Es muy conocida la historia del inventor de la dinamita Alfred Nobel, quien luego de su creación fue tal el remordimiento de conciencia que decidió que buena parte de lo que su invento produjera se destinara a una fundación para promover la ciencia, el arte y la cultura: la Fundación Nobel que, todos los años, […]
Es muy conocida la historia del inventor de la dinamita Alfred Nobel, quien luego de su creación fue tal el remordimiento de conciencia que decidió que buena parte de lo que su invento produjera se destinara a una fundación para promover la ciencia, el arte y la cultura: la Fundación Nobel que, todos los años, para el mes de Octubre, entrega los famosísimos premios.
Son famosos los Premios Nobel de Física, Química y Medicina, que son un reconocimiento a los avances de la ciencia en todo el mundo. Estos premios, generalmente, recaen en científicos e investigadores de Europa o los Estados Unidos; muy pocos han caído en países del llamado tercer mundo.
En estas últimas naciones recaen, por lo general, los Premios Nobel de Literatura y los de Paz. En el caso de Colombia, en 1982, un genio de las letras: Gabriel García Márquez, ganó el de Literatura; y en 2018, el presidente Juan Manuel Santos ganó el de paz por sus negociaciones con las autodenominadas FARC, hoy en proceso de reinserción, una parte. Otra parte, así sea pequeña, sigue en disidencia.
No obstante, el señor Nobel nunca pensó en un premio para las ciencias económicas, la bien llamada ciencia lúgubre; este es un premio creado posteriormente y lo entrega y financia el Banco Central de Suecia, el país sede de la Fundación Nobel. No es una mala idea darles un premio a los economistas investigadores que, año tras año, buscan la manera de mejorar la administración de los escasos recursos económicos y mejorar el bienestar de la mayoría.
Este año los galardonados fueron una pareja de esposos: Esther Duflo y Abbijit Banerjee, y otro investigador, Michael Kremer. Los tres recibieron el premio por sus trabajos sobre la lucha contra la pobreza. Los esposos Banerjee Duflo escribieron un libro muy interesante sobre el tema: “Repensar la pobreza”. Un libro que, más allá de planteamientos teóricos, es el producto de entrevistas concretas a gente que vive en condiciones de pobreza.
Muy buen tema, y sin lugar a dudas debe tratarse de académicos de primer nivel; pero, sobre este tema tan complejo e interesante de la lucha contra la pobreza me atrevo a afirmar que quienes más han investigado sobre el tema son los economistas del tercer mundo y en particular los de América Latina, comenzando por los investigadores y directivos de la Comisión Económica para América Latina – Cepal, fundada por allá a mediados de los años sesenta por la Organización de las Naciones Unidas, en reconocimiento a los trabajos de varios economistas liderados por el profesor Raúl Prebish y en Colombia políticos como el abogado y economista liberal Carlos Lleras Restrepo, quien fuera presidente de la República, entre 1966 y 1970, periodo durante el cual supo liderar una de las crisis económicas más fuertes que ha tenido nuestro país.
Entre muchos economistas del tercer mundo, algunos de ellos en América Latina, existen muchas personas y organizaciones que han realizado un gran trabajo sobre la lucha y la reducción de la pobreza. Ojalá el Banco Central de Suecia mire para esta parte del mundo para reconocer lo que se ha hecho en materia económica, tanto en teoría como en la práctica… Ojalá, en los próximos años, el Banco de Suecia mire para otras partes del mundo donde se viene haciendo un trabajo interesante y de avance para la ciencia económica. Creo que no es mucho pedir…
Es muy conocida la historia del inventor de la dinamita Alfred Nobel, quien luego de su creación fue tal el remordimiento de conciencia que decidió que buena parte de lo que su invento produjera se destinara a una fundación para promover la ciencia, el arte y la cultura: la Fundación Nobel que, todos los años, […]
Es muy conocida la historia del inventor de la dinamita Alfred Nobel, quien luego de su creación fue tal el remordimiento de conciencia que decidió que buena parte de lo que su invento produjera se destinara a una fundación para promover la ciencia, el arte y la cultura: la Fundación Nobel que, todos los años, para el mes de Octubre, entrega los famosísimos premios.
Son famosos los Premios Nobel de Física, Química y Medicina, que son un reconocimiento a los avances de la ciencia en todo el mundo. Estos premios, generalmente, recaen en científicos e investigadores de Europa o los Estados Unidos; muy pocos han caído en países del llamado tercer mundo.
En estas últimas naciones recaen, por lo general, los Premios Nobel de Literatura y los de Paz. En el caso de Colombia, en 1982, un genio de las letras: Gabriel García Márquez, ganó el de Literatura; y en 2018, el presidente Juan Manuel Santos ganó el de paz por sus negociaciones con las autodenominadas FARC, hoy en proceso de reinserción, una parte. Otra parte, así sea pequeña, sigue en disidencia.
No obstante, el señor Nobel nunca pensó en un premio para las ciencias económicas, la bien llamada ciencia lúgubre; este es un premio creado posteriormente y lo entrega y financia el Banco Central de Suecia, el país sede de la Fundación Nobel. No es una mala idea darles un premio a los economistas investigadores que, año tras año, buscan la manera de mejorar la administración de los escasos recursos económicos y mejorar el bienestar de la mayoría.
Este año los galardonados fueron una pareja de esposos: Esther Duflo y Abbijit Banerjee, y otro investigador, Michael Kremer. Los tres recibieron el premio por sus trabajos sobre la lucha contra la pobreza. Los esposos Banerjee Duflo escribieron un libro muy interesante sobre el tema: “Repensar la pobreza”. Un libro que, más allá de planteamientos teóricos, es el producto de entrevistas concretas a gente que vive en condiciones de pobreza.
Muy buen tema, y sin lugar a dudas debe tratarse de académicos de primer nivel; pero, sobre este tema tan complejo e interesante de la lucha contra la pobreza me atrevo a afirmar que quienes más han investigado sobre el tema son los economistas del tercer mundo y en particular los de América Latina, comenzando por los investigadores y directivos de la Comisión Económica para América Latina – Cepal, fundada por allá a mediados de los años sesenta por la Organización de las Naciones Unidas, en reconocimiento a los trabajos de varios economistas liderados por el profesor Raúl Prebish y en Colombia políticos como el abogado y economista liberal Carlos Lleras Restrepo, quien fuera presidente de la República, entre 1966 y 1970, periodo durante el cual supo liderar una de las crisis económicas más fuertes que ha tenido nuestro país.
Entre muchos economistas del tercer mundo, algunos de ellos en América Latina, existen muchas personas y organizaciones que han realizado un gran trabajo sobre la lucha y la reducción de la pobreza. Ojalá el Banco Central de Suecia mire para esta parte del mundo para reconocer lo que se ha hecho en materia económica, tanto en teoría como en la práctica… Ojalá, en los próximos años, el Banco de Suecia mire para otras partes del mundo donde se viene haciendo un trabajo interesante y de avance para la ciencia económica. Creo que no es mucho pedir…