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Editorial - 18 diciembre, 2019

Desarrollo y medio ambiente, primer conflicto cesarense

Se para la actual producción de gas? ¿Podrá construirse una gran carboeléctrica? Habrá agua para la palma? Lo silvopastoril desplazará la actual ganadería extensiva? ¿Tendremos parques solares en lugar de minas de carbón? ¿Se construirá la represa de Besotes en el Guatapurí?

Boton Wpp

Se para la actual producción de gas? ¿Podrá construirse una gran carboeléctrica? Habrá agua para la palma? Lo silvopastoril desplazará la actual ganadería extensiva? ¿Tendremos parques solares en lugar de minas de carbón? ¿Se construirá la represa de Besotes en el Guatapurí?

Cuando la Plataforma de Diálogos Improbables, que agrupa líderes sociales, mujeres, empresarios, indígenas, académicos, etc., después de convenir 10 puntos claves de diálogo y convivencia empezando por ‘La vida es sagrada’, decidió ir más allá e identificar una decena de problemáticas y conflictos regionales, consideró prioritarios los de “Desarrollo y Medio ambiente” y por el otro “Educación y Cultura”.

EL PILÓN y dicha Plataforma desarrollaron en Codazzi un encuentro de actores involucrados en la problemática del desarrollo productivo y los desafíos ambientales. Se hicieron presentes líderes sociales, ganaderos, palmeros, mineros en una interesante conversación.

Quedamos más convencidos de la importancia del tema pues los agentes claves del desarrollo y sus representantes se enfrentaban a los desafíos de la naturaleza y el medio ambiente, en una relación entre el desarrollo y lo ambiental de conflicto o relación de colaboración, cuyo centro es el ser humano. Por ejemplo la agricultura se sirve del agua pero al mismo tiempo la vuelve escasa.

Hemos visto conflicto entre las comunidades indígenas y sus siempre presentes ideas de preservación de la sierra, algunas diferencias con campesinos; esa actividad ‘a medias’, por la que muchos ciudadanos de zonas urbanas y de ganaderos llamaban peyorativamente a aquellas como perezosas, porque no hacían grandes ‘civilizaciones’ de la tierra, se ha convertido en virtud.

Es ya de perogrullo la afirmación de que el cultivo del algodón si bien transformó el departamento y creó una importante base social, tumbó inmensos bosques y generó una presión sobre la tierra, sobre el agua y, que además de espaciar por los aires los insecticidas, dejó cementerios de elementos químicos contaminantes muy nocivos para la salud.

Nos preguntamos sobre el ordenamiento de la cuenca del río (POMCA) que no prevé una gran represa.

Y sobre la profusión de normas, reglamentos y decisiones administrativas que enredan la pita del desarrollo productivo en la región.

Cierto de que es lo mejor que la población proteja el bien de la naturaleza también se presenta un radicalismo ambiental que pretende trabar cualquiera actividad productiva. La regulación, que debe haberla, falla por su calidad y pertinencia, cuando no son los jueces los que en una suelta interpretación producen efectos paradójicos y de desestimulo de toda inversión.

Es lo que acaece ahora con Drummond que dando el buen paso de producir el gas, un energético de la llamada transición, más limpio que el carbón, el Consejo de Estado confundiendo las cosas, como lo exponen expertos, ordena parar lo bueno que se viene haciendo: producir gas en el Cesar.

Editorial
18 diciembre, 2019

Desarrollo y medio ambiente, primer conflicto cesarense

Se para la actual producción de gas? ¿Podrá construirse una gran carboeléctrica? Habrá agua para la palma? Lo silvopastoril desplazará la actual ganadería extensiva? ¿Tendremos parques solares en lugar de minas de carbón? ¿Se construirá la represa de Besotes en el Guatapurí?


Boton Wpp

Se para la actual producción de gas? ¿Podrá construirse una gran carboeléctrica? Habrá agua para la palma? Lo silvopastoril desplazará la actual ganadería extensiva? ¿Tendremos parques solares en lugar de minas de carbón? ¿Se construirá la represa de Besotes en el Guatapurí?

Cuando la Plataforma de Diálogos Improbables, que agrupa líderes sociales, mujeres, empresarios, indígenas, académicos, etc., después de convenir 10 puntos claves de diálogo y convivencia empezando por ‘La vida es sagrada’, decidió ir más allá e identificar una decena de problemáticas y conflictos regionales, consideró prioritarios los de “Desarrollo y Medio ambiente” y por el otro “Educación y Cultura”.

EL PILÓN y dicha Plataforma desarrollaron en Codazzi un encuentro de actores involucrados en la problemática del desarrollo productivo y los desafíos ambientales. Se hicieron presentes líderes sociales, ganaderos, palmeros, mineros en una interesante conversación.

Quedamos más convencidos de la importancia del tema pues los agentes claves del desarrollo y sus representantes se enfrentaban a los desafíos de la naturaleza y el medio ambiente, en una relación entre el desarrollo y lo ambiental de conflicto o relación de colaboración, cuyo centro es el ser humano. Por ejemplo la agricultura se sirve del agua pero al mismo tiempo la vuelve escasa.

Hemos visto conflicto entre las comunidades indígenas y sus siempre presentes ideas de preservación de la sierra, algunas diferencias con campesinos; esa actividad ‘a medias’, por la que muchos ciudadanos de zonas urbanas y de ganaderos llamaban peyorativamente a aquellas como perezosas, porque no hacían grandes ‘civilizaciones’ de la tierra, se ha convertido en virtud.

Es ya de perogrullo la afirmación de que el cultivo del algodón si bien transformó el departamento y creó una importante base social, tumbó inmensos bosques y generó una presión sobre la tierra, sobre el agua y, que además de espaciar por los aires los insecticidas, dejó cementerios de elementos químicos contaminantes muy nocivos para la salud.

Nos preguntamos sobre el ordenamiento de la cuenca del río (POMCA) que no prevé una gran represa.

Y sobre la profusión de normas, reglamentos y decisiones administrativas que enredan la pita del desarrollo productivo en la región.

Cierto de que es lo mejor que la población proteja el bien de la naturaleza también se presenta un radicalismo ambiental que pretende trabar cualquiera actividad productiva. La regulación, que debe haberla, falla por su calidad y pertinencia, cuando no son los jueces los que en una suelta interpretación producen efectos paradójicos y de desestimulo de toda inversión.

Es lo que acaece ahora con Drummond que dando el buen paso de producir el gas, un energético de la llamada transición, más limpio que el carbón, el Consejo de Estado confundiendo las cosas, como lo exponen expertos, ordena parar lo bueno que se viene haciendo: producir gas en el Cesar.