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Columnista - 27 septiembre, 2019

¿Qué estará pasando con el Festival Cuna de Acordeones?

El reciente fin de semana se realizó la versión 41 del Festival Cuna de Acordeones, en Villanueva (La Guajira), y para nadie es un secreto que este evento siempre ha reclamado estar entre los primeros festivales vallenatos del país. Después del Festival de la Leyenda Vallenata, el de Villanueva ha sido el más consistente y, […]

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El reciente fin de semana se realizó la versión 41 del Festival Cuna de Acordeones, en Villanueva (La Guajira), y para nadie es un secreto que este evento siempre ha reclamado estar entre los primeros festivales vallenatos del país. Después del Festival de la Leyenda Vallenata, el de Villanueva ha sido el más consistente y, tal vez el más popular; ‘El Cuna’ se autoproclama como el segundo en importancia de Colombia, pero mucho me temo que no se pueda sostener entre los cinco mejores, y les voy a dar los argumentos:

En la reciente versión del ‘Cuna de Acordeones’ se evidenció que el festival no va por buen camino. A Villanueva ya no asiste el elevado número de visitantes y turistas como en años anteriores. La plaza no se llena como en épocas pasadas, y ese es un indicador importante.

El mejor atractivo de un festival vallenato sin duda alguna son sus concursantes, y en todos aquellos festivales que tienen implementada la categoría de acordeoneros profesionales, ese es el concurso que más llama la atención. Tanto el público asistente, como los medios de comunicación, mantenemos la expectativa de quiénes son los inscritos y qué trayectoria tienen; porque la competencia gana importancia dependiendo de los competidores. Parece ser que los grandes festivales se olvidaron de motivar a los buenos y renombrados músicos para que participen.

En el caso del reciente Cuna de Acordeones, entre los cinco finalistas de la categoría acordeoneros profesionales no aparecía el nombre de un músico de trayectoria o reconocimiento nacional, y los organizadores del certamen al parecer no se preocupan por eso, desconociendo que el evento pierde su principal atractivo, y que lo más importante de cualquier concurso folclórico no pueden ser los artistas invitados, sino los concursantes.

Pero el asunto no es sólo de nombres o de calidad, también lo es de cantidad. Es increíble que en un festival de Villanueva sólo participen siete acordeoneros en la categoría profesional, eso indica que algo está pasando. La disminución en el número de inscritos se dio este año en todas las modalidades y categorías de los concursos. Los organizadores de eventos como este tienen que tomar urgentes medidas para incentivar a los potenciales concursantes, y no permitir que por sustracción de materia deban declararse desiertos los concursos.

Las juntas directivas y los organizadores de festivales importantes deben dejar de preocuparse por invitar a grandes personalidades del Jet Set, de la política o la sociedad colombiana, y enfocar sus esfuerzos en la motivación para los participantes con buenos premios, con garantía de imparcialidad e idoneidad en el jurado, con entrega efectiva y oportuna de la premiación, lo que al parecer, no los trasnocha.

COLOFÓN: Como si fueran poco los argumentos aquí esgrimidos, me contaron varios periodistas que el trato que les dan por parte de los organizadores a los medios de comunicación que cubren el Festival de Villanueva es pésimo. Es tanta la desidia, que la actualización más reciente de la página web del Festival se hizo el año pasado.

Columnista
27 septiembre, 2019

¿Qué estará pasando con el Festival Cuna de Acordeones?

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jorge Nain

El reciente fin de semana se realizó la versión 41 del Festival Cuna de Acordeones, en Villanueva (La Guajira), y para nadie es un secreto que este evento siempre ha reclamado estar entre los primeros festivales vallenatos del país. Después del Festival de la Leyenda Vallenata, el de Villanueva ha sido el más consistente y, […]


El reciente fin de semana se realizó la versión 41 del Festival Cuna de Acordeones, en Villanueva (La Guajira), y para nadie es un secreto que este evento siempre ha reclamado estar entre los primeros festivales vallenatos del país. Después del Festival de la Leyenda Vallenata, el de Villanueva ha sido el más consistente y, tal vez el más popular; ‘El Cuna’ se autoproclama como el segundo en importancia de Colombia, pero mucho me temo que no se pueda sostener entre los cinco mejores, y les voy a dar los argumentos:

En la reciente versión del ‘Cuna de Acordeones’ se evidenció que el festival no va por buen camino. A Villanueva ya no asiste el elevado número de visitantes y turistas como en años anteriores. La plaza no se llena como en épocas pasadas, y ese es un indicador importante.

El mejor atractivo de un festival vallenato sin duda alguna son sus concursantes, y en todos aquellos festivales que tienen implementada la categoría de acordeoneros profesionales, ese es el concurso que más llama la atención. Tanto el público asistente, como los medios de comunicación, mantenemos la expectativa de quiénes son los inscritos y qué trayectoria tienen; porque la competencia gana importancia dependiendo de los competidores. Parece ser que los grandes festivales se olvidaron de motivar a los buenos y renombrados músicos para que participen.

En el caso del reciente Cuna de Acordeones, entre los cinco finalistas de la categoría acordeoneros profesionales no aparecía el nombre de un músico de trayectoria o reconocimiento nacional, y los organizadores del certamen al parecer no se preocupan por eso, desconociendo que el evento pierde su principal atractivo, y que lo más importante de cualquier concurso folclórico no pueden ser los artistas invitados, sino los concursantes.

Pero el asunto no es sólo de nombres o de calidad, también lo es de cantidad. Es increíble que en un festival de Villanueva sólo participen siete acordeoneros en la categoría profesional, eso indica que algo está pasando. La disminución en el número de inscritos se dio este año en todas las modalidades y categorías de los concursos. Los organizadores de eventos como este tienen que tomar urgentes medidas para incentivar a los potenciales concursantes, y no permitir que por sustracción de materia deban declararse desiertos los concursos.

Las juntas directivas y los organizadores de festivales importantes deben dejar de preocuparse por invitar a grandes personalidades del Jet Set, de la política o la sociedad colombiana, y enfocar sus esfuerzos en la motivación para los participantes con buenos premios, con garantía de imparcialidad e idoneidad en el jurado, con entrega efectiva y oportuna de la premiación, lo que al parecer, no los trasnocha.

COLOFÓN: Como si fueran poco los argumentos aquí esgrimidos, me contaron varios periodistas que el trato que les dan por parte de los organizadores a los medios de comunicación que cubren el Festival de Villanueva es pésimo. Es tanta la desidia, que la actualización más reciente de la página web del Festival se hizo el año pasado.