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Columnista - 6 noviembre, 2010

Tres años después

Por: ANTONIO HERNANDEZ GAMARRA Fue alentador que el editorial de este diario el pasado dos de noviembre estuviese dedicado a recordar los tres años de la firma del Compromiso Caribe. Lo fue no sólo por la recordación del hecho mismo, sino por el balance que se hizo sobre la vigencia de nuestro manifiesto, sus avances […]

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Por: ANTONIO HERNANDEZ GAMARRA

Fue alentador que el editorial de este diario el pasado dos de noviembre estuviese dedicado a recordar los tres años de la firma del Compromiso Caribe. Lo fue no sólo por la recordación del hecho mismo, sino por el balance que se hizo sobre la vigencia de nuestro manifiesto, sus avances y la cuidadosa vigilancia que es preciso mantener para que no nos desviemos de los derroteros en él señalados.
De singular relieve es tener claro – como se subrayó en el editorial – que en la agenda política de nuestro país no estaría el convertir en política de Estado la reducción de las enormes disparidades regionales en el ingreso, y en los indicadores del bienestar material, si ese no hubiese sido el primer punto del Compromiso Caribe.
De igual manera, hoy no se estaría debatiendo sobre el instrumento para ser realidad ese propósito si nuestro manifiesto no hubiera reclamado como necesaria la creación del Fondo de Compensación Regional. Y si, con especial dedicación, en el Observatorio del Caribe y en el Centro de Estudios Regionales no se hubiese asumido el liderazgo para que en los comicios presidenciales de este año la creación de ese Fondo fuera centro especial del debate público.
Sin duda, el Fondo de Compensación Regional será una institucionalidad que en el futuro todos los pobres de Colombia, y no sólo los del Caribe, le  agradecerán a nuestro manifiesto y a sus inspiradores.
De igual manera, tiene también sustento ideológico en el Compromiso el programa Caribe sin Hambre que empezarán a desarrollar próximamente todos y cada uno de nuestros departamentos. También es alentador la materialización de otra de las acciones propuestas en nuestro manifiesto por parte de la Alcaldesa de Cartagena Judith Pinedo  y del Gobernador del Cesar, Cristian Moreno, distinguidos en el ámbito nacional  hace pocas semanas por su compromiso para desarrollar bien una política para la primera infancia.
Eso son logros manifiestos en procura de la equidad que se deben aplaudir por razones éticas y humanitarias, y también por razones económicas, puesto que una población mejor nutrida, y mejor atendida en la primera infancia,  a la larga redundará en una mejor ciudadanía, en mayor productividad, en mejores ingresos y por ende en remedio eficaz en la lucha contra la pobreza y la desigualdad.
Es fruto del Compromiso Caribe el empeño del Observatorio y del Centro de Estudios Regionales para ser cada día faros de la discusión pública en nuestra región, aun cuando sobre ello ojalá en el futuro estos esfuerzos se vean complementados con el de otros centros de pensamiento y con el de los organismos investigativos de las universidades públicas y privadas.
A pesar de esos logros, al cabo de tres años es bueno recordar que más allá de cuanto se avance en la expedición de una LOOT que consagre mayor autonomía para la región, queda  pendiente la concreción de acciones para fortalecer el aparato productivo de la región en busca de más y mejores empleos. Ejercicio que se debe complementar con nuestra constante preocupación, y las respectivas acciones, para aminorar los impactos ambientales de nuestro quehacer como sociedad y con el ojo vigilante para que los recursos del erario no se desperdicien, no se malbaraten o no terminen en manos privadas.
Como se ve mucho es lo que hay por hacer, pero también mucha es la satisfacción porque sabemos que ahora faltan tres años menos para hacer realidad los anhelos contenidos en el Compromiso Caribe.

Columnista
6 noviembre, 2010

Tres años después

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Antonio Hernandez Gamarra

Por: ANTONIO HERNANDEZ GAMARRA Fue alentador que el editorial de este diario el pasado dos de noviembre estuviese dedicado a recordar los tres años de la firma del Compromiso Caribe. Lo fue no sólo por la recordación del hecho mismo, sino por el balance que se hizo sobre la vigencia de nuestro manifiesto, sus avances […]


Por: ANTONIO HERNANDEZ GAMARRA

Fue alentador que el editorial de este diario el pasado dos de noviembre estuviese dedicado a recordar los tres años de la firma del Compromiso Caribe. Lo fue no sólo por la recordación del hecho mismo, sino por el balance que se hizo sobre la vigencia de nuestro manifiesto, sus avances y la cuidadosa vigilancia que es preciso mantener para que no nos desviemos de los derroteros en él señalados.
De singular relieve es tener claro – como se subrayó en el editorial – que en la agenda política de nuestro país no estaría el convertir en política de Estado la reducción de las enormes disparidades regionales en el ingreso, y en los indicadores del bienestar material, si ese no hubiese sido el primer punto del Compromiso Caribe.
De igual manera, hoy no se estaría debatiendo sobre el instrumento para ser realidad ese propósito si nuestro manifiesto no hubiera reclamado como necesaria la creación del Fondo de Compensación Regional. Y si, con especial dedicación, en el Observatorio del Caribe y en el Centro de Estudios Regionales no se hubiese asumido el liderazgo para que en los comicios presidenciales de este año la creación de ese Fondo fuera centro especial del debate público.
Sin duda, el Fondo de Compensación Regional será una institucionalidad que en el futuro todos los pobres de Colombia, y no sólo los del Caribe, le  agradecerán a nuestro manifiesto y a sus inspiradores.
De igual manera, tiene también sustento ideológico en el Compromiso el programa Caribe sin Hambre que empezarán a desarrollar próximamente todos y cada uno de nuestros departamentos. También es alentador la materialización de otra de las acciones propuestas en nuestro manifiesto por parte de la Alcaldesa de Cartagena Judith Pinedo  y del Gobernador del Cesar, Cristian Moreno, distinguidos en el ámbito nacional  hace pocas semanas por su compromiso para desarrollar bien una política para la primera infancia.
Eso son logros manifiestos en procura de la equidad que se deben aplaudir por razones éticas y humanitarias, y también por razones económicas, puesto que una población mejor nutrida, y mejor atendida en la primera infancia,  a la larga redundará en una mejor ciudadanía, en mayor productividad, en mejores ingresos y por ende en remedio eficaz en la lucha contra la pobreza y la desigualdad.
Es fruto del Compromiso Caribe el empeño del Observatorio y del Centro de Estudios Regionales para ser cada día faros de la discusión pública en nuestra región, aun cuando sobre ello ojalá en el futuro estos esfuerzos se vean complementados con el de otros centros de pensamiento y con el de los organismos investigativos de las universidades públicas y privadas.
A pesar de esos logros, al cabo de tres años es bueno recordar que más allá de cuanto se avance en la expedición de una LOOT que consagre mayor autonomía para la región, queda  pendiente la concreción de acciones para fortalecer el aparato productivo de la región en busca de más y mejores empleos. Ejercicio que se debe complementar con nuestra constante preocupación, y las respectivas acciones, para aminorar los impactos ambientales de nuestro quehacer como sociedad y con el ojo vigilante para que los recursos del erario no se desperdicien, no se malbaraten o no terminen en manos privadas.
Como se ve mucho es lo que hay por hacer, pero también mucha es la satisfacción porque sabemos que ahora faltan tres años menos para hacer realidad los anhelos contenidos en el Compromiso Caribe.