Hace doscientos años, en 1819, cuando Simón Bolívar conjuntamente con Francisco de Paula Santander emprendieron la campaña para liberar la Nueva Granada, actual Colombia, comenzó nuestro martirio; se buscaba preparar el terreno para la creación de un nuevo estado, que comprendería las antiguas colonias españolas del Virreinato de Nueva Granada, la Capitanía General de Venezuela […]
Hace doscientos años, en 1819, cuando Simón Bolívar conjuntamente con Francisco de Paula Santander emprendieron la campaña para liberar la Nueva Granada, actual Colombia, comenzó nuestro martirio; se buscaba preparar el terreno para la creación de un nuevo estado, que comprendería las antiguas colonias españolas del Virreinato de Nueva Granada, la Capitanía General de Venezuela y la Real Audiencia de Quito. En 1819, en el congreso de angostura, se le da vida a la Republica de Colombia, un 17 de diciembre. Vendrían para nuestro surgimiento, una serie de hechos históricos que nos marcarían de manera significativa hasta nuestros días. Podemos hacer un recorrido minucioso desde el primer presidente de Colombia: Simón Bolívar, luego Francisco de Paula Santander; más adelante está Tomás Cipriano de Mosquera, José María Campo Serrano. En 1919, cien años después tenemos la figura presidencial de Marco Fidel Suárez de 1918 a 1921. Destacamos a quienes le sucedieron: Enrique Olaya Herrera, Alfonso López Pumarejo, Eduardo Santos, Darío Echandía, Alberto Lleras Camargo; el golpe de estado dado por Gustavo Rojas Pinilla en 1953 cesando al entonces presidente Roberto Urdaneta Arbeláez. Más reciente la historia nos habla de un Frente Nacional, que no fue otra cosa que un pacto o acuerdo político entre liberales y conservadores, la sucesión por cuatro periodos, es decir dieciséis años de gobierno de coalición, que incluía desde luego la distribución burocrática en las tres ramas del poder público. Algún parecido con la realidad actual es mera coincidencia. El tiempo nos permite llegar al actual presidente, señor Iván Duque. Habiendo pasado por Uribe, Santos, Pastrana, Samper, Gaviria, Barco, Betancur, Turbay y López; no hemos visto por ninguna parte asomarse un presidente de izquierda, ni comunista, ni socialista ni nada que se le parezca. Hemos sido sometidos por la clase dirigente de derecha y ultraderecha, sin asomo de culpa ni arrepentimiento por todos los desmanes por los cuales ha pasado nuestro país. Doscientos años de saqueo infame al mejor estilo español con los indígenas, solo que a nosotros no nos compran con espejitos sino con TLC, (Tamal, Lechona y Cerveza) y nos recompensan con tarifas elevadas de servicios públicos y con reformas tributarias para exprimirnos sin compasión. Los burgueses y burguesitos alientan para polarizar al país, atentan contra el sagrado derecho de protestar. Se les está acabando la teta con leche achocolatada y eso les preocupa. Ante el hecho de protestas limpias y con sentido de responsabilidad, mandan al otro pueblo, al vestido de verde para que maltrate y acorrale y sea complaciente con el vándalo que saquea y despoja de lo poquito al pequeño empresario. Incendian el país para luego, como un mesías, aparecer como los redentores y desde luego confundir al pueblo. Nos quieren hacer creer que la debacle actual es por culpa de la izquierda del comunismo socialista y ¿ellos cuando han ostentado el poder? Revisemos la historia. Seguimos con la misma incertidumbre de hace doscientos años con la naciente república, solo que ahora más pobres y con más impuestos que pagar. Sólo Eso.
Hace doscientos años, en 1819, cuando Simón Bolívar conjuntamente con Francisco de Paula Santander emprendieron la campaña para liberar la Nueva Granada, actual Colombia, comenzó nuestro martirio; se buscaba preparar el terreno para la creación de un nuevo estado, que comprendería las antiguas colonias españolas del Virreinato de Nueva Granada, la Capitanía General de Venezuela […]
Hace doscientos años, en 1819, cuando Simón Bolívar conjuntamente con Francisco de Paula Santander emprendieron la campaña para liberar la Nueva Granada, actual Colombia, comenzó nuestro martirio; se buscaba preparar el terreno para la creación de un nuevo estado, que comprendería las antiguas colonias españolas del Virreinato de Nueva Granada, la Capitanía General de Venezuela y la Real Audiencia de Quito. En 1819, en el congreso de angostura, se le da vida a la Republica de Colombia, un 17 de diciembre. Vendrían para nuestro surgimiento, una serie de hechos históricos que nos marcarían de manera significativa hasta nuestros días. Podemos hacer un recorrido minucioso desde el primer presidente de Colombia: Simón Bolívar, luego Francisco de Paula Santander; más adelante está Tomás Cipriano de Mosquera, José María Campo Serrano. En 1919, cien años después tenemos la figura presidencial de Marco Fidel Suárez de 1918 a 1921. Destacamos a quienes le sucedieron: Enrique Olaya Herrera, Alfonso López Pumarejo, Eduardo Santos, Darío Echandía, Alberto Lleras Camargo; el golpe de estado dado por Gustavo Rojas Pinilla en 1953 cesando al entonces presidente Roberto Urdaneta Arbeláez. Más reciente la historia nos habla de un Frente Nacional, que no fue otra cosa que un pacto o acuerdo político entre liberales y conservadores, la sucesión por cuatro periodos, es decir dieciséis años de gobierno de coalición, que incluía desde luego la distribución burocrática en las tres ramas del poder público. Algún parecido con la realidad actual es mera coincidencia. El tiempo nos permite llegar al actual presidente, señor Iván Duque. Habiendo pasado por Uribe, Santos, Pastrana, Samper, Gaviria, Barco, Betancur, Turbay y López; no hemos visto por ninguna parte asomarse un presidente de izquierda, ni comunista, ni socialista ni nada que se le parezca. Hemos sido sometidos por la clase dirigente de derecha y ultraderecha, sin asomo de culpa ni arrepentimiento por todos los desmanes por los cuales ha pasado nuestro país. Doscientos años de saqueo infame al mejor estilo español con los indígenas, solo que a nosotros no nos compran con espejitos sino con TLC, (Tamal, Lechona y Cerveza) y nos recompensan con tarifas elevadas de servicios públicos y con reformas tributarias para exprimirnos sin compasión. Los burgueses y burguesitos alientan para polarizar al país, atentan contra el sagrado derecho de protestar. Se les está acabando la teta con leche achocolatada y eso les preocupa. Ante el hecho de protestas limpias y con sentido de responsabilidad, mandan al otro pueblo, al vestido de verde para que maltrate y acorrale y sea complaciente con el vándalo que saquea y despoja de lo poquito al pequeño empresario. Incendian el país para luego, como un mesías, aparecer como los redentores y desde luego confundir al pueblo. Nos quieren hacer creer que la debacle actual es por culpa de la izquierda del comunismo socialista y ¿ellos cuando han ostentado el poder? Revisemos la historia. Seguimos con la misma incertidumbre de hace doscientos años con la naciente república, solo que ahora más pobres y con más impuestos que pagar. Sólo Eso.