“Ni el bien ni el mal son duraderos y siendo que el mal ha durado tanto el bien debe de estar cerca” El Quijote Después de un largo y tortuoso proceso, finalmente se cerró el día de hoy la subasta mediante la cual la Superintendencia de Servicios Públicos, después de haber intervenido y […]
“Ni el bien ni el mal son duraderos y siendo que el
mal ha durado tanto el bien debe de estar cerca”
El Quijote
Después de un largo y tortuoso proceso, finalmente se cerró el día de hoy la subasta mediante la cual la Superintendencia de Servicios Públicos, después de haber intervenido y tomado posesión de Electricaribe con fines de liquidación, le buscaba reemplazo para operar el mercado del Caribe colombiano. Después de dos aplazamientos y ajustes al Reglamento de presentación de ofertas vinculantes, a falta de propuestas para asumir todo el mercado, las dos únicas empresas que pujaron hasta el final, EPM de Medellín y el Consorcio Energía de la Costa, asumirán el control de Caribe Mar y Caribe Sol, respectivamente.
Esta es una buena noticia para el Caribe y para el país, toda vez que lo que está en juego no es asunto de poca monta, de lo que se trata es de relevar a ELECTRICARIBE en la operación de red que sirve a 2.7 millones de usuarios, el 23% del mercado eléctrico del país, a riesgo de que si ello no salía bien se expondría al país todo a un riesgo sistémico de la prestación del servicio de electricidad.
Hay que reconocer que tanto el Gobierno Nacional como el Congreso de la República han hecho ingentes esfuerzos para hacer posible y viable una operación de red regional que permita que los nuevos operadores presten el servicio como lo manda la Ley eléctrica, con calidad, continuidad y eficiencia. El compromiso que asumirán estas dos empresas no es menor: dejar atrás la pesadilla en que se convirtió Electricaribe para sus agobiados usuarios y recobrar la confianza pérdida a causa de los continuos cortes, interrupciones y oscilaciones de voltaje.
Se dispuso por parte de la CREG, a través de la Resolución 010 del 30 de enero de un régimen transitorio especial en materia tarifaria, se les entrega la operación sin el lastre de las deudas y los pasivos que venía arrastrando ELECTRICARIBE, pues la Nación terminó asumiéndolos. A través de la intervención por parte de la Superintendencia se logró estabilizar la prestación del servicio. Pero, la mejoría sólo se verá cuando los dos nuevos operadores adelanten las inversiones a las que se comprometieron al hacer su apuesta por estos dos mercados: $5 billones por parte de EPM y $3.7 billones por parte del Consorcio de la Costa.
Sólo resta que las empresas que ahora asumirán el control y la operación de estos dos mercados en los que se segmentó el mercado controlado y operado por ELECTRICARIBE estén a la altura del reto, en momentos en los que la región Caribe demanda una mayor confiabilidad y firmeza en la prestación del servicio de energía. Ello es tanto más necesario dada la creciente demanda de energía en la misma medida en la que más y más empresas se están relocalizando en su territorio.
“Ni el bien ni el mal son duraderos y siendo que el mal ha durado tanto el bien debe de estar cerca” El Quijote Después de un largo y tortuoso proceso, finalmente se cerró el día de hoy la subasta mediante la cual la Superintendencia de Servicios Públicos, después de haber intervenido y […]
“Ni el bien ni el mal son duraderos y siendo que el
mal ha durado tanto el bien debe de estar cerca”
El Quijote
Después de un largo y tortuoso proceso, finalmente se cerró el día de hoy la subasta mediante la cual la Superintendencia de Servicios Públicos, después de haber intervenido y tomado posesión de Electricaribe con fines de liquidación, le buscaba reemplazo para operar el mercado del Caribe colombiano. Después de dos aplazamientos y ajustes al Reglamento de presentación de ofertas vinculantes, a falta de propuestas para asumir todo el mercado, las dos únicas empresas que pujaron hasta el final, EPM de Medellín y el Consorcio Energía de la Costa, asumirán el control de Caribe Mar y Caribe Sol, respectivamente.
Esta es una buena noticia para el Caribe y para el país, toda vez que lo que está en juego no es asunto de poca monta, de lo que se trata es de relevar a ELECTRICARIBE en la operación de red que sirve a 2.7 millones de usuarios, el 23% del mercado eléctrico del país, a riesgo de que si ello no salía bien se expondría al país todo a un riesgo sistémico de la prestación del servicio de electricidad.
Hay que reconocer que tanto el Gobierno Nacional como el Congreso de la República han hecho ingentes esfuerzos para hacer posible y viable una operación de red regional que permita que los nuevos operadores presten el servicio como lo manda la Ley eléctrica, con calidad, continuidad y eficiencia. El compromiso que asumirán estas dos empresas no es menor: dejar atrás la pesadilla en que se convirtió Electricaribe para sus agobiados usuarios y recobrar la confianza pérdida a causa de los continuos cortes, interrupciones y oscilaciones de voltaje.
Se dispuso por parte de la CREG, a través de la Resolución 010 del 30 de enero de un régimen transitorio especial en materia tarifaria, se les entrega la operación sin el lastre de las deudas y los pasivos que venía arrastrando ELECTRICARIBE, pues la Nación terminó asumiéndolos. A través de la intervención por parte de la Superintendencia se logró estabilizar la prestación del servicio. Pero, la mejoría sólo se verá cuando los dos nuevos operadores adelanten las inversiones a las que se comprometieron al hacer su apuesta por estos dos mercados: $5 billones por parte de EPM y $3.7 billones por parte del Consorcio de la Costa.
Sólo resta que las empresas que ahora asumirán el control y la operación de estos dos mercados en los que se segmentó el mercado controlado y operado por ELECTRICARIBE estén a la altura del reto, en momentos en los que la región Caribe demanda una mayor confiabilidad y firmeza en la prestación del servicio de energía. Ello es tanto más necesario dada la creciente demanda de energía en la misma medida en la que más y más empresas se están relocalizando en su territorio.