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General - 16 julio, 2020

La importancia de detectar el trastorno por déficit de atención

El trastorno por déficit de atención afecta las actividades diarias en el niño ocasionando dificultad en la atención y actividades. Este trastorno es muy frecuente por lo que es importante brindar información y así identificarlo a tiempo.

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El déficit de atención e hiperactividad, TDAH, es un trastorno del comportamiento frecuente en niños que afecta sus actividades escolares y les dificulta mantener la atención. Está compuesto por tres síntomas principales: déficit de atención, hiperactividad y nivel aumentado de impulsividad que genera agresividad y problemas en la conducta.

Afecta a adultos y a niños, estos últimos con una probabilidad del 3 %; tiene mayor predilección en el sexo masculino y en la mayoría de los casos se hace notorio en los primeros años de vida escolar. Cabe señalar que existen factores que favorecen la aparición de este trastorno como factores hereditarios, ambientales y sociales. Incluso a la edad de 3 años ya se puede notar bajo rendimiento escolar y a los 5 años los síntomas se hacen más notorios

Este trastorno es frecuente en la práctica de psiquiatría infantil y neuropediatría afectando con mayor frecuencia las edades comprendidas entre 6 y 7 años. Los niños que presentan el TDAH continúan con este déficit hasta la vida adulta.

El trastorno por déficit de atención es definido por el DSM-IV como alteración del desarrollo de inicio en la infancia.

Existen diversos factores que predisponen a desarrollar TDAH, el principal es el hereditario, con una frecuencia del 80%; factores biológicos prenatales como consumo de alcohol, nicotina, administración de benzodiazepinas y anticonvulsivantes, trastornos tiroideos, preeclampsia, desnutrición, factores biológicos perinatales relacionados con hipoxia fetal, bajo peso, prematurez, hipoglucemia y sufrimiento fetal;  factores neurofisiológicos donde la dopamina y noradrenalina presentan alteración y factores psicosociales o dificultad socioeconómica.

El TDAH está asociado a alteraciones de la conducta, alteraciones emocionales y dificultad para adaptarse. El diagnostico diferencial se hace con patologías que comprometen el neurodesarrollo (ansiedad, retraso mental y trastorno del estado de ánimo), otras tales como abuso infantil, estrés, trastornos del sueño y disfunción tiroidea.

El pronóstico depende de la intensidad de los síntomas y es importante el compromiso de un equipo multidisciplinario (pediatra, psiquiatra infantil, neurología infantil, psicólogo y docente) y el tratamiento farmacológico consistente en psicoestimulantes, neurolépticos, antidepresivos y ansiolíticos.

En conclusión, el trastorno por déficit de atención e hiperactividad debe diagnosticarse oportunamente y tratarse de manera adecuada para evitar trastornos graves e irreversibles para la salud mental de niños y adolescentes.

Por Maria Nurys Acevedo Cerchiaro

General
16 julio, 2020

La importancia de detectar el trastorno por déficit de atención

El trastorno por déficit de atención afecta las actividades diarias en el niño ocasionando dificultad en la atención y actividades. Este trastorno es muy frecuente por lo que es importante brindar información y así identificarlo a tiempo.


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El déficit de atención e hiperactividad, TDAH, es un trastorno del comportamiento frecuente en niños que afecta sus actividades escolares y les dificulta mantener la atención. Está compuesto por tres síntomas principales: déficit de atención, hiperactividad y nivel aumentado de impulsividad que genera agresividad y problemas en la conducta.

Afecta a adultos y a niños, estos últimos con una probabilidad del 3 %; tiene mayor predilección en el sexo masculino y en la mayoría de los casos se hace notorio en los primeros años de vida escolar. Cabe señalar que existen factores que favorecen la aparición de este trastorno como factores hereditarios, ambientales y sociales. Incluso a la edad de 3 años ya se puede notar bajo rendimiento escolar y a los 5 años los síntomas se hacen más notorios

Este trastorno es frecuente en la práctica de psiquiatría infantil y neuropediatría afectando con mayor frecuencia las edades comprendidas entre 6 y 7 años. Los niños que presentan el TDAH continúan con este déficit hasta la vida adulta.

El trastorno por déficit de atención es definido por el DSM-IV como alteración del desarrollo de inicio en la infancia.

Existen diversos factores que predisponen a desarrollar TDAH, el principal es el hereditario, con una frecuencia del 80%; factores biológicos prenatales como consumo de alcohol, nicotina, administración de benzodiazepinas y anticonvulsivantes, trastornos tiroideos, preeclampsia, desnutrición, factores biológicos perinatales relacionados con hipoxia fetal, bajo peso, prematurez, hipoglucemia y sufrimiento fetal;  factores neurofisiológicos donde la dopamina y noradrenalina presentan alteración y factores psicosociales o dificultad socioeconómica.

El TDAH está asociado a alteraciones de la conducta, alteraciones emocionales y dificultad para adaptarse. El diagnostico diferencial se hace con patologías que comprometen el neurodesarrollo (ansiedad, retraso mental y trastorno del estado de ánimo), otras tales como abuso infantil, estrés, trastornos del sueño y disfunción tiroidea.

El pronóstico depende de la intensidad de los síntomas y es importante el compromiso de un equipo multidisciplinario (pediatra, psiquiatra infantil, neurología infantil, psicólogo y docente) y el tratamiento farmacológico consistente en psicoestimulantes, neurolépticos, antidepresivos y ansiolíticos.

En conclusión, el trastorno por déficit de atención e hiperactividad debe diagnosticarse oportunamente y tratarse de manera adecuada para evitar trastornos graves e irreversibles para la salud mental de niños y adolescentes.

Por Maria Nurys Acevedo Cerchiaro