La tan esperada semana final de abril representa todos los años para la región del valle del cacique Upar, un sinnúmero de remembranzas que aducen a leyendas e historias inmortalizadas en los auténticos cantos tradicionales producto de la mezcla trietnica de esta zona norte del país. Del 26 al 30 de abril se acostumbra a […]
La tan esperada semana final de abril representa todos los años para la región del valle del cacique Upar, un sinnúmero de remembranzas que aducen a leyendas e historias inmortalizadas en los auténticos cantos tradicionales producto de la mezcla trietnica de esta zona norte del país.
Del 26 al 30 de abril se acostumbra a celebrar la fiesta que nació hace 53 años cuando un grupo selecto de inquietos vallenatos decidieron inmortalizar la magia del arte de hacer canciones con vivencias del amor amor, y desafiar a través de versos la imaginación.
Observando las cifras económicas de los últimos certámenes recuerdo que en una entrevista que algún día le hicieron a la cacica Consuelo Araujo (q.e.p.d.) donde menciona la necesidad de escribir y documentar el folclor como una forma de perdurar y fortalecer nuestra cultura. Es precisamente el resultado de todo el esfuerzo y dedicación de enriquecer y proyectar la música vallenata lo que permitió también convertir estas fiestas en oportunidades de crecimiento económico a nuestra ciudad. A Valledupar se espera que en cada fiesta arriben alrededor de 145.000 personas promedio con un porcentaje de inversión en gastos individuales de alrededor de 1.450.0000 pesos (cifra fiesta 2018 fuente cámara de comercio Valledupar), así mismo se espera que el comercio local incremente sus ventas en un 75%, en consumo de bebidas, comidas, transportes y hospedajes paulatinamente .
Sin embargo la última fiesta de nuestro folclor obtuvo un descenso en los consumos y por ende utilidades, aunque el ingresos de turistas a la ciudad haya incrementado en 2019 frente a las cifras de 2018, hubo factores determinantes para que el consumo de las personas en los servicios disminuyera; tales como la cercanía de la celebración de la Semana Santa, la nula presentación de artistas internacionales debido a que según medios de comunicación hubo cambios de última hora en la administración de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata, este último factor ha sido determinante según fuente directa de turistas para la decisión de venir y gastar en el Festival.
Parece una labor sencilla pero no lo es, el factor de seguridad es determinante para los turistas elegir sus destinos, Valledupar ha logrado mantener una percepción de seguridad favorable según encuestas de los mismos turistas en pleno festival.
La información que a través de los medios tecnológicos y fuentes oficiales tienen las instituciones permiten la planeación y mejora continua en desarrollo de los programas o eventos masivos cómo está importante fiesta, que además de apostarle a la economía local contribuye a la pervivencia de nuestro folclor e identidad cultural de la región del valle de Upar. Es también pertinente mencionar que este año, no se realizará de forma habitual, no habrá concursos, no habrá turistas a quienes enseñar los más emblemáticos espacios inmortalizados por nuestros juglares, ni mucho menos desfile tradicional de piloneras. Pero lo que tampoco habrá será una oportunidad de reinventarnos frente a la adversidad e imposibilidad de pensarnos y proyectarnos de una manera distinta a la habitual, el Festival Vallenato sin mencionar instituciones fue incapaz de mostrarnos a los cesarenses y colombianos que pudo reinventarse frente a la emergencia que vive la humanidad tras la pandemia de covid-19, la organización social o cultural plantea también ser una plataforma para mejorar las condiciones de vida de sus integrantes, hoy muchas personas dedicadas a la industria del entretenimiento esperan un poco más de los colectivos a los cuales pertenecen y de las instituciones a cargo de fortalecer las diferentes expresiones en torno a una región.
La tan esperada semana final de abril representa todos los años para la región del valle del cacique Upar, un sinnúmero de remembranzas que aducen a leyendas e historias inmortalizadas en los auténticos cantos tradicionales producto de la mezcla trietnica de esta zona norte del país. Del 26 al 30 de abril se acostumbra a […]
La tan esperada semana final de abril representa todos los años para la región del valle del cacique Upar, un sinnúmero de remembranzas que aducen a leyendas e historias inmortalizadas en los auténticos cantos tradicionales producto de la mezcla trietnica de esta zona norte del país.
Del 26 al 30 de abril se acostumbra a celebrar la fiesta que nació hace 53 años cuando un grupo selecto de inquietos vallenatos decidieron inmortalizar la magia del arte de hacer canciones con vivencias del amor amor, y desafiar a través de versos la imaginación.
Observando las cifras económicas de los últimos certámenes recuerdo que en una entrevista que algún día le hicieron a la cacica Consuelo Araujo (q.e.p.d.) donde menciona la necesidad de escribir y documentar el folclor como una forma de perdurar y fortalecer nuestra cultura. Es precisamente el resultado de todo el esfuerzo y dedicación de enriquecer y proyectar la música vallenata lo que permitió también convertir estas fiestas en oportunidades de crecimiento económico a nuestra ciudad. A Valledupar se espera que en cada fiesta arriben alrededor de 145.000 personas promedio con un porcentaje de inversión en gastos individuales de alrededor de 1.450.0000 pesos (cifra fiesta 2018 fuente cámara de comercio Valledupar), así mismo se espera que el comercio local incremente sus ventas en un 75%, en consumo de bebidas, comidas, transportes y hospedajes paulatinamente .
Sin embargo la última fiesta de nuestro folclor obtuvo un descenso en los consumos y por ende utilidades, aunque el ingresos de turistas a la ciudad haya incrementado en 2019 frente a las cifras de 2018, hubo factores determinantes para que el consumo de las personas en los servicios disminuyera; tales como la cercanía de la celebración de la Semana Santa, la nula presentación de artistas internacionales debido a que según medios de comunicación hubo cambios de última hora en la administración de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata, este último factor ha sido determinante según fuente directa de turistas para la decisión de venir y gastar en el Festival.
Parece una labor sencilla pero no lo es, el factor de seguridad es determinante para los turistas elegir sus destinos, Valledupar ha logrado mantener una percepción de seguridad favorable según encuestas de los mismos turistas en pleno festival.
La información que a través de los medios tecnológicos y fuentes oficiales tienen las instituciones permiten la planeación y mejora continua en desarrollo de los programas o eventos masivos cómo está importante fiesta, que además de apostarle a la economía local contribuye a la pervivencia de nuestro folclor e identidad cultural de la región del valle de Upar. Es también pertinente mencionar que este año, no se realizará de forma habitual, no habrá concursos, no habrá turistas a quienes enseñar los más emblemáticos espacios inmortalizados por nuestros juglares, ni mucho menos desfile tradicional de piloneras. Pero lo que tampoco habrá será una oportunidad de reinventarnos frente a la adversidad e imposibilidad de pensarnos y proyectarnos de una manera distinta a la habitual, el Festival Vallenato sin mencionar instituciones fue incapaz de mostrarnos a los cesarenses y colombianos que pudo reinventarse frente a la emergencia que vive la humanidad tras la pandemia de covid-19, la organización social o cultural plantea también ser una plataforma para mejorar las condiciones de vida de sus integrantes, hoy muchas personas dedicadas a la industria del entretenimiento esperan un poco más de los colectivos a los cuales pertenecen y de las instituciones a cargo de fortalecer las diferentes expresiones en torno a una región.