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Columnista - 30 mayo, 2020

Inteligentes en el aislamiento

El informe Covid-19 Risks Outlook, recientemente presentado por el Foro Económico Mundial, destaca que  estamos en medio de un evento histórico que cambiará muchos aspectos de nuestro mundo. Habrá grandes impactos en la economía global, la geopolítica y nuestras sociedades.  Los impactos sociales a largo plazo, como la exacerbación de la desigualdad y los cambios en los comportamientos […]

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El informe Covid-19 Risks Outlook, recientemente presentado por el Foro Económico Mundial, destaca que  estamos en medio de un evento histórico que cambiará muchos aspectos de nuestro mundo. Habrá grandes impactos en la economía global, la geopolítica y nuestras sociedades.  Los impactos sociales a largo plazo, como la exacerbación de la desigualdad y los cambios en los comportamientos de los consumidores, la naturaleza del trabajo y el papel de la tecnología, tanto en el trabajo como en el hogar, cambiarán nuestra forma de vida para siempre, para nosotros como individuos.

Estas dimensiones sociales de la crisis, incluida las fricciones generacionales y el estrés continuo sobre el bienestar de las personas, las sentirán las personas en todo el mundo y crearán consecuencias sociales sustanciales a largo plazo. Está claro que estos impactos y riesgos globales son altamente interdependientes y están cambiando el panorama actual y futuro del riesgo global.

Esta nueva realidad insertó en el vocabulario colombiano el juego de palabras compuesto por aislamiento preventivo, obligatorio, colaborativo e inteligente, como estrategias que permita retomar la productividad, pero sin vida social.

Revisando los esfuerzos económicos hechos por el gobierno del presidente Iván Duque, considero primigenio destacar el tacto y las decisiones para enfrentar la situación de salud pública y el impacto directo a la economía. Las determinaciones para atender la emergencia le ha dado sello al Gobierno nacional, ratificada a través de la comunicación diaria de las acciones para atajar la curva rápida de contagios, mientras es preparado el sistema de salud, advirtiendo eventuales casos críticos.

En materia económica la inyección es equivalente al 10 % del PIB. Según datos del Viceministerio de Hacienda, $7.2 billones fueron girados para el sector salud y la red de unidades de cuidados intensivos e intermedios, capacidad diagnostica, elementos de bioseguridad y paquetes de atención en salud. Para la protección a los más vulnerables $4.5 billones, girados a Colombia Mayor, Jóvenes y Familias en Acción, implementación de la devolución del IVA, el Ingreso Solidario y financiamiento de servicios públicos. Frente al empleo se han destinado $10.4 billones, para el pago de nómina y trabajadores independientes, pago parcial de los aportes al Sistema General de Pensionados por dos meses y la creación del Programa de Apoyo al Empleo Formal (PAEF), para subsidiar la nómina con el 40 % del SMMLV.

En Colombia todo parece insuficiente; en efecto, así es, aunado el enfrentamiento político es sobresaliente y, las decisiones están bajo sospecha y la desconfianza, debido al fenómeno sofisticado de la corrupción. No obstante, considero desproporcionado desconocer el esfuerzo realizado por el Gobierno. 

Son muchas las hipótesis en el presente y para el futuro que explican el comportamiento social y económico de la humanidad en consecuencia de la pandemia. Razón por la cual reinventarse es la invitación extensiva para todos, con el imperativo de adoptar hábitos nuevos, explorando necesidades de repensar las situaciones en medio de una profunda contracción económica y en la nube de la exploración hacia la rápida migración a las tecnologías digitales impulsadas por la pandemia.

Hasta tanto no haya antídoto para el virus, como ciudadanos nos asiste asumir decisiones inteligentes, lavarnos las manos con frecuencia, cumplir el distanciamiento social y usar tapaboca. En Colombia el aislamiento inteligente debe sortear la conducta que responsabiliza al Gobierno, pero que no implementa el autocontrol, para comprender el significado de aislamiento inteligente y la cifra de crecimiento del 1.1 % en el primer trimestre de la vigencia y del 47,6 % de los trabajadores colombianos laborando en condiciones informales durante 2019.

Columnista
30 mayo, 2020

Inteligentes en el aislamiento

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Luis Elquis Diaz

El informe Covid-19 Risks Outlook, recientemente presentado por el Foro Económico Mundial, destaca que  estamos en medio de un evento histórico que cambiará muchos aspectos de nuestro mundo. Habrá grandes impactos en la economía global, la geopolítica y nuestras sociedades.  Los impactos sociales a largo plazo, como la exacerbación de la desigualdad y los cambios en los comportamientos […]


El informe Covid-19 Risks Outlook, recientemente presentado por el Foro Económico Mundial, destaca que  estamos en medio de un evento histórico que cambiará muchos aspectos de nuestro mundo. Habrá grandes impactos en la economía global, la geopolítica y nuestras sociedades.  Los impactos sociales a largo plazo, como la exacerbación de la desigualdad y los cambios en los comportamientos de los consumidores, la naturaleza del trabajo y el papel de la tecnología, tanto en el trabajo como en el hogar, cambiarán nuestra forma de vida para siempre, para nosotros como individuos.

Estas dimensiones sociales de la crisis, incluida las fricciones generacionales y el estrés continuo sobre el bienestar de las personas, las sentirán las personas en todo el mundo y crearán consecuencias sociales sustanciales a largo plazo. Está claro que estos impactos y riesgos globales son altamente interdependientes y están cambiando el panorama actual y futuro del riesgo global.

Esta nueva realidad insertó en el vocabulario colombiano el juego de palabras compuesto por aislamiento preventivo, obligatorio, colaborativo e inteligente, como estrategias que permita retomar la productividad, pero sin vida social.

Revisando los esfuerzos económicos hechos por el gobierno del presidente Iván Duque, considero primigenio destacar el tacto y las decisiones para enfrentar la situación de salud pública y el impacto directo a la economía. Las determinaciones para atender la emergencia le ha dado sello al Gobierno nacional, ratificada a través de la comunicación diaria de las acciones para atajar la curva rápida de contagios, mientras es preparado el sistema de salud, advirtiendo eventuales casos críticos.

En materia económica la inyección es equivalente al 10 % del PIB. Según datos del Viceministerio de Hacienda, $7.2 billones fueron girados para el sector salud y la red de unidades de cuidados intensivos e intermedios, capacidad diagnostica, elementos de bioseguridad y paquetes de atención en salud. Para la protección a los más vulnerables $4.5 billones, girados a Colombia Mayor, Jóvenes y Familias en Acción, implementación de la devolución del IVA, el Ingreso Solidario y financiamiento de servicios públicos. Frente al empleo se han destinado $10.4 billones, para el pago de nómina y trabajadores independientes, pago parcial de los aportes al Sistema General de Pensionados por dos meses y la creación del Programa de Apoyo al Empleo Formal (PAEF), para subsidiar la nómina con el 40 % del SMMLV.

En Colombia todo parece insuficiente; en efecto, así es, aunado el enfrentamiento político es sobresaliente y, las decisiones están bajo sospecha y la desconfianza, debido al fenómeno sofisticado de la corrupción. No obstante, considero desproporcionado desconocer el esfuerzo realizado por el Gobierno. 

Son muchas las hipótesis en el presente y para el futuro que explican el comportamiento social y económico de la humanidad en consecuencia de la pandemia. Razón por la cual reinventarse es la invitación extensiva para todos, con el imperativo de adoptar hábitos nuevos, explorando necesidades de repensar las situaciones en medio de una profunda contracción económica y en la nube de la exploración hacia la rápida migración a las tecnologías digitales impulsadas por la pandemia.

Hasta tanto no haya antídoto para el virus, como ciudadanos nos asiste asumir decisiones inteligentes, lavarnos las manos con frecuencia, cumplir el distanciamiento social y usar tapaboca. En Colombia el aislamiento inteligente debe sortear la conducta que responsabiliza al Gobierno, pero que no implementa el autocontrol, para comprender el significado de aislamiento inteligente y la cifra de crecimiento del 1.1 % en el primer trimestre de la vigencia y del 47,6 % de los trabajadores colombianos laborando en condiciones informales durante 2019.