Un grupo de excombatientes, de las antiguas Farc, presentaron su primera colección de ropa de senderismo.
Con la presencia de la periodista y escritora experta en moda, Pilar Castaño, personas en proceso de reincorporación que trabajan en las iniciativas productivas de sastrería en los antiguos Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación, ETCR, de Pondores en Fonseca, La Guajira, y Tierra Grata en Manaure, Cesar, presentaron ayer en Valledupar una colección de ropa para el aire libre denominada Sendero y Desierto, en el marco del desfile Moda, Sueños y Paz.
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Chalecos y bermudas con muchos bolsillos, chaquetas, botas y pantalones donde primaron colores caqui, arena y verde en materiales lino, dril, lino y algodón hicieron parte de la muestra que se dio gracias a talleres de confección dictados durante once semanas por siete expertos de la firma Factoría en diseño, color, mercadeo, patronaje, confección, textiles y equidad de género apalancados por la Misión de Verificación de las Naciones Unidas en Colombia y con recursos del departamento de Asuntos Políticos de la Organización de las Naciones Unidas, ONU. Este proyecto hace parte del programa de fortalecimiento a iniciativas productivas de excombatientes de las Farc que lidera la misión.
“Esto es la culminación de un esfuerzo importante. Está bien hecho y lo que viene estará mucho mejor; fomentaremos la depuración, aprendizajes, disciplina y conocimiento, entendiendo que todo es un paso a paso. Les juro que nos volveremos a ver en un año y será algo más pulido. Somos cultura de textileros desde nuestras indígenas, por eso mantendremos este compromiso de inspiración urbana. Aquí se ve reflejada esa vida antigua que tenían los protagonistas de este desfile; ellos no trataron de hacer Hollywood aquí, ellos traen su vida. Luego de unas asesorías haremos de estas prendas algo más comercial, aseveró Castaño, quien se catalogó como la madrina de esta iniciativa.
Uno de los diseñadores de estas prendas fue Jhon Albarrán, coordinador de confecciones en Tierra Grata (ubicada en San José de Oriente, Cesar), quien manifestó: Pasamos de simples pantalones y camisas a elaborar cortes detallados, a realizar confección y diseños. Nosotros teníamos un conocimiento empírico, pero aquí aprendimos la técnica y hemos caído en la cuenta de muchos errores. Es fundamental que se incluyeran, no solo temas relacionados con la costura, sino también con el mercadeo y la administración, puesto que hemos tenido contratos en los que hemos perdido plata por no saber hacer las cuentas, ahora y gracias a esta capacitación, que incluyó administración, gerencia, costos y gastos, esto no nos volverá a pasar”.
John trabaja en el antiguo ETCR de Tierra Grata, en Manaure, Cesar, con un grupo de excombatientes, tres mujeres y cuatro hombres, que emprendieron hace dos años una iniciativa productiva de sastrería. Allá tienen un pequeño taller con seis máquinas de coser, de las que usaban en la selva y con las que confeccionaban uniformes militares.
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Hoy con estas mismas máquinas fabrican prendas muy básicas que venden a visitantes y en pueblos vecinos. Aunque hasta ahora no tienen contratos estables, esperan conseguir los recursos para comprar las máquinas que requieren para completar su taller y apostarle así a confeccionar ropa.
A este emprendimiento también se ha sumado la FAO que, con recursos del Fondo Europeo para la Paz, ha capacitado a los participantes de este proceso en talleres de patronaje y confecciones en alianza con el Sena. Además, el proyecto adelanta la gestión para la construcción del taller de confecciones más amplio y adecuado para sus labores, que sería construido este mismo año.
El otro grupo de excombatientes que participó de este proyecto vive en el antiguo ETCR de Pondores, en Fonseca, La Guajira, y hace parte del proyecto productivo Fariana Confecciones. Esta fábrica nació en 2017 con tres máquinas de coser, con las que trabajaban cuando estaban en la guerra y con la que empezaron a confeccionar ropa para la paz.
Esta iniciativa productiva se montó en lo que era el antiguo economato del ETCR, que fue adecuado por las excombatientes, en su mayoría mujeres, con ayuda del SENA que los capacitó durante un año.
Cuando la capacitación terminó, en 2018, este proyecto fue seleccionado por la Misión de Verificación de las Naciones Unidas como un ‘Proyecto de Impacto Rápido’, con lo cual recibió aportes del departamento de Asuntos Políticos de la ONU para impulsarlo.
Al ETCR llegaron 22 máquinas de coser y una serie de insumos con los que el proyecto siguió adelante. La FAO también los ha estado apoyando en el fortalecimiento de su marca y en la generación de alianzas comerciales. En este emprendimiento trabajan unas quince mujeres y un hombre, Diosenel Criado, antiguo sastre de las Farc.
POR: ANNELISE BARRIGA RAMÍREZ / EL PILÓN
[email protected]
Un grupo de excombatientes, de las antiguas Farc, presentaron su primera colección de ropa de senderismo.
Con la presencia de la periodista y escritora experta en moda, Pilar Castaño, personas en proceso de reincorporación que trabajan en las iniciativas productivas de sastrería en los antiguos Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación, ETCR, de Pondores en Fonseca, La Guajira, y Tierra Grata en Manaure, Cesar, presentaron ayer en Valledupar una colección de ropa para el aire libre denominada Sendero y Desierto, en el marco del desfile Moda, Sueños y Paz.
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Chalecos y bermudas con muchos bolsillos, chaquetas, botas y pantalones donde primaron colores caqui, arena y verde en materiales lino, dril, lino y algodón hicieron parte de la muestra que se dio gracias a talleres de confección dictados durante once semanas por siete expertos de la firma Factoría en diseño, color, mercadeo, patronaje, confección, textiles y equidad de género apalancados por la Misión de Verificación de las Naciones Unidas en Colombia y con recursos del departamento de Asuntos Políticos de la Organización de las Naciones Unidas, ONU. Este proyecto hace parte del programa de fortalecimiento a iniciativas productivas de excombatientes de las Farc que lidera la misión.
“Esto es la culminación de un esfuerzo importante. Está bien hecho y lo que viene estará mucho mejor; fomentaremos la depuración, aprendizajes, disciplina y conocimiento, entendiendo que todo es un paso a paso. Les juro que nos volveremos a ver en un año y será algo más pulido. Somos cultura de textileros desde nuestras indígenas, por eso mantendremos este compromiso de inspiración urbana. Aquí se ve reflejada esa vida antigua que tenían los protagonistas de este desfile; ellos no trataron de hacer Hollywood aquí, ellos traen su vida. Luego de unas asesorías haremos de estas prendas algo más comercial, aseveró Castaño, quien se catalogó como la madrina de esta iniciativa.
Uno de los diseñadores de estas prendas fue Jhon Albarrán, coordinador de confecciones en Tierra Grata (ubicada en San José de Oriente, Cesar), quien manifestó: Pasamos de simples pantalones y camisas a elaborar cortes detallados, a realizar confección y diseños. Nosotros teníamos un conocimiento empírico, pero aquí aprendimos la técnica y hemos caído en la cuenta de muchos errores. Es fundamental que se incluyeran, no solo temas relacionados con la costura, sino también con el mercadeo y la administración, puesto que hemos tenido contratos en los que hemos perdido plata por no saber hacer las cuentas, ahora y gracias a esta capacitación, que incluyó administración, gerencia, costos y gastos, esto no nos volverá a pasar”.
John trabaja en el antiguo ETCR de Tierra Grata, en Manaure, Cesar, con un grupo de excombatientes, tres mujeres y cuatro hombres, que emprendieron hace dos años una iniciativa productiva de sastrería. Allá tienen un pequeño taller con seis máquinas de coser, de las que usaban en la selva y con las que confeccionaban uniformes militares.
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Hoy con estas mismas máquinas fabrican prendas muy básicas que venden a visitantes y en pueblos vecinos. Aunque hasta ahora no tienen contratos estables, esperan conseguir los recursos para comprar las máquinas que requieren para completar su taller y apostarle así a confeccionar ropa.
A este emprendimiento también se ha sumado la FAO que, con recursos del Fondo Europeo para la Paz, ha capacitado a los participantes de este proceso en talleres de patronaje y confecciones en alianza con el Sena. Además, el proyecto adelanta la gestión para la construcción del taller de confecciones más amplio y adecuado para sus labores, que sería construido este mismo año.
El otro grupo de excombatientes que participó de este proyecto vive en el antiguo ETCR de Pondores, en Fonseca, La Guajira, y hace parte del proyecto productivo Fariana Confecciones. Esta fábrica nació en 2017 con tres máquinas de coser, con las que trabajaban cuando estaban en la guerra y con la que empezaron a confeccionar ropa para la paz.
Esta iniciativa productiva se montó en lo que era el antiguo economato del ETCR, que fue adecuado por las excombatientes, en su mayoría mujeres, con ayuda del SENA que los capacitó durante un año.
Cuando la capacitación terminó, en 2018, este proyecto fue seleccionado por la Misión de Verificación de las Naciones Unidas como un ‘Proyecto de Impacto Rápido’, con lo cual recibió aportes del departamento de Asuntos Políticos de la ONU para impulsarlo.
Al ETCR llegaron 22 máquinas de coser y una serie de insumos con los que el proyecto siguió adelante. La FAO también los ha estado apoyando en el fortalecimiento de su marca y en la generación de alianzas comerciales. En este emprendimiento trabajan unas quince mujeres y un hombre, Diosenel Criado, antiguo sastre de las Farc.
POR: ANNELISE BARRIGA RAMÍREZ / EL PILÓN
[email protected]