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Columnista - 3 agosto, 2020

“Érase otra vez”

Los cuentos infantiles que por lo general comienzan con la trillada frase: “Érase una vez”, pero para el caso nuestro, debería comenzar irónicamente con la frase: “Érase otra vez”. Pues si recapitulamos en la historia de nuestro municipio en lo que hace a los últimos alcaldes, son muchas las veces en las que la primera […]

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Los cuentos infantiles que por lo general comienzan con la trillada frase: “Érase una vez”, pero para el caso nuestro, debería comenzar irónicamente con la frase: “Érase otra vez”. Pues si recapitulamos en la historia de nuestro municipio en lo que hace a los últimos alcaldes, son muchas las veces en las que la primera autoridad del municipio, ha sido objeto de sanciones por faltas disciplinarias o penales cometidas en el ejercicio de sus funciones.

En este orden de ideas integran la deshonrosa lista: Johnny Pérez Oñate (1998-2000), Rubén Carvajal Riveira (2008), Luis Fabián Fernández Maestre (2009-2011), Fredys Socarras Reales (2012-2015) y Augusto D. Ramírez Uhía (2016-2019), los dos últimos con investigaciones pendientes. Pero si por allá llueve, por los lados del departamento no escampa.  De la lista de nombres de los gobernadores del Cesar que han sido sancionados se encuentran: Lucas Segundo Gnecco (1992-1995 y 1998-2000) Rafael Bolaños Guerrero (2001-2003), Hernando Molina Araujo (2005-2007), Cristian Moreno Panezo (2008-2011) y su sucesor Luis Alberto Monsalvo Gnecco, condenado en primera instancia, y a la espera de lo que se decida en la segunda.

La lección que nos deja todo esto, es que si el ejercicio del poder representa un riesgo para quien lo ejerce, el riesgo se maximiza cuando el aspirante al cargo de elección popular tiene una investigación pendiente, como en el caso de Monsalvo Gnecco, que a pesar de esta situación no tuvo problemas en obtener el aval de la U, y eso le permitió inscribir su candidatura a la Gobernación. Ahora que se encuentra separado del cargo, dejando al departamento en el peor de los escenarios, cómo si con el coronavirus no tuviéramos suficiente.

Por estos días, tomó posesión como gobernador encargado Wilson Solano, a quien solicitamos se maneje con pulcritud y honradez, para beneficio de todos, no sea que por hacer favores termine investigado y sancionado por los entes de control, como le ocurrió a Rodrigo Canosa Guerrero, en su funesto paso por la Gobernación.

Para las elecciones venideras se hace necesario un ejercicio de discernimiento, debemos estudiar con detenimiento las hojas de vida, y las propuestas de cada candidato, pero especialmente si tiene investigaciones pendientes, a fin de evitar tener que cambiar de caballo a mitad de río. Por ahora el gobernador encargado, no tendrá mucho margen de acción, pues todo se centra, en mitigar los efectos de la pandemia.

Nota de cierre: Por fin las Iglesias pudieron recibir nuevamente a sus feligreses cumpliendo con todos los protocolos de bioseguridad. Asimismo, se dio la reapertura de los moteles, también con estricto cumplimiento de los protocolos de bioseguridad. El mensaje de nuestro burgomaestre es muy claro, pues le prende una vela a Dios y otra al diablo.  [email protected]

Columnista
3 agosto, 2020

“Érase otra vez”

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Dario Arregoces

Los cuentos infantiles que por lo general comienzan con la trillada frase: “Érase una vez”, pero para el caso nuestro, debería comenzar irónicamente con la frase: “Érase otra vez”. Pues si recapitulamos en la historia de nuestro municipio en lo que hace a los últimos alcaldes, son muchas las veces en las que la primera […]


Los cuentos infantiles que por lo general comienzan con la trillada frase: “Érase una vez”, pero para el caso nuestro, debería comenzar irónicamente con la frase: “Érase otra vez”. Pues si recapitulamos en la historia de nuestro municipio en lo que hace a los últimos alcaldes, son muchas las veces en las que la primera autoridad del municipio, ha sido objeto de sanciones por faltas disciplinarias o penales cometidas en el ejercicio de sus funciones.

En este orden de ideas integran la deshonrosa lista: Johnny Pérez Oñate (1998-2000), Rubén Carvajal Riveira (2008), Luis Fabián Fernández Maestre (2009-2011), Fredys Socarras Reales (2012-2015) y Augusto D. Ramírez Uhía (2016-2019), los dos últimos con investigaciones pendientes. Pero si por allá llueve, por los lados del departamento no escampa.  De la lista de nombres de los gobernadores del Cesar que han sido sancionados se encuentran: Lucas Segundo Gnecco (1992-1995 y 1998-2000) Rafael Bolaños Guerrero (2001-2003), Hernando Molina Araujo (2005-2007), Cristian Moreno Panezo (2008-2011) y su sucesor Luis Alberto Monsalvo Gnecco, condenado en primera instancia, y a la espera de lo que se decida en la segunda.

La lección que nos deja todo esto, es que si el ejercicio del poder representa un riesgo para quien lo ejerce, el riesgo se maximiza cuando el aspirante al cargo de elección popular tiene una investigación pendiente, como en el caso de Monsalvo Gnecco, que a pesar de esta situación no tuvo problemas en obtener el aval de la U, y eso le permitió inscribir su candidatura a la Gobernación. Ahora que se encuentra separado del cargo, dejando al departamento en el peor de los escenarios, cómo si con el coronavirus no tuviéramos suficiente.

Por estos días, tomó posesión como gobernador encargado Wilson Solano, a quien solicitamos se maneje con pulcritud y honradez, para beneficio de todos, no sea que por hacer favores termine investigado y sancionado por los entes de control, como le ocurrió a Rodrigo Canosa Guerrero, en su funesto paso por la Gobernación.

Para las elecciones venideras se hace necesario un ejercicio de discernimiento, debemos estudiar con detenimiento las hojas de vida, y las propuestas de cada candidato, pero especialmente si tiene investigaciones pendientes, a fin de evitar tener que cambiar de caballo a mitad de río. Por ahora el gobernador encargado, no tendrá mucho margen de acción, pues todo se centra, en mitigar los efectos de la pandemia.

Nota de cierre: Por fin las Iglesias pudieron recibir nuevamente a sus feligreses cumpliendo con todos los protocolos de bioseguridad. Asimismo, se dio la reapertura de los moteles, también con estricto cumplimiento de los protocolos de bioseguridad. El mensaje de nuestro burgomaestre es muy claro, pues le prende una vela a Dios y otra al diablo.  [email protected]