica que, como lo sostienen las expertas María Camila González y María Camila Pérez, con el ritmo de la recuperación hasta el momento habrá que esperar hasta finales de 2022 para volver a los niveles que se registraron en la prepandemia.

Y obviamente un menor crecimiento se traduce en menor recaudo de impuesto, pues se calcula que por cada punto porcentual de crecimiento de la economía se recaudan $2 billones. Lo propio puede afirmarse con respecto al Plan de enajenaciones, pues no hay un ambiente propicio para que ello pueda adelantarse.

En síntesis, las bases y los supuestos sobre los cuales descansa el proyecto de presupuesto están muy alejados de la realidad, puede decirse que no es realista, es aspiracional.

Columnista
16 septiembre, 2020

Las cifras no cuadran

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Amylkar D. Acosta

El Congreso de la República aprobó el monto del proyecto de presupuesto para el año entrante y se apresta a discutir las partidas del mismo, las cuales nos traen algunas sorpresas e inconsistencias que hacen que las cifras no cuadren. Como lo afirma el analista Eduardo Lora, “dos puntos porcentuales del PIB se necesitan para […]


El Congreso de la República aprobó el monto del proyecto de presupuesto para el año entrante y se apresta a discutir las partidas del mismo, las cuales nos traen algunas sorpresas e inconsistencias que hacen que las cifras no cuadren.

Como lo afirma el analista Eduardo Lora, “dos puntos porcentuales del PIB se necesitan para estabilizar la situación fiscal”. De manera que el Gobierno tiene muy poco márgen de maniobra en materia fiscal. Con razón el investigador de Fedesarrollo, Mauricio Reina, afirma que “si el ejecutivo no da señales claras de pretender un ajuste fiscal próximamente…es muy probable que el próximo año Colombia pierda su grado de inversión”.

El ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, no explica cómo y qué va a hacer para lograr bajar el déficit fiscal hasta el – 1.9 % el año entrante, a no ser que esté pensando en recortar el gasto, lo cual es prácticamente imposible, primero, por el crecimiento inercial del mismo del 4 % y segundo, porque el presupuesto nacional tiene una inflexibilidad de más del 85%.

El ministro carrasquilla está conteniendo el gasto y maniobrando para tratar de cerrar este año con “recursos del balance” por valor de $12 billones, en contraste con los $3.2 billones de este año, que contribuirían al financiamiento del presupuesto del próximo año, son los mismos recursos que le hicieron falta a muchas empresas que se fueron a la quiebra y a muchos trabajadores que perdieron el empleo.

Bien dijo el director de Fedesarrollo, Luis Fernando Mejía, al poner en duda la apuesta del ministro Carrasquilla de un crecimiento del PIB en 2021 de 6.6 % que dice “luce alto”, afirma también que el plan de enajenaciones por $12 billones “luce muy ambicioso”. Y no es para menos, dado que su meta volante de crecimiento del PIB para el 2020 de – 5.5 % también luce alta, pues para alcanzarla, después del mediocre registro del primer semestre de una contracción de – 7.4 %, la del segundo semestre tendría que ser menor del – 3.5 %.

Así es difícil que pueda darse este escenario, habida cuenta que la recuperación de la economía será muy lenta, no “vamos a tener una buena y rápida recuperación”, como lo augura el presidente Iván Duque. Todo indica que, como lo sostienen las expertas María Camila González y María Camila Pérez, con el ritmo de la recuperación hasta el momento habrá que esperar hasta finales de 2022 para volver a los niveles que se registraron en la prepandemia.

Y obviamente un menor crecimiento se traduce en menor recaudo de impuesto, pues se calcula que por cada punto porcentual de crecimiento de la economía se recaudan $2 billones. Lo propio puede afirmarse con respecto al Plan de enajenaciones, pues no hay un ambiente propicio para que ello pueda adelantarse.

En síntesis, las bases y los supuestos sobre los cuales descansa el proyecto de presupuesto están muy alejados de la realidad, puede decirse que no es realista, es aspiracional.