El reto de este cineasta es potencializar las artes a través del cine.
En el Cesar, cada vez son más los que le apuestan a las artes escénicas como un instrumento para cristalizar sueños y aterrizar ideas que permitan a través de la pantalla grande visualizar todo ese imaginario, bien sea, a través del ojo de un cineasta o de un cinéfilo. Aunque no nació en el departamento del Cesar, el cinematógrafo, Rubén Casalins, ha hecho del séptimo arte una ventana que refleje a través de proyecciones visuales toda la cultura, la idiosincrasia y valores que caracterizan al cesarense.
El joven barranquillero estuvo de visita en el diario EL PILÓN y nos comentó como a través de su fundación ‘Tengo Fe Films’ ha podido capacitar a interesados en el arte, cómo avanza su carrera, en qué proyectos está trabajando, sus retos para este 2020 y cuál es la propuesta en materia de producción audiovisual.
¿En que anda actualmente Rubén Casalins?
En Barranquilla, acabamos de terminar la primera etapa del proyecto desarrollo cinematográfico del Caribe, es un proyecto que inició en Valledupar pero que no pudimos ejecutar aquí ya que no hay mucho público interesado en el cine y el poco que hay no tiene el tiempo ni la disposición, por eso nos tocó trasladarnos pero su origen fue en el Cesar, porque aquí hay una mina de historia. Yo trataba de desarrollar las ideas aferrándome a las composiciones vallenatas vinculando los compositores para convertirlos en guionistas, gracias a Dios, Valledupar reúne todas las historias del Magdalena Grande y todo eso está comenzado a verse mediante el vallenato, todas esas potencialidades pudiera decir que las hemos explotado sólo un 30 % a través de la música pero desde el ámbito cinematográfico aún falta mucho por recorrer.
Nosotros siempre usamos el ejemplo de México, una nación que siempre supo usar su música y su cultura para convertirla en un icono mundial a través del cine en los años 50 cuando eran potencia cinematográfica. Si uno se pone evaluar las películas eran bajo un mismo concepto, influenciadas por las rancheras y hoy en día se han convertido en un sello global
Nosotros en esos años nos pusimos fue a ver cómo lo hacían ellos pero no lo intentamos, lo que estoy tratando de hacer es que nosotros lo intentemos, tomar toda nuestra historia, hacerle su proceso, transformarlas en guiones para tener una industria y algo que podamos mostrar acá.
¿Qué opinas sobre el cine que se realiza en el Cesar pero con actores de otros lugares que tratan de imitar la cultura vallenata?
Tenemos unas historias geniales pero desafortunadamente no somos nosotros quienes las explotamos sino son las personas del interior, los canales de la capital, ellos vienen se nutren de nuestras historias y son los que las producen, y lo hacen mal porque las cambian, tergiversan lo que es la cultura de nosotros y lo que hacen es que nos dejan mal parados.
Yo te pongo un ejemplo: la historia de Diomedes Díaz, es nuestro ídolo musical y cultural, cuánto no nos dejó Diomedes, pero qué mostraron de él en la novela; una antítesis de valores, todo lo malo, alcohol, mujeres y vicios, eso es lo que pretendían mostrar de nosotros y lo cultural dónde quedó.
Empiezan a cambiar las historias y no hay una labor de investigación porque son escritas por personas de afuera y producidas por canales de la capital ellos vienen hacen un producto para venderlo y listo; no están interesados en nuestros valores culturales.
Esto debe pasar, se deben seguir haciendo películas, novelas con nuestras historias pero yo pienso que deberían ser producidas por nosotros, los costeños que somos los que tenemos y conocemos nuestra cultura y somos los dueños de estas historias.
¿Qué hace falta para producir estas historias con total criterio vallenato?
Primero debemos crear una industria y para eso hay que preparar a la gente y es lo que estoy tratando de hacer ahora capacitar al personal, hemos visto que en las novelas nos traen actores de otras ciudades a hablar como nosotros y no lo logran, luego ves el resultado en la novela y es distinto y eso es producto de que acá no hay un proceso de preparación para esta industria. Yo he tenido reuniones con líderes, con el anterior alcalde, pero no hay un interés por desarrollar una nueva industria en la cual nosotros seríamos potencia.
Si evalúas las novelas costeñas son las que más rating tienen, imagínate si nosotros las produjéramos cuanto empleo, cuántas empresas no estarían vinculadas como áreas de formación de actores, de personal técnico, de producción, guionistas; es más, nosotros en este proyecto estamos fabricando maquinaria para hacer cine acá en Valledupar, estamos realizando equipos que en Colombia no se hacen: grúas, slider, dolly, cada vez hacemos máquinas con más rendimiento.
¿Qué historias consideras que se han quedado en el olvido cinematográfico?
Aquí nosotros tenemos grandes relatos como el de Francisco el Hombre que derrotó al diablo tocando acordeón y es una cosa tan bonita. Hemos perdido nuestra identidad, estamos influenciados por otras culturas, no respetamos el vallenato, no lo valoramos ni lo entendemos como pauta cultural y eso se refleja en los cambios negativos que ha tenido la ciudad desde lo cultural. Hace más de 40 años, Gabriel García Márquez, con Cien años de soledad nos demostró que el planeta entero está interesado en la historia de nuestra narrativa, el mundo está esperando que explotemos Cien años de soledad pero nos hemos quedado con los brazos cruzados.
¿Cuál es el reto para el departamento en materia de cine?
Yo trato de hacer visible a los invisibles a través del cine. Cuántos artistas tenemos, cuántos sucesos históricos, qué hace falta, otros departamentos se están fortaleciendo, qué va a pasar con nosotros, vamos a esperar que vengan las demás ciudades a seguir contando nuestras historias o nos vamos a preparar para ver si de aquí a uno o dos años producimos nuestros propios contenidos.
Dentro de las más recientes producciones del cineasta Rubén Casalins está la película “Amor de mis amores” la cual contó con el apoyo de la Universidad Simón Bolívar. Casalins expresó que esta película no es de criterio comercial sino de competencia y que estará presente en los festivales de cine representando a la región Caribe colombiana, así como la serie Mitómanos, una saga que muestra por capítulos los mitos de la región costeña en el género terror y están próximos a presentarla en Netflix o Amazon Prime.
JORGE LUIS LÓPEZ / EL PILÓN
[email protected]
El reto de este cineasta es potencializar las artes a través del cine.
En el Cesar, cada vez son más los que le apuestan a las artes escénicas como un instrumento para cristalizar sueños y aterrizar ideas que permitan a través de la pantalla grande visualizar todo ese imaginario, bien sea, a través del ojo de un cineasta o de un cinéfilo. Aunque no nació en el departamento del Cesar, el cinematógrafo, Rubén Casalins, ha hecho del séptimo arte una ventana que refleje a través de proyecciones visuales toda la cultura, la idiosincrasia y valores que caracterizan al cesarense.
El joven barranquillero estuvo de visita en el diario EL PILÓN y nos comentó como a través de su fundación ‘Tengo Fe Films’ ha podido capacitar a interesados en el arte, cómo avanza su carrera, en qué proyectos está trabajando, sus retos para este 2020 y cuál es la propuesta en materia de producción audiovisual.
¿En que anda actualmente Rubén Casalins?
En Barranquilla, acabamos de terminar la primera etapa del proyecto desarrollo cinematográfico del Caribe, es un proyecto que inició en Valledupar pero que no pudimos ejecutar aquí ya que no hay mucho público interesado en el cine y el poco que hay no tiene el tiempo ni la disposición, por eso nos tocó trasladarnos pero su origen fue en el Cesar, porque aquí hay una mina de historia. Yo trataba de desarrollar las ideas aferrándome a las composiciones vallenatas vinculando los compositores para convertirlos en guionistas, gracias a Dios, Valledupar reúne todas las historias del Magdalena Grande y todo eso está comenzado a verse mediante el vallenato, todas esas potencialidades pudiera decir que las hemos explotado sólo un 30 % a través de la música pero desde el ámbito cinematográfico aún falta mucho por recorrer.
Nosotros siempre usamos el ejemplo de México, una nación que siempre supo usar su música y su cultura para convertirla en un icono mundial a través del cine en los años 50 cuando eran potencia cinematográfica. Si uno se pone evaluar las películas eran bajo un mismo concepto, influenciadas por las rancheras y hoy en día se han convertido en un sello global
Nosotros en esos años nos pusimos fue a ver cómo lo hacían ellos pero no lo intentamos, lo que estoy tratando de hacer es que nosotros lo intentemos, tomar toda nuestra historia, hacerle su proceso, transformarlas en guiones para tener una industria y algo que podamos mostrar acá.
¿Qué opinas sobre el cine que se realiza en el Cesar pero con actores de otros lugares que tratan de imitar la cultura vallenata?
Tenemos unas historias geniales pero desafortunadamente no somos nosotros quienes las explotamos sino son las personas del interior, los canales de la capital, ellos vienen se nutren de nuestras historias y son los que las producen, y lo hacen mal porque las cambian, tergiversan lo que es la cultura de nosotros y lo que hacen es que nos dejan mal parados.
Yo te pongo un ejemplo: la historia de Diomedes Díaz, es nuestro ídolo musical y cultural, cuánto no nos dejó Diomedes, pero qué mostraron de él en la novela; una antítesis de valores, todo lo malo, alcohol, mujeres y vicios, eso es lo que pretendían mostrar de nosotros y lo cultural dónde quedó.
Empiezan a cambiar las historias y no hay una labor de investigación porque son escritas por personas de afuera y producidas por canales de la capital ellos vienen hacen un producto para venderlo y listo; no están interesados en nuestros valores culturales.
Esto debe pasar, se deben seguir haciendo películas, novelas con nuestras historias pero yo pienso que deberían ser producidas por nosotros, los costeños que somos los que tenemos y conocemos nuestra cultura y somos los dueños de estas historias.
¿Qué hace falta para producir estas historias con total criterio vallenato?
Primero debemos crear una industria y para eso hay que preparar a la gente y es lo que estoy tratando de hacer ahora capacitar al personal, hemos visto que en las novelas nos traen actores de otras ciudades a hablar como nosotros y no lo logran, luego ves el resultado en la novela y es distinto y eso es producto de que acá no hay un proceso de preparación para esta industria. Yo he tenido reuniones con líderes, con el anterior alcalde, pero no hay un interés por desarrollar una nueva industria en la cual nosotros seríamos potencia.
Si evalúas las novelas costeñas son las que más rating tienen, imagínate si nosotros las produjéramos cuanto empleo, cuántas empresas no estarían vinculadas como áreas de formación de actores, de personal técnico, de producción, guionistas; es más, nosotros en este proyecto estamos fabricando maquinaria para hacer cine acá en Valledupar, estamos realizando equipos que en Colombia no se hacen: grúas, slider, dolly, cada vez hacemos máquinas con más rendimiento.
¿Qué historias consideras que se han quedado en el olvido cinematográfico?
Aquí nosotros tenemos grandes relatos como el de Francisco el Hombre que derrotó al diablo tocando acordeón y es una cosa tan bonita. Hemos perdido nuestra identidad, estamos influenciados por otras culturas, no respetamos el vallenato, no lo valoramos ni lo entendemos como pauta cultural y eso se refleja en los cambios negativos que ha tenido la ciudad desde lo cultural. Hace más de 40 años, Gabriel García Márquez, con Cien años de soledad nos demostró que el planeta entero está interesado en la historia de nuestra narrativa, el mundo está esperando que explotemos Cien años de soledad pero nos hemos quedado con los brazos cruzados.
¿Cuál es el reto para el departamento en materia de cine?
Yo trato de hacer visible a los invisibles a través del cine. Cuántos artistas tenemos, cuántos sucesos históricos, qué hace falta, otros departamentos se están fortaleciendo, qué va a pasar con nosotros, vamos a esperar que vengan las demás ciudades a seguir contando nuestras historias o nos vamos a preparar para ver si de aquí a uno o dos años producimos nuestros propios contenidos.
Dentro de las más recientes producciones del cineasta Rubén Casalins está la película “Amor de mis amores” la cual contó con el apoyo de la Universidad Simón Bolívar. Casalins expresó que esta película no es de criterio comercial sino de competencia y que estará presente en los festivales de cine representando a la región Caribe colombiana, así como la serie Mitómanos, una saga que muestra por capítulos los mitos de la región costeña en el género terror y están próximos a presentarla en Netflix o Amazon Prime.
JORGE LUIS LÓPEZ / EL PILÓN
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