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Columnista - 11 noviembre, 2010

A planificar, mandatarios mineros

Por: Luis Napoleón de Armas P. Es casi seguro que las regiones mineras serán despojadas del milagro que la naturaleza les hizo. Mas, dicen que lo mejor fue lo que pasó y aquí va a pasar mucho. Es curioso que lo que parecía una amplia y segura avenida, se estaba convirtiendo en una oscura cueva […]

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Por: Luis Napoleón de Armas P.

Es casi seguro que las regiones mineras serán despojadas del milagro que la naturaleza les hizo. Mas, dicen que lo mejor fue lo que pasó y aquí va a pasar mucho. Es curioso que lo que parecía una amplia y segura avenida, se estaba convirtiendo en una oscura cueva de Rolandito (la de Rolando se encuentra en Bogotá). La descentralización, que es buena, ha creado un germen patógeno en los entes, en especial, en los mineros. A estos les ha pasado igual que a las universidades públicas de provincia con la ley 30 que fijó su autonomía. En ambos casos se ha dado la administración se ha sodomizado; la conquista de El Dorado de los españoles nos marcó para siempre. Aquí habría que meter en una balanza perjuicios y beneficios para saber
cual tiene mayor peso. Los mandatarios mineros se olvidaron de la planificación para dedicarse, muchos de ellos, a la vida muelle que ofrece el erario. El esquema mental de casi todos ha estado cifrado por la contratitis, coordinada, por lo general, por algún familiar del elegido. Nadie se ha dedicado a analizar el impacto socio económico, político y ambiental de la minería en la evolución de los indicadores que definen lo público; nadie ha medido cual es la cuota de la minería en la criminalidad regional. Hay que mirar como estábamos antes de la minería y como estamos ahora, y hacer un estudio de elasticidades de cada unidad monetaria de inversión respecto a los rendimientos sociales de cada sector. Se sabe, por ejemplo, que por un ingreso sostenido del 1% en el ingreso per cápita, la pobreza y la miseria disminuyen 16% y 8%, respectivamente. Ese es un aspecto que no debe faltar en ningún plan de inversión; los objetivos deben ser claros y se espera que al terminar una inversión se den ciertos resultados que deben ser medibles; si nada se mide, nada estamos haciendo. Siempre se deben tener unas estadísticas donde nos podamos comparar con similares para fijar unas metas o logros en un parámetro de tiempo; los indicadores nos dicen cómo vamos. Es muy preocupante que los índices de mortalidad infantil estén creciendo; eso significa que la infraestructura y la oferta de servicios hospitalarios son deficientes y que la desnutrición no mejora. La meta del milenio es bajarla de 28.2/mil a 17/mil entre el 2000 y el 2015; no tenemos cuando; en las otras siete metas ni hablar. La esperanza de vida al nacer es un indicador de malas condiciones de vida y en este aspecto, con 72 años, es mucho lo que hay que avanzar para aproximarnos al top que es de 85 años. ¿Qué diablos han hecho los alcaldes y gobernadores del periodo? Otro elemento de planificación es conocer la tasa de crecimiento demográfico; ningún presupuesto es real si no sabemos cuántos somos. En los últimos cinco años, según el DANE, el Cesar creció a una tasa promedia de 1.35% anual, por encima de la media nacional que fue de 1.18%, y es una de las mas altas del país; esto puede explicarse, en parte, por la alta tasa de fecundidad (3.02) y por las inmigraciones sufridas. Podemos estimar, entonces, que Valledupar hoy tendría 320.000 habitantes, aproximadamente, sabiendo que en 2005, éramos 297.000, según el censo. Esta ciudad no tiene 500.000 habitantes, como dicen algunos.
Algo positivo que nos dejaría la nueva ley, es que habría menos aspirantes a ser alcaldes y gobernadores porque ya no existiría el vellocino de oro y les tocaría cobrar los impuestos para pagar la nómina y la deuda, así como atender los sectores básicos; aquí habría que afinar el caletre para que con las meras transferencias, que en su mayoría ya vienen asignadas en el presupuesto, la gestión sea viable. Por eso, desde ya, quien no tenga claro como se debe manejar un municipio o departamento, que no aspire; la capacidad para contratar ocupará un lugar secundario en la agenda de gobierno.
[email protected]

Columnista
11 noviembre, 2010

A planificar, mandatarios mineros

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Luis Napoleón de Armas P.

Por: Luis Napoleón de Armas P. Es casi seguro que las regiones mineras serán despojadas del milagro que la naturaleza les hizo. Mas, dicen que lo mejor fue lo que pasó y aquí va a pasar mucho. Es curioso que lo que parecía una amplia y segura avenida, se estaba convirtiendo en una oscura cueva […]


Por: Luis Napoleón de Armas P.

Es casi seguro que las regiones mineras serán despojadas del milagro que la naturaleza les hizo. Mas, dicen que lo mejor fue lo que pasó y aquí va a pasar mucho. Es curioso que lo que parecía una amplia y segura avenida, se estaba convirtiendo en una oscura cueva de Rolandito (la de Rolando se encuentra en Bogotá). La descentralización, que es buena, ha creado un germen patógeno en los entes, en especial, en los mineros. A estos les ha pasado igual que a las universidades públicas de provincia con la ley 30 que fijó su autonomía. En ambos casos se ha dado la administración se ha sodomizado; la conquista de El Dorado de los españoles nos marcó para siempre. Aquí habría que meter en una balanza perjuicios y beneficios para saber
cual tiene mayor peso. Los mandatarios mineros se olvidaron de la planificación para dedicarse, muchos de ellos, a la vida muelle que ofrece el erario. El esquema mental de casi todos ha estado cifrado por la contratitis, coordinada, por lo general, por algún familiar del elegido. Nadie se ha dedicado a analizar el impacto socio económico, político y ambiental de la minería en la evolución de los indicadores que definen lo público; nadie ha medido cual es la cuota de la minería en la criminalidad regional. Hay que mirar como estábamos antes de la minería y como estamos ahora, y hacer un estudio de elasticidades de cada unidad monetaria de inversión respecto a los rendimientos sociales de cada sector. Se sabe, por ejemplo, que por un ingreso sostenido del 1% en el ingreso per cápita, la pobreza y la miseria disminuyen 16% y 8%, respectivamente. Ese es un aspecto que no debe faltar en ningún plan de inversión; los objetivos deben ser claros y se espera que al terminar una inversión se den ciertos resultados que deben ser medibles; si nada se mide, nada estamos haciendo. Siempre se deben tener unas estadísticas donde nos podamos comparar con similares para fijar unas metas o logros en un parámetro de tiempo; los indicadores nos dicen cómo vamos. Es muy preocupante que los índices de mortalidad infantil estén creciendo; eso significa que la infraestructura y la oferta de servicios hospitalarios son deficientes y que la desnutrición no mejora. La meta del milenio es bajarla de 28.2/mil a 17/mil entre el 2000 y el 2015; no tenemos cuando; en las otras siete metas ni hablar. La esperanza de vida al nacer es un indicador de malas condiciones de vida y en este aspecto, con 72 años, es mucho lo que hay que avanzar para aproximarnos al top que es de 85 años. ¿Qué diablos han hecho los alcaldes y gobernadores del periodo? Otro elemento de planificación es conocer la tasa de crecimiento demográfico; ningún presupuesto es real si no sabemos cuántos somos. En los últimos cinco años, según el DANE, el Cesar creció a una tasa promedia de 1.35% anual, por encima de la media nacional que fue de 1.18%, y es una de las mas altas del país; esto puede explicarse, en parte, por la alta tasa de fecundidad (3.02) y por las inmigraciones sufridas. Podemos estimar, entonces, que Valledupar hoy tendría 320.000 habitantes, aproximadamente, sabiendo que en 2005, éramos 297.000, según el censo. Esta ciudad no tiene 500.000 habitantes, como dicen algunos.
Algo positivo que nos dejaría la nueva ley, es que habría menos aspirantes a ser alcaldes y gobernadores porque ya no existiría el vellocino de oro y les tocaría cobrar los impuestos para pagar la nómina y la deuda, así como atender los sectores básicos; aquí habría que afinar el caletre para que con las meras transferencias, que en su mayoría ya vienen asignadas en el presupuesto, la gestión sea viable. Por eso, desde ya, quien no tenga claro como se debe manejar un municipio o departamento, que no aspire; la capacidad para contratar ocupará un lugar secundario en la agenda de gobierno.
[email protected]