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Editorial - 30 noviembre, 2010

Del Ranchería a Los Besotes

“Querer es poder”, como dice el viejo adagio,  es la frase que se nos viene a la memoria a la hora de comentar la buena y trascendental noticia de la inauguración de la primera parte del Proyecto Ranchería, en la Guajira, triunfo que nos alegra y consideramos como propio. La entrega de la presa “El […]

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“Querer es poder”, como dice el viejo adagio,  es la frase que se nos viene a la memoria a la hora de comentar la buena y trascendental noticia de la inauguración de la primera parte del Proyecto Ranchería, en la Guajira, triunfo que nos alegra y consideramos como propio.
La entrega de la presa “El Cercado”, construida entre los municipios de Distracción y San Juan del Cesar, con una capacidad de almacenamiento de 198 millones de metros cúbicos de agua, que servirá de reserva para abastecer los acueductos de varias poblaciones de la península: Albania, Barrancas, Distracción, Fonseca, Maicao, Manaure, San Juan, y Uribia, entre otras;  y además para regar, aproximadamente, veinte mil hectáreas de tierra, son una gran noticia y este proyecto se convertirá en un importante polo de desarrollo agrícola para este departamento.
Los actos protocolarios de la inauguración fueron presididos por el Ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo Salazar, el nuevo Director General del Incoder, Juan Manuel Ospina, y el Gobernador de la Guajira, Jorge Pérez Bernier, entre otras autoridades del orden nacional y regional, y un grupo de empresarios, personalidades y periodistas de las región. Un gran ausente, en estos actos, el cesarense, Rodolfo Campo Soto, quien durante su gestión le dio  un apoyo e impulso decidido al proyecto Ranchería, y así lo reconoció el propio Ministro Restrepo Salazar.

Esta gran obra, sin lugar a dudas, será fundamental para el desarrollo económico y social del departamento de la Guajira y representa el logro de un viejo anhelo de varias generaciones. Con una inversión, hasta el momento, estimada en seiscientos mil millones de pesos, se demuestra que si es posible invertir bien las regalías del Carbón, de donde surgieron parte de los recursos regionales de la obra que en estos momentos entra en funcionamiento.
Y así lo reconoció el propio Ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo Salazar, quien le dio la buena noticia a los guajiros que el gobierno del Presidente Santos ya viene haciendo las gestiones para garantizar unos cuatrocientos cincuenta mil millones de pesos, que se estima cuesta la segunda fase de este importante proyecto. Otra buena noticia.
La dirigencia de la Guajira, con este importante y trascendental proyecto le está dando una buena lección al Cesar, a la Región Caribe, y al país, en general. Demostró que a pesar de los prejuicios sobre politiquería y corrupción, que afecta a toda la clase dirigente del país, es posible lograr cosas importantes y valiosas y con visión de futuro y progreso para todo un departamento. Ranchería  garantiza un abastecimiento adecuado a varios importantes municipios y también el riego para un área importante, donde ahora se podrán montar importantes proyectos productivos, dirigidos a la exportación como lo ha sugerido el Ministro Restrepo Salazar.
La concreción del Ranchería, algo de lo que escuchábamos hablar a nuestros abuelos, nos debe servir de ejemplo a los Cesarenses, y en particular a los vallenatos, sobre el proyecto de Los Besotes.
Nuestra dirigencia política, empresarial y cívica, tiene que insistir, en esta coyuntura de cambio de gobierno, sobre la urgencia de este importante proyecto, para garantizar el agua a Valledupar y a otros municipios de la zona norte del Cesar. Además, Los Besotes también irrigaría entre diez mil y trece mil hectáreas y costaría, según las cifras que hoy tenemos, a mano alzada como se dice popularmente, el equivalente a la mitad del proyecto Ranchería.
Nos alegra y complace la entrada en operación de este importante proyecto, lo sentimos como propio, sin duda, pero nos produce envidia de la buena y en él debemos vernos reflejados para reconocer que cuando se quiere se puede; y por eso vamos a insistir, hasta el cansancio, en la necesidad de luchar por Los Besotes.

Editorial
30 noviembre, 2010

Del Ranchería a Los Besotes

“Querer es poder”, como dice el viejo adagio,  es la frase que se nos viene a la memoria a la hora de comentar la buena y trascendental noticia de la inauguración de la primera parte del Proyecto Ranchería, en la Guajira, triunfo que nos alegra y consideramos como propio. La entrega de la presa “El […]


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“Querer es poder”, como dice el viejo adagio,  es la frase que se nos viene a la memoria a la hora de comentar la buena y trascendental noticia de la inauguración de la primera parte del Proyecto Ranchería, en la Guajira, triunfo que nos alegra y consideramos como propio.
La entrega de la presa “El Cercado”, construida entre los municipios de Distracción y San Juan del Cesar, con una capacidad de almacenamiento de 198 millones de metros cúbicos de agua, que servirá de reserva para abastecer los acueductos de varias poblaciones de la península: Albania, Barrancas, Distracción, Fonseca, Maicao, Manaure, San Juan, y Uribia, entre otras;  y además para regar, aproximadamente, veinte mil hectáreas de tierra, son una gran noticia y este proyecto se convertirá en un importante polo de desarrollo agrícola para este departamento.
Los actos protocolarios de la inauguración fueron presididos por el Ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo Salazar, el nuevo Director General del Incoder, Juan Manuel Ospina, y el Gobernador de la Guajira, Jorge Pérez Bernier, entre otras autoridades del orden nacional y regional, y un grupo de empresarios, personalidades y periodistas de las región. Un gran ausente, en estos actos, el cesarense, Rodolfo Campo Soto, quien durante su gestión le dio  un apoyo e impulso decidido al proyecto Ranchería, y así lo reconoció el propio Ministro Restrepo Salazar.

Esta gran obra, sin lugar a dudas, será fundamental para el desarrollo económico y social del departamento de la Guajira y representa el logro de un viejo anhelo de varias generaciones. Con una inversión, hasta el momento, estimada en seiscientos mil millones de pesos, se demuestra que si es posible invertir bien las regalías del Carbón, de donde surgieron parte de los recursos regionales de la obra que en estos momentos entra en funcionamiento.
Y así lo reconoció el propio Ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo Salazar, quien le dio la buena noticia a los guajiros que el gobierno del Presidente Santos ya viene haciendo las gestiones para garantizar unos cuatrocientos cincuenta mil millones de pesos, que se estima cuesta la segunda fase de este importante proyecto. Otra buena noticia.
La dirigencia de la Guajira, con este importante y trascendental proyecto le está dando una buena lección al Cesar, a la Región Caribe, y al país, en general. Demostró que a pesar de los prejuicios sobre politiquería y corrupción, que afecta a toda la clase dirigente del país, es posible lograr cosas importantes y valiosas y con visión de futuro y progreso para todo un departamento. Ranchería  garantiza un abastecimiento adecuado a varios importantes municipios y también el riego para un área importante, donde ahora se podrán montar importantes proyectos productivos, dirigidos a la exportación como lo ha sugerido el Ministro Restrepo Salazar.
La concreción del Ranchería, algo de lo que escuchábamos hablar a nuestros abuelos, nos debe servir de ejemplo a los Cesarenses, y en particular a los vallenatos, sobre el proyecto de Los Besotes.
Nuestra dirigencia política, empresarial y cívica, tiene que insistir, en esta coyuntura de cambio de gobierno, sobre la urgencia de este importante proyecto, para garantizar el agua a Valledupar y a otros municipios de la zona norte del Cesar. Además, Los Besotes también irrigaría entre diez mil y trece mil hectáreas y costaría, según las cifras que hoy tenemos, a mano alzada como se dice popularmente, el equivalente a la mitad del proyecto Ranchería.
Nos alegra y complace la entrada en operación de este importante proyecto, lo sentimos como propio, sin duda, pero nos produce envidia de la buena y en él debemos vernos reflejados para reconocer que cuando se quiere se puede; y por eso vamos a insistir, hasta el cansancio, en la necesidad de luchar por Los Besotes.