Los concejales de Valledupar del periodo 2016-2019 eligieron la última mesa directiva. Una elección marcada por las bromas y un ambiente fresco, nada comparado con los difíciles capítulos que vivió el Concejo con la elección del personero y contralor municipal.
Quizás fue la última elección de la mesa directiva en la que participan los cabildantes de Valledupar elegidos para el periodo 2016-2019, y probablemente la última elección como concejales para 16 de ellos. Los 19 cabildantes estaban citados este viernes por la mañana para elegir al presidente del recinto.
Fueron llegando uno por uno hasta las 8 de la mañana cuando las 19 sillas estaban ocupadas. El ambiente ya es de salida: bromas, controversias por los términos correctos al votar y discusiones festivas por la cachucha de uno de los cabildantes. Al final de la mañana se cumplió lo pronosticado: Eudes Orozco fue elegido como nuevo presidente del Concejo con 18 votos a favor.
La sesión avanzó con rapidez. Para ser elegido presidente, Orozco debió renunciar antes al cargo de primer vicepresidente. Todos los concejales aceptaron su renuncia, excepto Roberto Carlos Castro. Votó en contra por una anécdota propia de la política local.
Cuando le preguntaron al corporado si aceptaba o no la renuncia dijo ‘positivo’, la secretaria no aceptó el término y le replicó que debía decir si aceptaba o no. Entre cruces de opiniones y risas de fondo, decidió cambiar el voto: “No acepto, pues”. Se escucharon risas de fondo. Pero el voto negativo no cambió nada.
Enseguida se abrió la convocatoria. Orozco fue el único postulado a la presidencia. Allí empezó la votación: todos lo apoyaron. Los cambios se dieron en toda la mesa directiva. Al cargo de primer vicepresidente llegó Wilfrido Ortíz, del partido MAIS, y José Gómez, del Movimiento Avanzar es Posible, permaneció como segundo vicepresidente.
Los tres concejales de la nueva mesa directiva hacen parte de la lista de los 16 de 19 concejales que fueron destituidos e inhabilitados por 12 años por la Procuraduría General de la Nación, en el capítulo de la elección del contralor municipal. Pero, explica el abogado de uno de los cabildantes, como el proceso no ha terminado y no se ha ejecutoriado el fallo que estudia la Corte Constitucional, los concejales pueden seguir asistiendo al recinto. Incluso, aún cabe la posibilidad que el alto tribunal les dé la razón y “caiga todo lo del Consejo de Estado y de la Procuraduría”.
La elección de contralor no fue la única llena de polémicas. Antes, la elección del personero municipal también generó discordia. Tutelas, actos administrativos, polémicas y cuestionamientos al Concejo de Valledupar marcaron durante dos meses la elección que terminó ganando Alfonso Campo, actual personero de Valledupar.
En ese momento, Alfonso Campo Martínez y Lorena Cabrera Ramírez estaban en la lista de elegibles para personero de Valledupar. El concurso indica que quien obtenga el mayor puntaje debe ser designado en el cargo. Campo Martínez obtuvo la mayor puntuación, aunque Lorena Cabrera solicitó su exclusión del concurso porque habría presentado un diploma de posgrado sin la respectiva convalidación en Colombia. Se concluyó que la homologación del título no era necesaria para el cargo. Fin del capítulo.
Pero en la elección de contralor el libro no se ha cerrado. En cuatro años la Contraloría de Valledupar tuvo seis contralores. La incertidumbre inició en enero de 2016 con la elección del abogado Álvaro Castilla, a pesar de ser el tercero en la terna. Por eso el Consejo de Estado anuló su elección. Según el fallo, los 15 concejales que lo eligieron como contralor de Valledupar no tuvieron en cuenta el concurso de méritos.
Dicho fallo obedeció a una demanda interpuesta por Omar Contreras, quien era aspirante y ocupó el primer lugar entre los elegibles. Al tiempo llegaría al cargo el mismo Contreras, quien luego saldría inhabilitado por una demanda de Álvaro Castilla. En el medio: los concejales de Valledupar en incertidumbre jurídica por no tener claridad sobre quién de la terna estaba habilitado para ser contralor.
En febrero de 2017 llegó Omar Contreras a la Contraloría con 16 votos a favor en el Concejo. Un año después, a través de un fallo, el Consejo de Estado declaró nula su elección al haber desempeñado el cargo de defensor regional del Cesar dentro del año anterior a su elección como contralor, por lo que incurrió en la causal de nulidad electoral.
De esa elección surgieron las irregularidades por las que la Procuraduría General de la Nación, en un fallo de segunda instancia, confirmó la destitución e inhabilidad por 12 años a 16 de los 19 concejales en mayo. A cuatro meses de acabar el cuatrienio, Valledupar termina sin contralor encargado y con 16 concejales inhabilitados por una terna con rompecabezas jurídicos.
POR: DEIVIS CARO DAZA / EL PILÓN
[email protected]
Los concejales de Valledupar del periodo 2016-2019 eligieron la última mesa directiva. Una elección marcada por las bromas y un ambiente fresco, nada comparado con los difíciles capítulos que vivió el Concejo con la elección del personero y contralor municipal.
Quizás fue la última elección de la mesa directiva en la que participan los cabildantes de Valledupar elegidos para el periodo 2016-2019, y probablemente la última elección como concejales para 16 de ellos. Los 19 cabildantes estaban citados este viernes por la mañana para elegir al presidente del recinto.
Fueron llegando uno por uno hasta las 8 de la mañana cuando las 19 sillas estaban ocupadas. El ambiente ya es de salida: bromas, controversias por los términos correctos al votar y discusiones festivas por la cachucha de uno de los cabildantes. Al final de la mañana se cumplió lo pronosticado: Eudes Orozco fue elegido como nuevo presidente del Concejo con 18 votos a favor.
La sesión avanzó con rapidez. Para ser elegido presidente, Orozco debió renunciar antes al cargo de primer vicepresidente. Todos los concejales aceptaron su renuncia, excepto Roberto Carlos Castro. Votó en contra por una anécdota propia de la política local.
Cuando le preguntaron al corporado si aceptaba o no la renuncia dijo ‘positivo’, la secretaria no aceptó el término y le replicó que debía decir si aceptaba o no. Entre cruces de opiniones y risas de fondo, decidió cambiar el voto: “No acepto, pues”. Se escucharon risas de fondo. Pero el voto negativo no cambió nada.
Enseguida se abrió la convocatoria. Orozco fue el único postulado a la presidencia. Allí empezó la votación: todos lo apoyaron. Los cambios se dieron en toda la mesa directiva. Al cargo de primer vicepresidente llegó Wilfrido Ortíz, del partido MAIS, y José Gómez, del Movimiento Avanzar es Posible, permaneció como segundo vicepresidente.
Los tres concejales de la nueva mesa directiva hacen parte de la lista de los 16 de 19 concejales que fueron destituidos e inhabilitados por 12 años por la Procuraduría General de la Nación, en el capítulo de la elección del contralor municipal. Pero, explica el abogado de uno de los cabildantes, como el proceso no ha terminado y no se ha ejecutoriado el fallo que estudia la Corte Constitucional, los concejales pueden seguir asistiendo al recinto. Incluso, aún cabe la posibilidad que el alto tribunal les dé la razón y “caiga todo lo del Consejo de Estado y de la Procuraduría”.
La elección de contralor no fue la única llena de polémicas. Antes, la elección del personero municipal también generó discordia. Tutelas, actos administrativos, polémicas y cuestionamientos al Concejo de Valledupar marcaron durante dos meses la elección que terminó ganando Alfonso Campo, actual personero de Valledupar.
En ese momento, Alfonso Campo Martínez y Lorena Cabrera Ramírez estaban en la lista de elegibles para personero de Valledupar. El concurso indica que quien obtenga el mayor puntaje debe ser designado en el cargo. Campo Martínez obtuvo la mayor puntuación, aunque Lorena Cabrera solicitó su exclusión del concurso porque habría presentado un diploma de posgrado sin la respectiva convalidación en Colombia. Se concluyó que la homologación del título no era necesaria para el cargo. Fin del capítulo.
Pero en la elección de contralor el libro no se ha cerrado. En cuatro años la Contraloría de Valledupar tuvo seis contralores. La incertidumbre inició en enero de 2016 con la elección del abogado Álvaro Castilla, a pesar de ser el tercero en la terna. Por eso el Consejo de Estado anuló su elección. Según el fallo, los 15 concejales que lo eligieron como contralor de Valledupar no tuvieron en cuenta el concurso de méritos.
Dicho fallo obedeció a una demanda interpuesta por Omar Contreras, quien era aspirante y ocupó el primer lugar entre los elegibles. Al tiempo llegaría al cargo el mismo Contreras, quien luego saldría inhabilitado por una demanda de Álvaro Castilla. En el medio: los concejales de Valledupar en incertidumbre jurídica por no tener claridad sobre quién de la terna estaba habilitado para ser contralor.
En febrero de 2017 llegó Omar Contreras a la Contraloría con 16 votos a favor en el Concejo. Un año después, a través de un fallo, el Consejo de Estado declaró nula su elección al haber desempeñado el cargo de defensor regional del Cesar dentro del año anterior a su elección como contralor, por lo que incurrió en la causal de nulidad electoral.
De esa elección surgieron las irregularidades por las que la Procuraduría General de la Nación, en un fallo de segunda instancia, confirmó la destitución e inhabilidad por 12 años a 16 de los 19 concejales en mayo. A cuatro meses de acabar el cuatrienio, Valledupar termina sin contralor encargado y con 16 concejales inhabilitados por una terna con rompecabezas jurídicos.
POR: DEIVIS CARO DAZA / EL PILÓN
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