Desde el 2015 ha habido 365 intercambios de los cuales en 151 experiencias ha sido receptora Valledupar. A la fecha hay 14 extranjeros, la mayoría brasileños.
AIESEC significa Asociación Internacional de Estudiantes de Ciencias Económicas y Comerciales formada desde 1948 por un grupo de jóvenes que comprendían entre 18 a 30 años. Hoy día la ONG está ubicada en más de 120 países del mundo y Valledupar no se quedó atrás, hace 10 años está conformada por un equipo de unos 10 jóvenes líderes.
Aguedo Alfonzo Martínez, de la junta ejecutiva de AIESEC Valledupar, especificó que el objetivo como tal de la organización es generar liderazgo joven a través de diversas opciones a la cuales denominan ‘productos’ y en esa categoría se encuentran los intercambios internacionales. Los jóvenes en AIESEC pueden desarrollar su potencial de dos formas: siendo miembro directo o participando en los servicios internacionales o nacionales.
“Existen también productos para practicantes y los ya graduados. Los productos pueden durar hasta 42 semanas”, explicó Martínez. Hacer un voluntariado es una experiencia que a juicio de los miembros de AIESEC permite el enriquecimiento no solo personal sino profesional y también ser un agente de cambio, “que exista un intercambio multicultural que permita cambiar la perspectiva de quien lo hace”.
Hacer un voluntariado requiere de la aprobación de los miembros a través de un proceso de selección, luego una entrevista y al final el equipo decide si la persona está adecuada para la experiencia. Dentro de las opciones hay temas relacionados a lo ecológico, marketing con empresas, sector educativo en universidades, equidad de género, y los Objetivos de Desarrollo Sustentable que promueve la ONU en su agenda 2030.
Valledupar recibió en el 2019 unas 70 personas jóvenes que vinieron de diversos países a hacer un voluntariado, Perú, Holanda, Brasil, Guatemala, México y Argentina. En lo que va del 2020 han llegado a la ciudad 12 jóvenes estudiantes entre 18 a 25 años de los cuales ocho son de Brasil, y los cuatro restantes divididos en un representante de Argentina, Perú, Bolivia y Guatemala.
Del 2015 al 2019 ha habido 365 intercambios de los cuales se registró una entrada a Valledupar de 151 estudiantes y profesionales. Y 214 salieron de Valledupar a diversos destinos como México, Brasil, Guatemala. La organización explicó que cuando un vallenato sale a hacer un voluntario deja la curiosidad por conocer la ciudad y aprender del vallenato.
Empresas de turismo como Paseo Vallenato Tour, a través de su gerente María Elisa Ayala ha brindado la oportunidad de ser un agente receptor de jóvenes provenientes de AIESEC. “Las diversas culturas han enriquecido mi empresa, yo he tenido en un mismo periodo de tres meses a cuatro chicos de distintos países, una vez vinieron dos Guatemala, uno de México y otra de Venezuela, todos compartieron su cultura y yo les enseñé cómo vender el vallenato”.
En conversación con EL PILÓN dos jóvenes visitaron el rotativo donde explicaron su rol en un voluntariado. Gabrielle Gardém es una joven de 20 años de edad, estudiante de Ingeniería en Cartografía y proviene de Brasil, hace tres semanas llegó a la ciudad del vallenato donde se encuentra trabajando en una Ong llamada Proárbol.
“El huerto es muy bueno, dinámico. Conocimos unos niños que sabían mucho sobre la basura y como ayudar al medio ambiente. Me gusta mucho el medio ambiente y yo quería hacer algo diferente y de verdad. En el huerto hacemos diversas cosas, quitamos la maleza de las plantas, las regamos, y hacemos contacto con los niños. En Valledupar hay muchos árboles pero también mucha basura”.
Otro de los jóvenes que está en la ciudad, proviene de Argentina, se llama Alberto Correa, tiene 20 años y es estudiante de Artes Escénicas: “Tomé el voluntariado porque tenía orientación hacia lo ecológico. Un amigo me dijo que existe AIESEC y vi por internet las opciones donde en Latinoamérica la única opción era Valledupar, y me vine. Trabajamos con Proárbol, ahí cuidamos huertos que hay en escuelas y centros. Nos animan y enseñan los tiempos de las plantas y germinados. Todos los días desmalezamos, regamos, plantamos y germinamos plantas”.
La fundación Proárbol existe desde hace 4 años y es dirigida por el ambientalista Duver Vides Avendaño. La sede principal de esta ONG se ubica en el barrio San Fernando pero también tienen sede en el colegio Leonidas Acuña y en el CDI del barrio Los Milagros donde tienen en cada espacio un huerto.
La labor de esta ONG es generar acciones, proyectos y programas relacionados a mejorar la arborización y los cultivos. “Con AIESEC generamos una alianza desde el semestre pasado para que participen jóvenes que lideren el proyecto de Comunas Verdes que tiene el apoyo de los Estados Unidos que incluyen huertos en la comuna Dos”.
Dentro de las actividades los jóvenes realizan talleres y charlas junto a la comunidad para generar liderazgo y que las personas participen. Desde el año 2019 han llegado jóvenes de México, Bolivia, Perú, Brasil y Guatemala.
En este año, jóvenes de Argentina, Brasil, Perú y Alemania han dado sus aportes y han motivado a la comunidad a entrar en la tendencia mundial de una ciudadanía más ecológica.
Por: Daniela Minorta / EL PILÓN
[email protected]
Desde el 2015 ha habido 365 intercambios de los cuales en 151 experiencias ha sido receptora Valledupar. A la fecha hay 14 extranjeros, la mayoría brasileños.
AIESEC significa Asociación Internacional de Estudiantes de Ciencias Económicas y Comerciales formada desde 1948 por un grupo de jóvenes que comprendían entre 18 a 30 años. Hoy día la ONG está ubicada en más de 120 países del mundo y Valledupar no se quedó atrás, hace 10 años está conformada por un equipo de unos 10 jóvenes líderes.
Aguedo Alfonzo Martínez, de la junta ejecutiva de AIESEC Valledupar, especificó que el objetivo como tal de la organización es generar liderazgo joven a través de diversas opciones a la cuales denominan ‘productos’ y en esa categoría se encuentran los intercambios internacionales. Los jóvenes en AIESEC pueden desarrollar su potencial de dos formas: siendo miembro directo o participando en los servicios internacionales o nacionales.
“Existen también productos para practicantes y los ya graduados. Los productos pueden durar hasta 42 semanas”, explicó Martínez. Hacer un voluntariado es una experiencia que a juicio de los miembros de AIESEC permite el enriquecimiento no solo personal sino profesional y también ser un agente de cambio, “que exista un intercambio multicultural que permita cambiar la perspectiva de quien lo hace”.
Hacer un voluntariado requiere de la aprobación de los miembros a través de un proceso de selección, luego una entrevista y al final el equipo decide si la persona está adecuada para la experiencia. Dentro de las opciones hay temas relacionados a lo ecológico, marketing con empresas, sector educativo en universidades, equidad de género, y los Objetivos de Desarrollo Sustentable que promueve la ONU en su agenda 2030.
Valledupar recibió en el 2019 unas 70 personas jóvenes que vinieron de diversos países a hacer un voluntariado, Perú, Holanda, Brasil, Guatemala, México y Argentina. En lo que va del 2020 han llegado a la ciudad 12 jóvenes estudiantes entre 18 a 25 años de los cuales ocho son de Brasil, y los cuatro restantes divididos en un representante de Argentina, Perú, Bolivia y Guatemala.
Del 2015 al 2019 ha habido 365 intercambios de los cuales se registró una entrada a Valledupar de 151 estudiantes y profesionales. Y 214 salieron de Valledupar a diversos destinos como México, Brasil, Guatemala. La organización explicó que cuando un vallenato sale a hacer un voluntario deja la curiosidad por conocer la ciudad y aprender del vallenato.
Empresas de turismo como Paseo Vallenato Tour, a través de su gerente María Elisa Ayala ha brindado la oportunidad de ser un agente receptor de jóvenes provenientes de AIESEC. “Las diversas culturas han enriquecido mi empresa, yo he tenido en un mismo periodo de tres meses a cuatro chicos de distintos países, una vez vinieron dos Guatemala, uno de México y otra de Venezuela, todos compartieron su cultura y yo les enseñé cómo vender el vallenato”.
En conversación con EL PILÓN dos jóvenes visitaron el rotativo donde explicaron su rol en un voluntariado. Gabrielle Gardém es una joven de 20 años de edad, estudiante de Ingeniería en Cartografía y proviene de Brasil, hace tres semanas llegó a la ciudad del vallenato donde se encuentra trabajando en una Ong llamada Proárbol.
“El huerto es muy bueno, dinámico. Conocimos unos niños que sabían mucho sobre la basura y como ayudar al medio ambiente. Me gusta mucho el medio ambiente y yo quería hacer algo diferente y de verdad. En el huerto hacemos diversas cosas, quitamos la maleza de las plantas, las regamos, y hacemos contacto con los niños. En Valledupar hay muchos árboles pero también mucha basura”.
Otro de los jóvenes que está en la ciudad, proviene de Argentina, se llama Alberto Correa, tiene 20 años y es estudiante de Artes Escénicas: “Tomé el voluntariado porque tenía orientación hacia lo ecológico. Un amigo me dijo que existe AIESEC y vi por internet las opciones donde en Latinoamérica la única opción era Valledupar, y me vine. Trabajamos con Proárbol, ahí cuidamos huertos que hay en escuelas y centros. Nos animan y enseñan los tiempos de las plantas y germinados. Todos los días desmalezamos, regamos, plantamos y germinamos plantas”.
La fundación Proárbol existe desde hace 4 años y es dirigida por el ambientalista Duver Vides Avendaño. La sede principal de esta ONG se ubica en el barrio San Fernando pero también tienen sede en el colegio Leonidas Acuña y en el CDI del barrio Los Milagros donde tienen en cada espacio un huerto.
La labor de esta ONG es generar acciones, proyectos y programas relacionados a mejorar la arborización y los cultivos. “Con AIESEC generamos una alianza desde el semestre pasado para que participen jóvenes que lideren el proyecto de Comunas Verdes que tiene el apoyo de los Estados Unidos que incluyen huertos en la comuna Dos”.
Dentro de las actividades los jóvenes realizan talleres y charlas junto a la comunidad para generar liderazgo y que las personas participen. Desde el año 2019 han llegado jóvenes de México, Bolivia, Perú, Brasil y Guatemala.
En este año, jóvenes de Argentina, Brasil, Perú y Alemania han dado sus aportes y han motivado a la comunidad a entrar en la tendencia mundial de una ciudadanía más ecológica.
Por: Daniela Minorta / EL PILÓN
[email protected]